Si el PRI en Tlaxcala y su virtual candidato presidencial, el ciudadano José Antonio Meade Kuribreña, desean ser competitivos en los comicios de este año, urge que cambien la estrategia porque si confían sólo en el dinero público, los programas sociales y la operación ilegal para remontar posiciones tal vez no les alcance para lograr los triunfos anhelados.
A seis meses de que los tlaxcaltecas acudan a las urnas el 1 de julio de este año, el PRI y sus aliados se ubica en un rezagado tercer lugar de las preferencias electorales con su candidato José Antonio Meade, sin que hasta ahora esa alianza encabezada por un “ciudadano” de alguna señal de que será competitiva o dará la pelea al frente integrado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano con Ricardo Anaya Cortés a la cabeza o a la coalición que conformaron Morena, PT y el PES, misma que es representada por el obstinado Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con los resultados de una encuesta estatal levantada a finales de diciembre, López Obrador le saca 22 puntos de diferencia a Meade Kuribreña, quien en los últimos días de noviembre del año pasado fuera impuesto como abanderado del PRI por el actual presidente de México Enrique Peña Nieto.
A la pregunta si hoy fueran las elecciones para elegir presidente de la República, ¿por qué alianza y aspirante votaría?, se obtuvieron los siguientes resultados.
La coalición de Morena, PT y PES que encabeza Andrés Manuel López sumó el 37.84 por ciento de las preferencias en Tlaxcala, mientras que la unión del PRI con Nueva Alianza y el PVEM que tendrá como candidato a José Antonio Meade alcanzó el 15.83 por ciento de las simpatías de los tlaxcaltecas con credencial para votar.
El frente integrado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano que llevará como su abanderado al joven Ricardo Anaya logró acumular el 18.53 por ciento de las menciones.
Aunque no faltará quien argumente que las campañas oficiales aún no arrancan y que hoy las tendencias electorales son engañosas, la realidad confirma que tanto Meade Kuribreña como Anaya Cortés están muy rezagados en las preferencias en Tlaxcala respecto al apoyo que acumula López Obrador.
Un dato que los estrategas deberían considerar, es que casi ocho de cada diez tlaxcaltecas quiere que otro partido diferente al PRI gobierne a México a partir de este año.
Lo anterior está relacionado con el nivel de aprobación que tiene el gobierno del presidente Enrique Peña, pues apenas si sólo dos de cada diez tlaxcaltecas avalan su administración, mientras que para la gestión del mandatario estatal Marco Antonio Mena Rodríguez, quien tiene un año en el poder, el nivel de desaprobación es del 61.83 por ciento de los ciudadanos.
Si el candidato del PRI a la presidencia de México se encuentra por los suelos, algo similar sucede con la mayoría de los militantes del partidazo que aspiran a las senadurías. Las mejores posicionadas y que estarían en condiciones de ser competitivas son la ex gobernadora Beatriz Paredes Rangel y la presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, por lo que habrá que ver si alguna o las dos aceptan ir a la competencia electoral.
El PRI competitivo que dejó el ex gobernador Mariano González Zarur parece que se esfumó en tan sólo un año, lo cual resulta grave porque ese partido detenta el poder en Tlaxcala.
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