En los próximos días se tendrá que conocer si prospero o no la queja que presentaron algunos panistas en contra de los resultados de la asamblea estatal. La Comisión Jurisdiccional del CEN del PAN tendrá que emitir un fallo que de ser contrario a los intereses de los inconformes el caso será llevado al TEPJF.
La guerra intestina que se vive al interior del Partido Acción Nacional en Tlaxcala pronto tendrá un nuevo episodio, cuando el grupo de la senadora Adriana Dávila Fernández y Carlos Carreón Mejía compruebe que su circo en torno a la expulsión de más de 180 panistas fue tan malo que no logrará ni siquiera mandar al carajo a un solo militante.
Los procesos que se siguen a panistas como Aurora Aguilar, Claudia Pérez y Enrique Tamayo, sólo por mencionar algunos nombres, carecen de sustancia legal y aunque prosperen en internamente en el partido, es muy probable que se queden sin efecto en los tribunales porque nadie en su sano juicio puede expulsar a un militante sólo por compartir notas o comentarios de la red social de Facebook.
Cuando Adriana Dávila y el líder de PAN en Tlaxcala, Carlos Carreón, se quejaban de traición al partido y a la ex candidata al gobierno de estado, uno pensaba que había elementos serios para pedir la expulsión de ciertos panistas, pero cuando uno comprueba que se trata de pruebas tan banales llega a la conclusión que ese partido está en manos de personajes tan limitados que no ven más allá de sus odios y traumas.
El único panista que incurrió en una falta real fue el ex líder del partido Sergio González, quien en los pasados comicios locales optó por apoyar y operar a favor de la candidata del PRD al gobierno del estado, Lorena Cuéllar. El ex aliado de Adolfo Escobar sabía su pecado y antes de lo que corrieran presentó su renuncia al PAN.
Dudo que haya otro panista con motivos justificados para que se concrete su expulsión, por lo que el grupo de Dávila y Carreón están muy cerca de hacer un nuevo ridículo al no poder llevar a cabo la limpia de “malos panistas” que según ellos fueron los responsables de que el PAN no alcanzara la gubernatura de Tlaxcala en las elecciones del año pasado.
Otro asunto que en breve también se resolverá, es el de los resultados de la pasada asamblea estatal del PAN celebrada el pasado 4 de diciembre en que fueron electos consejeros estatales y nacionales.
La Comisión Jurisdiccional del CEN del PAN no ha emitido un fallo sobre la impugnación que varios panistas presentaron en torno a esa asamblea, en la cual se permitieron múltiples anomalías que terminaron con un fraude hacia la militancia.
El 22 de enero se instalará el Consejo Nacional del PAN, pero para que eso se formalice es necesario que se resuelva el caso de Tlaxcala, donde no sólo existe la queja sobre la asamblea estatal, sino también en contra de la asamblea municipal que se llevó a cabo en Chiautempan.
Sobre la segunda asamblea las autoridades electorales ya solicitaron información, pues no entienden como la enviada de la dirigencia estatal Clara Torres suspende la misma pero resulta que fueron electos 27 delegados que pudieron tener voto en la asamblea estatal.
El grupo de panistas que exige legalidad en su partido está listo para recurrir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para echar abajo la asamblea estatal, por lo que no dude que las diferencias internas se agudizarán en los próximos días.
La judicialización de los procesos internos del PAN llegó para quedarse: Nunca antes se habían presentado tantas impugnaciones legales pues existen conflictos legales en Veracruz, Oaxaca, Colima y Tlaxcala.
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