El precandidato ciudadano del PRI a la presidencia de México José Antonio Meade Kuribreña simplemente no puede despegar, lo cual resulta preocupante porque los días pasan y su nominación sigue sin prender a los electores, quienes en su gran mayoría consideran a Andrés Manuel López Obrador como la mejor opción para ganar las elecciones de este año.

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Un PRI selectivo y sin verdaderos operadores políticos fue el que llegó al salón Joaquín Cisneros el pasado viernes a arropar al precandidato ciudadano a la presidencia de México, José Antonio Meade Kuribreña, lo cual no es buena señal si en realidad ese partido junto con sus aliados pretende superar los 250 mil votos que requiere para disputar el Senado y la elección presidencial en Tlaxcala.

Aunque los escribanos oficiales hablan de que el ex secretario de Hacienda conquistó a los priistas tlaxcaltecas, lo cierto es que la gran mayoría de personas que acudieron al evento oficial encabezado por el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez eran servidores públicos de la administración estatal y de algunos ayuntamientos, quienes fueron obligados a asistir como porristas del precandidato.

A los auténticos militantes y operadores que acudieron por voluntad propia no se les permitió la entrada al recinto, pues alguien tuvo la brillante idea de aplicar un filtro para impedir que se colaran priistas identificados con otra corriente política diferente a la que hoy detenta el poder en el estado.

La burocracia estatal que asistió al evento buscó a los reporteros para dejar sentir su malestar no sólo porque fue obligada a echar porras en su periodo vacacional, sino porque su aguinaldo fue recortado sin ninguna explicación oficial. Con ese trato que recibimos no nos pueden pedir que respaldemos al PRI y a sus candidatos en los comicios de julio, fue la queja recurrente que externaron.

Los discursos fueron en exceso triunfalistas y sin perder el estilo priista hicieron referencia a realidades que sólo los dirigentes y gobernantes emanados de ese partido ven en el estado y a nivel nacional.

El mandatario estatal Marco Mena aseguró que el PRI ganará Tlaxcala y desdeño a la oposición. Ya se involucró abiertamente en el proceso electoral y sobre él recaerán los triunfos, pero también las derrotas.

José Antonio Meade sigue sin crecer y mantiene una enorme mediocridad. Simplemente tuvo temor de mencionar por su nombre a su amigo el ex gobernador Mariano González Zarur y recurrió a datos falsos en materia de seguridad.

El ex funcionario federal en gobiernos panistas fue incapaz de poner un tema propio en la agenda mediática y como ya es costumbre recurrió a la descalificación del Frente integrado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano para defender la Ley de Seguridad Interna y así ganar nota en los medios nacionales.

Lo que cada vez es más notorio es que el precandidato priista debe recurrir a su esposa Juana Cuevas Rodríguez para tratar de ganar simpatías en eventos priistas y entre ciudadanos, sin embargo alguien debería decirle a Meade Kuribreña que los mexicanos votan por un presidente, no por una pareja presidencial.

O si de plano la esposa es más brillante, carismática e inteligente que José Antonio Meade, entonces que el PRI y sus aliados registren a la mujer como su candidata y que su marido regrese a ser el funcionario honesto que dicen siempre ha sido, porque su precampaña no enciende ni emociona a nadie.

Con esa mediocridad del PRI y su precandidato difícilmente darán pelea a Andrés Manuel López Obrador y a los candidatos de Morena en Tlaxcala.