Un análisis del Órgano de Fiscalización Superior (OFS) los describe rapaces, irresponsables y cínicos, tal y como no eran cuando buscaban ubicarse en el Tribunal
Cuando buscaba la presidencia del Tribunal hizo honor a su apellido, y enfundada en piel de cordero usaba su figura ñoña para jurar por esta, los cambios aguardados por pobres y ricos en el Poder Judicial de Tlaxcala.
Hoy, con una frescura pasmosa ha palomeado repartir 13.2 millones de pesos entre nueve, como llamarlos… sí, funcionarios de pedigrí, dioses apócrifos del Olimpo, miembros distinguidos de un gobierno rico para el pobre Pueblo de Tlaxcala, merecedores de estímulos a su productividad (para nada la veo), de gastos inflados –según un análisis elaborado en el Órgano de Fiscalización Superior (OFS).
Esos trece millones nada más fueron para bonos.
Y eso, a los sabuesos del OFS los dejan con más dudas que conclusiones: “no justifican qué actos o resultados los hace acreedores a estímulos que además son excesivos e inequitativos para todo el personal del Poder Judicial”.
Tal conducta, añade el análisis del OFS, “no garantiza que los recursos económicos se administren con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez y se destinen a satisfacer los necesidades de impartición de justicia, objeto al que están destinados y no realizan cálculo, retención y entero del Impuesto Sobre la Renta a todo el personal”.
No digamos que la magistrada Elsa Cordero ha decantado por la dolce vita… no lo digamos, solo observémoslo, y estaremos en plena libertad de sentir desprecio y coraje, porque acabó encabezando una élite fanfarrona y rapaz, que tiene en las mismas al Poder Judicial, nada más con la ventaja de que hoy se reparten bonos de este tamañote, justifican gastos llenos de infamia y hasta se pagan las canastas navideñas con turrones importados y vinos franceses, mientras el Pueblo sufre las consecuencias de tener frente a sí a un sistema atestado de ñoños insaciables.
La represa de los Temoltzin a punto de desbordar
Es la disputa de dos familias poderosas que impactan en la vida política de Tlaxcala. El ataque frontal a Angélica Temoltzin al acceder a la titularidad de la CEDHT, obedecería a viejos desacuerdos familiares y a la pelea de una, ¿millonaria herencia? Bueno, su desenlace no puede ser semejante a otro que la tragedia registrada en la cintaEl Padrino (dirigida por Francis Ford Coppola), tras las rejas unos a otros.
En esa expresión, muy personalizada: “bajo acusaciones subjetivas”, pero que terminarán con el encarcelamiento de ambos bandos cuando ya no tengan fuero, acusaciones escalofriantes con todo y supuestos homicidios no aclarados, falsificación de documentos, ¿desaparición forzada de testigos?, ¿operaciones con recursos de procedencia ilícita?, la intervención de notarios, emepés, policías, en fin es el poder de un capital… infinito.
Por cierto, sobre este tema la única actitud del secretario Napo, relacionado hasta el cogote en este asunto entre gangsteril y muy en la dinámica del crimen organizado, ha sido la de hacerse que la Virgen le habla.
Que SESA se ponga las pilas
Un dramático reporte de ciudadanos de Santa Cruz Tlaxcala, describe la contaminación de depósitos y ramales del agua potable debido a una fuga de agua negra en la muy deteriorada estructura urbana de esta demarcación.
Bueno, este es un problema concerniente a pueblos en condición de miseria.
Por si la autoridad municipal de Santa Cruz sigue en una actitud imbécil, el consumo de agua contaminada con heces humanas provoca cólera… insisto una enfermedad de la miseria.
Para facilitar el entendimiento de dicho alcalde, no es necesario beber agua contaminada, porque de alguna manera el virus puede acceder al organismo… ya sea a través de trastos lavados con esa agua, y hasta con algún contacto de alguien con las manos contaminadas.
Si al alcalde de Santa Cruz, hecho un tarugo ante esta emergencia no se le prende el foco, hay instancias superiores, desde la Secretaría de Salud y su titular el dentista hecho bolas con los estados financieros, hasta una oficina dedicada a la exorsión de los negocios, llamada Comisión Estatal para la Atención Contra Riesgos Sanitarios (Coeprist).
Un dato. Hace más de veinte años se registraron los últimos casos de muertes por cólera en la región. En realidad fueron dos casos: Tehuacán e Izúcar de Matamoros, ambos municipios poblanos, donde más de veinte familias velaron a sus muertos por cólera.
Lo que son las incongruencias: nueve panzones del Poder Judicial ya no saben qué hacer con los enormes bonos y las canastas navideñas. Mientras, la gente de Santa Cruz Tlaxcala, enfrenta un riesgo inminente de salud atribuible a un país de quinto mundo.
¡Qué bueno que el gobernador ya había regresado de Europa! (ajá)
Y en el otro extremo de los temas incomprensibles
Acaban de ser botados otros cuarenta trabajadores del Seguro Popular. No nos han dicho a qué se dedicaban, cuál era su preparación con el Sector Salud y particularmente con esta figura de asistencia médica a las clases más vulnerables.
Lo cierto es que la salud es un reto no superado en Tlaxcala.
Espanta porque antes de la muerte del responsable de adquisiciones del gobierno –los reportes periodísticos dicen que fue secuestrado en el Estado de México- hubo la más escandalosa adjudicación, por más de 159 millones de pesos.
Aquí alguien oculta información. Alguien se está enriqueciendo hasta niveles que un día se le van a revertir.
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