De no existir alguna modificación, será en la primera semana de diciembre cuando el mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez rinda se segundo informe de gobierno, por lo que ya se elabora el documento que será presentado ante el Congreso del Estado para el análisis correspondiente por parte de los diputados carnales que lejos están de asumir una postura crítica y de oposición.
Sólo el gobernador Mena sabe si los ajustes de personal en su gabinete ya fueron suficientes, porque para un sector importante de la sociedad tlaxcalteca debe optar por nuevos cambios que le permitan recomponer las cosas en algunas dependencias que viven un franco proceso de descomposición, como en la Secretaría de Educación Pública y en la Secretaría de Salud cuyos titulares no pueden con el paquete.
Manuel Camacho Higareda no ha podido controlar ni manejar adecuadamente el sector educativo del estado. Su programa de becas se ha convertido en su prioridad y ha descuidado la atención a los maestros, alumnos y padres de familia, quienes ya no ocultan su malestar y rechazo hacia el secretario de Educación.
Los conflictos en las escuelas son evidentes y en todos los niveles educativos. Las sospechas de malos manejos financieros crecen ante las evidencias difundidas y el clima de inconformidad de los docentes va en aumento.
En la Secretaría de Salud las cosas no caminan bien y el titular de esa dependencia, Alberto Jonguitud Falcón, simplemente no ha podido solucionar la escasez de medicinas, la falta de doctores y especialistas y mejorar la atención en clínicas y hospitales.
En abril del próximo año Marco Mena habrá completado la mitad del periodo para el que fue electo como gobernador, de ahí que al mandatario le urge concretar algunos proyectos anunciados meses atrás para enviar señales de que su administración si está trabajando y cumplirá con lo ofrecido.
Urge que se concrete no sólo la compra de las nuevas patrullas y equipo para la policía estatal, sino que se multiplique el número de elementos estatales porque la actual fuerza de agentes está rebasada por un crimen que todos los días maltrata a los tlaxcaltecas con atracos, robos violentos, homicidios y violaciones.
La licitación del nuevo Hospital General de Tlaxcala debe acelerarse, porque si se mantiene el actual ritmo de planeación y trabajo lo más probable es que ese nosocomio sea terminado y entregado por la próxima administración estatal.
Los 300 millones de pesos que se tienen asegurados para ese inmueble apenas si alcanzarán para levantar la obra negra del futuro hospital, pues para acondicionarlo y equiparlo se requerirá de un presupuesto similar o mayor.
En 83 días la actual administración cumplirá dos años en el gobierno. Sus obras han sido modestas y de limitado impacto. Los indicadores serán un buen referente para comprobar si en los últimos meses hemos avanzado o si el estado se estancó o decreció.
Hay funcionarios que son simples figuras decorativas en el gobierno estatal cuyo trabajo no se ve ni se siente por ningún lado, de ahí que no sería extraño que el mandatario decidiera realizar ajustes para llegar a la mitad de su gobierno con fuerza y una dinámica diferente que permita tener una mejor evaluación por parte de sus gobernados.
En lo personal comparto la idea de que Marco Mena debe hacer ajustes en su equipo de trabajo, pero sólo el gobernador sabe si optará por esos cambios o decide mantener el mismo esquema y estilo de trabajo que no gusta a muchos.
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