Y sin proponérselo, mandatario saliente y entrante, pusieron al descubierto el anticipado rompimiento, que conforme acaba el año irá subiendo de tono como nunca llegó a pensarse
En la forma de sostener el taco puede advertirse el estilo de tragón. Ayer el controvertido taco tuvo que ver con el triunfo electoral de Donald Trump. ¿Cómo lo tomó el señor manchis?… ganara una u otro, de todos modos a la fechan han expulsado a más de dos millones de indocumentados mexicanos. Entonces el triunfo electoral del magnate más bien le fue intrascendente.
Para Marco Mena , la manera como los gringos definieron su elección presidencial le mereció un mensaje solidario a los miles de paisanos tlaxcaltecas del otro lado de la frontera, generando las bien recibidas remesas. A ellos les dijo que lo tienen de su lado, que es su aliado en estos momentos de incertidumbre mundial.
Atrás quedó el bajo perfil de Mena. El twitt cifrado atendiendo a una simbología ni tan apreciada, ni tan descifrada por manchis. Cada cual mostró su estilo. El hacendado con la opinión de quien ya va de salida. Marco, comenzando la construcción de un necesario capital social para equilibrar su parca presencia toda la entidad, en las comunidades que hace tiempo vieron aminorada su población masculina porque generaciones completas emigraron en busca del sueño americano, y sus compañeras se quedaron aquí para administrar lo poco o mucho que manden.
No hay más declaraciones maquilladas o pasadas por filtros para procesarlas lo más benignas a Mariano y discretas con Marco.
Es una más de las manifestaciones inherentes al adelantado rompimiento. En efecto, una estúpida discriminación de la familia empoderada a la otra familia, en la senda hacia Palacio, abonó al distanciamiento. Y así como hoy los vemos externando sus puntos de vista sobre la llegada del magnate republicano a la presidencia de los Estados Unidos, ya los veremos debatiendo sobre los grandes pendientes. Las inconcebibles deudas… los litigios perdidos, con los ortinotarios, el predio perdido de la primaria Luis G. Salamanca en pleno corazón de Tlaxcala, hoy en la valija de la UAT; el pleito perdido con los dueños de Cemex y también dueños del proyecto de la Central de Abasto de Tlaxcala.
A estas alturas es imposible reiniciar otro intento de reconciliación. El poder de uno llena la represa de las miras muy de él y de la expectativa generada por conseguir ni más ni menos que la gubernatura.
Dos estilos distintos. Esto se está definiendo. Ni el gobernador saliente puede esperar prerrogativas por haber intercedido de mil formas para propiciar el triunfo del candidato de su partido, ni el mandatario electo tiene la obligación de atender a pactos que quisieran ser la extensión mariana para los próximos cuatro años y ocho meses.
En el PAN se pone bueno
Los primeros días de diciembre la actividad albiazul tiende a incrementarse para conformar al nuevo Consejo, en cuyas manos quedará deliberar a quién corresponderá encabezar la nueva dirigencia.
Si oportunamente salieron aliados la senadora Adriana Dávila y el alcalde Adolfo Escobar, bajo el supuesto de acaparar voluntades mayoritariamente, es de conocimiento público la otra alianza, protestando por el monopolio en que reiteradamente quedó inmerso dicho partido en las manos de la seño Adri, con resultados nada halagüeños para la causa general.
Y esa creciente oposición decantó en una interesante oportunidad para el aún gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, sus intenciones de participar en la elección de 2018 con los colores de Acción Nacional y el activismo de esos grupos panistas a los cuales la voracidad de Adriana-Adolfo vio fácil echar del partido, limpiando de esa forma el camino hacia las candidaturas próximas a disputar.
Vemos que en la misma proporción que crecen esos inconformes, aquél monopolio aludido arriba se desdibuja y se debilita.
Y la prueba son las encuestas locales que ponen a Margarita Zavala de Calderón, muy debajo de la percepción en el centro de la República. A lo mejor por eso en la novela que cuenta la vida de la esposa del ex Presidente, las fotos con políticas nacionales e internacionales, limitó a Tlaxcala a una imagen con una militante más, que por cierto no es Adriana. Se me hace que los reiterados intentos fallidos de la seño Adri, no son la sombra en que se quiere cobijar la espigada señora del reboso y la cifra más alta en la encuesta realizada hace unos días por El Universal.
Bueno, la división en el PAN puede verse en esta víspera de la renovación de sus consejeros. Esto se pone bueno y cómo no, se esperan sorpresas, caras nuevas, y formas menos parciales de ver el destino del albiazul.
Ahí la lleva
José Luis Ramírez Conde, es dueño de una estrategia interesante en la dirigencia del PRI. Ha evitado los reflectores y la confrontación, tan socorridos en el instituto político en el poder, cuando sus líderes se hunden en el fango del protagonismo.
Digamos que Ramírez Conde, acabó por ser un dirigente con el deseado respaldo de esa base, esa extensa base que define elecciones bajo el nombre del voto duro.
Ahora resulta que mientras en el PAN la división tiene de la greña a los dos grupos antagónicos y reacios a tener el mínimo diálogo, que en el PRD al dirigente estatal no lo bajan de traidor, en una pugna despiadada por hacerse con la dirigencia, en el tricolor han podido conseguir una etapa de relativa estabilidad pese a los vaivenes de este trecho al final del sexenio.
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