Si alguien dudaba del rompimiento entre el actual mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez y el ex gobernador Mariano González Zarur, debería preguntar quiénes fueron los invitados de lujo en la ceremonia de la noche del 15 de Septiembre y comprobará que el gran ausente fue el hacendado que hace casi 19 meses dejó el poder para asumir un enorme rencor a su sucesor.
Conforme pasan los meses cada vez más se percibe un distanciamiento entre el gobernador Mena Rodríguez y los ciudadanos, como si éstos últimos no estuvieran contentos con su labor y trabajo realizado hasta este momento.
La mala organización de la ceremonia del 15 de Septiembre que su encargado de logística Daniel Serrano y los funcionarios de la Dirección de Cultura, Recreación y Deporte de la SEP no pudieron resolver, quizá es una de las razones que ha provocado que los tlaxcaltecas que acuden al zócalo a dar el grito se hayan alejado.
Para nadie es un secreto que durante el ensayo de la ceremonia el gobernador Marco Mena explotó y regañó a grito abierto a Daniel Serrano, quien por cierto es esposo de la diputada local de Nueva Alianza, Guadalupe Mata, por no saber el protocolo a seguir en ese importante evento y que hizo evidente cuando fue cuestionado en el Salón Rojo del Palacio de Gobierno sobre algunos detalles.
El personal de la Dirección de Cultura, Recreación y Deporte de la SEP no sólo fue testigo de la molestia del mandatario, sino que intentó desligarse del equipo de audio y de otras inconsistencias que se observaban, por lo que empezaron a quejarse y a culpar a otros de la mala organización que prevalecía.
El sonido y la instalación de pantallas contratado a la empresa poblana Profetik, que por cierto fue almacenado en las oficinas de la Dirección de Comunicación Social, fue una decepción y en ningún momento justificó el pago de casi un millón de pesos que recibió por un equipo que no funcionó correctamente y cuando lo hizo su calidad fue deficiente. Al final se intentó corregir las fallas de audio con bocinas del Sonido Fantasma que tampoco resultaron efectivas.
El inició de la ceremonia oficial no se escuchó, así como tampoco otras intervenciones. Vaya, ese día fue tan malo que ni Coracyt pudo transmitir en vivo el Grito de Independencia que llevó a cabo el gobernador Marco Antonio Mena.
De los tres espacios dispuestos en Palacio de Gobierno para recibir a los invitados especiales, sólo dos salones se vieron llenos y uno más permaneció semivacío.
Entre los asistentes estuvieron los ex gobernadores priistas Beatriz Paredes Rangel, Samuel Quiroz de la Vega y el hoy morenista José Antonio Álvarez Lima, que al parecer ya dejó sus agudas críticas al actual mandatario para convivir con la selecta clase política de Tlaxcala ahora que ya es un “connotado” Senador de la República y representante de la nueva austeridad republicana.
También estuvo el ex panista Héctor Ortiz Ortiz acompañado de su inteligente esposa Guadalupe Lozano Tovar que no dejó de recibir saludos.
Mariano González fue el gran ausente, junto con su desagradable descendencia.
Algo pasa en el gobierno porque no es posible que funcionarios de primer nivel como el Oficial Mayor de Gobierno, Luis Álvarez Landa, el responsable del ITC, Juan Antonio González Necoechea y Efraín Flores Hernández titular de la Coordinación General de Ecología se ausenten durante el desfile del 16 de septiembre y dejen sólo a su jefe, quien pudo observar que el número de ciudadanos que acudió a dicho evento fue menor al del año pasado.
El gobernador cada vez se ve más solo o no.
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