A diez meses de las elecciones del 2018, no se percibe un buen ambiente al interior del PRI en Tlaxcala, pues el trabajo del invencible Florentino Domínguez Ordoñez ha pasado desapercibido y su liderazgo no asunta a nadie, y mucho menos a una oposición que ya vio en su principal adversario debilidad.

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Faltan pocos días para que Florentino Domínguez Ordoñez tenga cinco meses al frente del PRI en Tlaxcala, tiempo que no ha sido aprovechado por el ex secretario de Gobierno para mostrar un nuevo rostro de ese partido que haga pensar que tiene posibilidades reales de ganar las elecciones de julio del próximo año.

El ex diputado local no ha podido recuperar la estructura operativa que se tenía al interior de la administración estatal y que creó el ex gobernador Mariano González Zarur, así como tampoco ha tenido la capacidad ni el liderazgo de involucrar a los miembros del gabinete en el trabajo político partidista.

El proceso de elección de candidatos para las senadurías y diputaciones federales y locales está suelto y no se percibe ningún control y mucho menos una estrategia para llevar en orden esos trabajos. Los militantes del PRI que tienen algún interés en participar en las elecciones se mueven a su libre albedrío sin seguir un método que al final termine beneficiando al partidazo.

Lo peor para Florentino Domínguez es que la caballada priista que hasta ahora se ha hecho presente para buscar un lugar en las elecciones del 2018 está flaca y sin los tamaños que se requieren para enfrentar a una oposición, que gracias al hartazgo de los electores hacia el gobierno federal, está en condiciones de ser competitiva.

Un ejemplo de lo anterior es el caso de Anabel Alvarado Varela, actual secretaria de Gobierno, quien no logra crecer en su posicionamiento y su intención del voto en las encuestas apenas si registra un mínimo repunte pese a la abierta promoción que ha tenido como funcionaria estatal.

Otro caso es el de Ricardo García Portilla, actual diputado federal, quien por más que se quiere mostrar como un político cercano a la gente no puede despegar. Su pasado y cercanía con el hacendado Mariano González le provoca más rechazo que apoyo de los tlaxcaltecas.

Una priista que sin hacer campaña crece en la intención del voto entre los ciudadanos, es la actual presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, quien ha dicho en repetidas ocasiones que se descarta para un cargo en las elecciones del 2018, situación que al final perjudica al tricolor.

Un elemento más que debe preocupar a Florentino Domínguez es la ruptura que el Partido de Nueva Alianza ya estableció a nivel nacional con el PRI.

El dirigente nacional turquesa, Luis Castro Obregón, confirmó ayer que su partido iniciará las negociaciones para sumarse al Frente Ciudadano por México que buscan integrar rumbo al 2018 el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.

Nueva Alianza contribuyó al triunfo del actual gobernador de Tlaxcala, Marco Antonio Mena Rodríguez. Su votación en la entidad va en aumento y su rompimiento con el PRI, en caso de que se concrete, sin duda afectará al partidazo que sabe que perderá a un valioso aliado electoral en el estado.

El PRI invencible que sólo ve Florentino Domínguez necesita salir de su letargo, porque al paso que va no dará mucha pelea a la oposición.