Si hay una mujer que no tiene de palabra, es la presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Elsa Cordero Martínez, quien prometió cambios que nunca concretó porque en ese Poder se mantiene la corrupción y la compra de lealtades a cambios de espacios laborales para familiares de magistrados y jueces.
La amistad y compañerismo que tanto gustan presumir las magistradas Elsa Cordero Martínez y Leticia Ramos Cuahutle no sólo tiene que ver con su pacto para impedir el regreso de Fernando Bernal Salazar como miembro del Poder Judicial, sino porque la segunda no está dispuesta a perder las posiciones laborales que ha logrado a cambio de su lealtad ciega a la primera.
La magistrada Leticia Ramos, responsable de la segunda ponencia de la Sala Civil-Familiar, puede presumir que es una excelente cuñada que está muy preocupada por el crecimiento económico de su familia política, pues las esposas de sus hermanos lograron buenos puestos en el Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) gracias a las influencias de la impoluta abogada.
Dolores Cuamatzi Flores, se desempeña como secretaria proyectista y Julieta Sánchez Rojas, como subdirectora de Recursos Materiales en el Tribunal Superior de Justicia. Y por si esos dos puestos no fueran suficientes, también le consiguió trabajo a la sobrina de su esposo de nombre Verónica Hernández Acoltzi, quien obtuvo un cargo de mecanógrafa.
Elsa Cordero sabe de los lazos familiares y aun así permitió y consintió a su amiga Leticia Ramos, quien siempre está más que dispuesta a mostrar su sumisión y agradecimiento a la presidenta del TSJE.
Y esos excesos son los que han aprovechado los jueces para también cometer violaciones a la Ley Orgánica del Poder Judicial. La juez civil Aurora Moctezuma Martínez decidió designar como secretario de acuerdos interino a Agustín Sánchez Rodríguez, un pasante de derecho que carece de cédula profesional y por lo tanto no cumple con los requisitos que exige la norma para desempeñar dicho puesto.
Lo grave es que ese galán se pasó, con ayuda de su protectora Aurora Moctezuma, la carrera judicial por el arco del triunfo, lo cual tiene más que molestos a varios abogados que llevan años esperando una oportunidad para subir de cargo y responsabilidad.
Aunque Cordero Martínez se queja de la escasez de recursos públicos con que opera el TSJE, en los hechos eso no le importa y sobre todo cuando se trata de contratar a recomendados de Mariano González Aguirre, quien hace unos días logró acomodar en el Poder Judicial como responsable del Archivo al arrogante Mauricio Rugarcía Hernández, ex director administrativo del Despacho del Gobernador Mariano González Zarur.
Mauricio Rugarcía fue cesado en enero pasado una vez que la nueva administración comprobó que en la nómina que controlaba ese manchifuncionario existía un importante número de personas que cobraba sin trabajar. Y fue el mismo que en diciembre del año pasado reportó el robo de un Tsuru donde curiosamente había deja un portafolio lleno de dinero.
Esos son los colaboradores que Elsa Cordero contrata.
Para concluir, le cuento que el personal que labora en el Poder Judicial ya no soportan a las juezas Aurora Moctezuma y Marcela Ramos Vela, así como a la representante de los magistrados ante el Consejo de la judicatura María Sofía Margarita Ruiz Escalante y a la representante de los jueces ante la mencionada instancia, Leticia Caballero Muñoz, porque cuentan las veces que los trabajadores van al baño y si son varias ocasiones de inmediato son acosados.
Vaya, han llegado al extremo de ir a buscar al personal a los sanitarios para comprobar que ahí se encuentran, situación que raya en lo ridículo.
Ese es el perfil que tiene la impartición de justicia en Tlaxcala. Es un asco.
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