Desde el inicio de esta administración el Instituto Estatal de la Mujer está a la deriva y los empleados que laboran en esa dependencia hacen todo menos trabajar. Las personas que tratan de obtener ayuda son maltratadas y regañadas, por lo que urge la designación de una titular que ponga orden y termine con los abusos que se están cometiendo.

mujer

La estructura marianista que está incrustada en el Instituto Estatal de la Mujer parece que está empeñada en poner mal al gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez, porque lejos de llevar a cabo un trabajo que ayude a las mujeres a desarrollarse, vivir sin violencia y capacitarse, aplica una violencia gubernamental que las maltrata y ofende.

Ese instituto fue dirigido los primeros siete meses de este año por la marianista Elda García Gómez, quien a principios de agosto dejó el cargo por cuestiones personales. Como responsable del IEM fue nombrada otra marianista de nombre Manuela Edith Sánchez Pérez, quien simplemente mantuvo la inercia con que venía operando el IEM.

En resumen los Centros de Desarrollo para la Mujeres que existen en Cuapiaxtla, Zitlaltepec, Nopalucan, Tequexquitla, Tocatlán y otro municipio no funcionan, al igual que las instancias que operan con recursos del Paimef y que se localizan en Tlaxcala, Apizaco, Calpulalpan, Huamantla, Chiautempan, Santa Cruz Tlaxcala y Zacatelco.

En esos centros debe existir un abogado, una trabajadora social, un psicólogo y en algunos casos un médico, sin embargo las mujeres que han acudido en las últimas semanas para recibir alguna asesoría o atención comprueban que no hay personal que pueda ayudarlas o mínimo escucharlas.

Las oficinas están abiertas pero no hay nadie que ofrezca algún tipo de asesoría u orientación, situación que resulta grave porque en teoría el gobierno del estado está pagando al personal que fue contratado para brindar los diferentes servicios que ofrece el IEM como capacitación para el auto empleo, asesoría Jurídica y orientación psicológica.

Hay mujeres que en su desesperación por obtener ayuda han optado por acudir a las oficinas centrales del IEM localizadas en el municipio de Santa Cruz Tlaxcala, pero se llevan la desagradable sorpresa de que el trato es el mismo y hasta peor, porque no faltó la exquisita funcionaria que se indignó porque fue “interrumpida”.

Esas mujeres tlaxcaltecas que no fueron atendidas en las oficinas del IEM son víctimas de la violencia gubernamental que lastima y ofende, sobre todo porque esa violencia se generó en una instancia que se creó para ayudarlas y protegerlas.

No es un secreto que Patricia Meneses, responsable del área jurídica, María Fernanda Garcés Lozano, jefa de departamento, Camelia Martínez Bonilla, coordinadora del Paimef y Eleazar Ornelas, coordinadora de Transversalidad son las funcionarias que mantienen secuestrado al Instituto Estatal de la Mujer.

Esas marianistas son las que en realidad controlan al IEM y manipulan a Manuela Edith Sánchez Pérez, quien cobra como encargada de ese Instituto. Y aunque no lo crea ellas se reparten los dividendos que logran obtener de los programas que maneja esa dependencia estatal.

Para este año el IEM obtuvo recursos federales por más de 4 millones de pesos para poner en marcha un proyecto del que nada se sabe y que tiene que ver con la “promoción de acciones hacia una cultura de igualdad sustantiva y libre de violencia para el estado de Tlaxcala”.

Hasta parece burla, o no.