La cercanía y confianza que goza del jefe político del estado ya afectó demasiado a Carlos Bailón Valencia, Secretario Técnico de la Oficina del Gobernador, pues cuando este funcionario estatal decide asumir su papel de operador en jefe de los priistas recurre a estúpidos actos de soberbia que lejos de ayudar al partidazo están generando fracturas.
La operación de la elección de Estado que tanto presumen los candidatos de la coalición “Todos por México” conformada por el PRI, Nueva Alianza y el PVEM como Florentino Domínguez Ordoñez, que aspira a convertirse en senador por Tlaxcala, al parecer ya inició.
Dicen que ésta estaría a cargo del mediocre con piel de cocodrilo Carlos Bailón –por eso de que es muy resistente para las críticas mediáticas-, quien se asume como el hombre de mayor confianza del gobernador tlaxcalteca, porque así como palomea a las constructoras beneficiadas con contratos, recibe y administraría los dividendos que genera el reparto de obra pública, en sus ratos libres se encarga de la estrategia electoral para que el PRI intente gane los comicios del 1 de julio.
Con antecedentes de ser un operador de bajo nivel, Bailón Valencia se reunió hace unos días con los elegidos, es decir, sólo una veintena de funcionarios estatales que, según el convocante, gozan de la confianza del mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez.
Carlos Bailón les exigió ganar la sección electoral donde viven, consigna que tendría que ser replicada por el personal que está bajo la responsabilidad de los funcionarios estatales. “Si no lo hacen serán despidos, porque no vamos a estar pagando salarios a personas que no trabajan para el PRI”, remató el también constructor.
La postura del autonombrado operador en jefe de la elección de Estado generó molestia y nerviosismo entre los miembros del gabinete que estuvieron presentes, ya que éstos han percibido que el ambiente electoral es desfavorable para los candidatos de la coalición “Todos por México”.
Dicen que Carlos Bailón no tiene calidad y ni la experiencia para operar los actuales comicios. Nunca ha ganado una elección, porque cuando se desempeñó como legislador local llegó al cargo por la vía plurinominal. Cuando estuvo presente en la boleta y acudió a las urnas no pudo obtener la victoria.
Participó en el equipo de campaña del candidato del PRI al gobierno de Tlaxcala, Joaquín Cisneros Fernández. En los comicios de 1998 cuando el partidazo pierde por primera vez la gubernatura fue corrido de unas oficinas cuando un personaje muy cercano al hoy mandatario detectó que Bailón Valencia alteraba actas, quizá para ocultar su pésimo trabajo electoral.
Unos años más tarde, Mariano González Zarur lo incorporó en el 2004 a su equipo de campaña para buscar la gubernatura, la cual el PRI vuelve a perder ante el entonces neopanista Héctor Ortiz Ortiz.
En las elecciones del 2010 Mariano González gana la gubernatura y acepta incorporar a la nómina a Carlos Bailón, quien en el 2012 recibe la encomienda de trabajar en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. Su trabajo nuevamente fue pésimo porque no pudo entregar buenas cuentas y se dice que los apoyos recibidos para operar en esos comicios se los habría quedado, lo que generó el rompimiento definitivo con el hacendado gobernador.
Ladino y experto en lamer botas, Bailón Valencia buscó su regreso al escenario político y se sometió a las órdenes de Marco Antonio Mena, quien al llegar a la dirigencia del PRI en Tlaxcala decidió abrirle la puerta a ese constructor de poca monta.
Aunque el Secretario Técnico de la Oficina del Gobernador presume que él fue el orquestador del triunfo electoral de Marco Mena para la gubernatura, la verdad es que se adjudica una operación que estuvo a cargo de Mariano González Zarur.
Hoy con la cercanía que tiene al poder, Carlos Bailón hace y deshace en la actual administración estatal.
Y déjeme decirle que en verdad se asume como un hombre poderoso, más cuando Anabel Alvarado Varela, candidata al Senado del PRI, le dice “papi” para después quejarse de que hay funcionarios estatales y alcaldes priistas que no la están apoyando en sus actividades proselitistas.
Su actitud de perdona vidas lo ha llevado a confrontarse con personal de la Oficialía Mayor de Gobierno, la Dirección de Atención a Migrantes y la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala.
Trascendió que José Luis González Sarmiento, titular de la Dirección de Atención a Migrantes renunció a su cargo por la presión recibida para operar a favor del PRI y sus candidatos, al igual que 7 directores y 6 jefes de departamento de la USET.
Lo malo para Carlos Bailón es que hay miembros del gabinete que desestiman su trabajo electoral, como es el caso de Eladia Torres Muñoz, la secretaría particular del Gobernador, quien después de escuchar las barbaridades de su compañero de gabinete busca matizar la consigna y pide de otra manera la colaboración de los empleados, quienes aceptan sumarse a las campañas del PRI.
El PRI está jodido. No sólo padece el pleito entre menistas y marianistas, sino también la división entre los miembros del gabinete.
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