Mister Girón calzó las zapatillas de Perla López Loyo, y se dedicó a hacer desprecio tras desprecio a la causa que adoptó su jefe; olvidó que la diputada, como quiera es perdonada pero, ¿él, de qué privilegio goza?
Los motivos de Luis Girón Soriano para dejar la dirigencia del Partido Alianza Ciudadana sólo él los sabe. Aduce cuestiones de salud, pero su partida es inminente, según lo comunicó a las oficinas del que fuera el partido que encabezó.
Girón, un político al que poco le interesaba la crítica –estando bien con los jefes, para él la prensa era una mam… – es la parte más delgada del venenoso hilo conductor protagonizado por la diputada federal Perla López Loyo, a quien por cierto, esto de la renuncia no le ha motivado comentario alguno (ni se lo motivará).
Perla alentó un colectivo y creciente odio en contra de Adriana Dávila que, motivado en razones puramente personales encontró eco en personajes como el hoy ex dirigente del PAC. Si la memoria no falla a los orticistas recordarán que el propio Ortiz tuvo que hacerse presente con ellos para exigirles que se sumasen a la candidata de Calderón. En aquella oportunidad el jefe de esa corriente condenó, “los caprichos “ con los que su ex apuesta, la diputada federal, tomaba el delicado asunto de la imposición.
Es cierto que el orticismo no cedería al factor Dávila, si una fuerza superior no se lo hubiese propuesto (sí siñor presidente… no siñor presidente… me doy, me doy siñor presidente), pero en esta medición de fuerzas, de un lado de la mesa estaba aportado Ortiz y, del Otro Calderón. Entonces, la existencia de rémoras buscando participar en dicha competencia, era sencillamente un asunto fuera de libreto.
Músculo es la palabra usada por pacistas/orticistas para describir la convocatoria para reunir multitudes en torno de una causa que los estimulase. La obligación de ellos era, por consecuencia disciplinarse al triunvirato (PAN-PANAL-PAC), mas no esperaban el revés asestado por Perla y su escudero, Luis Girón, convocando a la rebeldía. Craso error el de ellos, quienes se deben a una maquinaria de la que, saben, está prohibido salir de la línea.
Así que Girón calzó las zapatillas de Perla y las pretextó para cumplir con el inacabable y extenso trabajo administrativo del partido que hoy llevó a un gravísimo riesgo de perder el registro, pues dejó de conformar la estructura necesaria para que el PAC contase con un mínimo de formalidad ante la inminente cercanía de los comicios.
Lejos de cumplir con su labor de dirigente partidista Girón hizo el papel de contentillo y no previó que la inmunidad de su jefa lo dejaba descobijado cuando ella decidiese colocar en su rostro una sonrisa entre coqueta e ingenua, pero sobre todo dispuesta a soltar el llanto demandando perdón a su inventor. Chance y eso pueda darse en esta fase tan compleja que vive el orticismo, pero soportar la operación de un sujeto que declara dejar en libertad a los miles de integrantes del PAC me suena a suicidio, a buscar una alternativa menos cruenta para acabar con una carrera de dirigente que, el verse envuelto en la pérdida de registro del corporativo orticista llamado Alianza Ciudadana.
Las encuestas
En la historia moderna de Tlaxcala no se recuerda un proceso electoral con tal grado de participación. Cuatro son los aspirantes a gobernador y cada uno de ellos imprime su estilo personal a la competencia. Y la candidata del Partido Socialista (PS) Rosalía Peredo Aguilar, puede ser la gran sorpresa, debido al trabajo consistente que realiza, al grado que las concentraciones de sus adversarios con diversas alianzas partidistas, no le motivaron respeto alguno para abarrotar el centro expositor, en aquél acto donde negó que en sus planes se encuentre dimitir por causa alguna.
Y menos lo haría después de conocer el contenido de las encuestas pagadas por el gobierno estatal, donde incluso se ubica arriba del candidato unidosportlax, marianoglez.
Minerva sube
Es tan cerrada la brecha entre los cuatro candidatos que, aquellos convencidos de que no era este el momento de la perredista, no tienen de otra que mantener la prudencia. Minerva incrementó su nivel de aceptación entre el electorado a tales niveles que, podría ser la beneficiada de las descalificaciones entre panistas y priístas, pero sobre todo de la lucha fratricida entre priístas (ya sabe, el eterno combate entre los hermanos Beatriz y Mariano).
¿El PRI ganará en la capital?, no, en serio…
Pedro Pérez Lira es el nombre del candidato lorenista a la capital. Si, como dice su jefa política, el triunfo lo tienen en la mano, entonces por qué les mete tanto ruido el que un colaborador suyo, Alí Chumacero López, esté logrando una alianza a partir del Partido Liberal, al cual ya se semaron Convergencia y el Partido del Trabajo (PT).
Creo que la alcaldesa con licencia (a la que se le dificulta regresar) le afecta una suposición realmente descontextualizada: siente que la gente le tiene en una alta estima. Operar como lo acostumbra, aprovechando la buena fe del respetable para devolverle sonrisas y apapachos, ya la desgastó y, por ahí va el ex juez de la Capital, considerado por la Lore, “como el único leal, trabajador, honesto y merecedor de ser el candidato”. Ojalá no se trate de cuestiones familiares. Ojalá la inminente diputada local no vea en su chamba asegurada la oportunidad para dejar colgados de la brocha a decenas de gentes con la esperanza puesta en su brillante operación.
Ha de ser por eso que marianistas bien resentidas, como Anabel Ávalos Zempoalteca, ya tomaron como personal la oportunidad de jugársela con Alí Chumacero, aprovechando a la chiquillada, pero sobre todo, a la soberbia priísta de la chaparrita que se siente dueña de la voluntad de los tricolores, hoy por hoy más preocupados que nunca por el nulo cartel que representa el nombre de Pedro Pérez.
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