El panorama para la cultura en la entidad no es halagador, porque si el actual presupuesto resultó insuficiente para llevar actividades o acciones de calidad, para el próximo año las cosas pintan peor porque hasta el momento no se ha realizado ninguna gestión ante el gobierno federal que permita obtener más recursos para ese sector.

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Para nadie es un secreto que los tiempos para obtener recursos ante la Secretaría de Cultura federal para becas, infraestructura, proyectos municipales, protección del patrimonio edificado y documental ya vencieron, de ahí que Tlaxcala no supo o no quiso aprovechar ni un peso de esa bolsa que existe a nivel nacional.

A casi ocho meses de que Juan Antonio González Necoechea fuera designado como titular del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura (ITC), es evidente que no ha hecho nada para darle un impulso a ese sector que desde el gobierno de su tío Mariano González Zarur se encuentra olvidado y marginado.

Me queda claro que este elevado funcionario no tiene la menor idea de la promoción y difusión cultural, de ahí que no le vendrían mal unos buenos cursos donde pudiera entender en qué consiste su trabajo.

En el ambiente cultural González Necoechea aparte de ser catalogado como soberbio, es considerado como una persona incompetente, inculta y floja, ya que hasta ahora nadie conoce su plan de trabajo y mucho menos se sabe de nuevos proyectos que pretendan llevar a cabo, porque hay que decir que lo hecho hasta el momento por el ITC se instauró en pasadas administraciones.

A caso alguien sabe cuántos libros editará el ITC, cómo fortalecerá las incontables expresiones de cultura popular que tenemos y qué está haciendo para proteger los objetos de arte sacro retirados de la Iglesia de San José tras las afectaciones que sufrió por el sismo del pasado 19 de septiembre.

Habrá una relación de los mismos y estarán bien resguardados, son preguntas que ese pesado funcionario debería responder.

 Aunque sabemos que este año el Instituto Tlaxcalteca de la Cultura dispone de un presupuesto de 42 millones de pesos, en los hechos nadie conoce en qué se ha gastado ese dinero porque no hay ninguna actividad extraordinaria o relevante que haya hecho esa dependencia estatal en los últimos meses.

Además basta con darse una vuelta por el Centro de las Artes para comprobar que ese inmueble está abandonado, al grado que los baños están cerrados y los que funcionan están en pésimas condiciones. No se sabe si esa actitud es porque existe la posibilidad de que el edificio pueda perderse en el juicio que se sostiene por la posesión del mismo o porque de plano el poco dinero que existe se invierte en los abultados gastos de representación de González Necoechea.

 Si antes nos quejamos de que la cultura estaba en manos del mediocre Wilebaldo Herrera Téllez, ahora estamos peor con un funcionario que es especialista en vivir bien con los recursos públicos.