El proceso sucesorio en Tlaxcala previsto para el 2021 prácticamente ha iniciado con la designación de los candidatos a senadores, diputados federales y diputados locales. Hay más de cinco tiradores que esperan ganar los comicios de julio de este año para de inmediato trabajar en sus respectivos proyectos de convertirse en el próximo gobernador de la entidad.
Si las aún senadoras Lorena Cuéllar Cisneros y Adriana Dávila Fernández mantienen firmes sus intenciones de llegar a gobernar el estado, lo lógico era que otros políticos como Serafín Ortiz Ortiz dejarán su zona de confort para alzar la mano en la muy adelantada carrera por la sucesión gubernamental.
Para nadie es un secreto que para algunos políticos tlaxcaltecas los comicios de julio representan un mero trámite para llegar a cumplir con su objetivo central de despachar en la oficina principal de Palacio de Gobierno.
La ex priista, ex perredista y hoy militante de Morena, Lorena Cuéllar, sabe que tiene asegurado un lugar en la Cámara de Diputados, por lo que aprovecha el tiempo y cualquier oportunidad para seguir construyendo su proyecto rumbo a la gubernatura de Tlaxcala, luego que en las elecciones del 2016 fuera derrotada por el actual mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez.
Lo mismo sucede con la panista Adriana Dávila, quien logró una excelente posición en la lista de candidatos a diputados federales plurinominales del PAN. La senadora ya tiene garantizado un escaño en la próxima legislatura.
Por tercera ocasión la panista buscará el gobierno de Tlaxcala, de ahí que lejos de someterse a un desgaste innecesario en estos comicios apostó por asegurar el control del partido y la lealtad de los futuros diputados locales.
El clan de la familia Ortiz vendió la idea de que su Partido Alianza Ciudadana (PAC) apostaría en la sucesión gubernamental a la figura de Alejandra Ramírez Ortiz, pero ayer esa posibilidad se desdibujó cuando se confirmó que el ex rector de la UAT, Serafín Ortiz Ortiz, se someterá al escrutinio de los electores para conocer si cuenta o no con respaldo ciudadano para buscar la gubernatura de Tlaxcala.
Si Serafín Ortiz logra derrotar en las urnas al candidato del PRI a la diputación local, Enrique Padilla Sánchez, y contener el arrastre del aspirante presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, el ex legislador tendrá elementos para pensar en serio en su candidatura al gobierno de estado, pero si es derrotado su retiro político será obligado y necesario.
En el PRI anote los nombres de Anabel Alvarado Varela y Mariano González Aguirre como los dos tiradores a la sucesión. La primera intentará por todos los medios un lugar en el Senado, mientras que el segundo hará hasta lo imposible por amarrar su llegada a la Cámara de Diputados.
Ambos gozan del respaldo del gobernador Marco Mena, pero eso no quiere decir que todos los grupos que existen al interior del PRI los ven con buenos ojos.
La sucesión ha iniciado y el desgaste del actual mandatario será cada vez mayor, porque la oposición aprovechará todos los errores para desacreditar al gobierno del estado.
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