La suspensión de clases en las escuelas de Tlaxcala como consecuencia del fuerte sismo registrado anoche ojalá no se convierta en un calvario para el actual secretario de Educación Pública, Manuel Camacho Higareda, quien sin duda empezará a recibir múltiples peticiones para reparar inmuebles dañados o que están en pésimas condiciones.
Las repentinas y permanentes críticas que el diputado local de Nueva Alianza, J Carmen Corona Pérez, ha venido lanzando al desempeño de Manuel Camacho Higareda como responsable de la Secretaría de Educación Pública, confirman que la relación entre el SNTE y el gobierno de estado no viven su mejor momento.
Me queda claro que el SNTE está molesto porque quizá parte de los acuerdos pactados para apoyar la candidatura de Marco Antonio Mena Rodríguez al gobierno de Tlaxcala no se han cumplido y porque por una extraña razón ese poderoso gremio no está siendo tomado en cuenta en las decisiones que involucra puestos directivos en la SEP y en la contratación de maestros.
Para tratar de disimular la tensa relación entre el SNTE y el gobierno del estado, el sindicato decidió utilizar como crítico al ex líder magisterial y hoy diputado local, J Carmen Corona, quien en los últimos días y aprovechando su condición de legislador se ha dedicado a mostrar las omisiones y errores en que han incurrido las autoridades estatales.
Primero lamentó que la SEP no hubiera cumplido con la ley y el decreto que la obliga a entregar útiles escolares a los estudiantes, pues a tres semanas de iniciado el ciclo escolar no se ha concretado esa disposición, ni se ha podido repartir la totalidad de los libros de texto en las escuelas.
Luego, aprovechó el desaseado proceso que lleva a cabo la SEP en Tlaxcala para contratar a maestros y asignar un importante número de horas clases para censurar el trabajo de Manuel Camacho.
Según ese diputado de Nueva Alianza las autoridades no han cumplido con las normas vigentes y han violentado los derechos de algunos docentes, que pese a estar en las listas de prelación –éstas se integran únicamente con los maestros que obtuvieron resultados idóneos en una evaluación- fueron supuestamente descartados para el trabajo sin que se les dieran alguna explicación.
Tal mal está ese proceso de contratación que la SEP se ha negado a informar y dar detalles sobre el mismo no sólo al SNTE, sino a los maestros y al diputado Corona Pérez.
Lo anterior no sólo resulta lamentable, sino que es un hecho que algo está pasando en la dependencia que controla Camacho Higareda, porque hasta el momento en la mayoría de las escuelas secundarias de la entidad no se cuenta con la plantilla completa de maestros, de ahí que los alumnos no están recibiendo todas sus clases.
Se dice que la molestia del SNTE es porque la nueva administración estatal no le entregó dos direcciones en la Secretaría de Educación Pública y porque muchos apoyos económicos tampoco se han concretado.
El malestar del SNTE es evidente y Manuel Camacho debería tratar de componer las relaciones antes de que sea tarde, porque de seguir la actual confrontación su salida de la dependencia se dará y no dude que el gobierno del estado enfrente en unas semanas más las protestas de los maestros tlaxcaltecas.
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