Una cauda de actos, unos ilegales y otros más, sumieron a este municipio en la más profunda crisis de servicios y generaron la pérdida de credibilidad del partido gobernante.
Es un territorio de batalla, un lamentable panorama que contrasta las anchas calles y avenidas de Apizaco con los basureros en que se convirtieron. Sobraron unos cuantos días para que el paro de PASA a causa de estar retenidos sus pagos, hundiera en los desechos a la llamada Ciudad Modelo.
Uno no puede explicarse el porqué de la falta de liquidez si este, el principal municipio de Tlaxcala produce, incluso, ingresos en efectivo a cualquier hora del día, cuando opera alguno de los muchos negocios de la comuna, como lo pudimos ver hace unos meses con una extrañísima intervención de la policía municipal y raros personajes triangulando llamadas telefónicas que concluían con la retención arbitraria y anticonstitucional de ciudadanos.
La mínima sospecha de irregularidades en algún comercio apizaquense justificaba el acoso oficial, para ver hasta donde reventaban los infortunados dueños. Este operar, diario, cuasi clandestino, es la otra cara de la moneda del aparente encomiable esfuerzo de cada una de las unidades de carga con las que cuenta el Ayuntamiento para remover parte de las toneladas de basura acumuladas en cada esquina de este formidable municipio central de Tlaxcala.
Creo que la concesión a PASA tuvo irregularidades desde el primer momento. Recuerdo muy bien la riña, como si fuesen chamacos, del entonces edil y del regidor Cesar Carvajal (en cuyo expediente obra el haberse matrimoniado, en calidad de utilería, con Beatriz Paredes, para que esta fuese candidata al gobierno del estado).
Y en ese desencuentro afloraron negocios, compra de casas, autorización de obras en zonas de riesgo y, creo que todo ello, en un contexto onírico de espectaculares momentos electorales, al grado que el responsable de este caos llegó a imaginarse, de la mano de Ernesto Cordero, como candidato a gobernador.
Qué fácil es destruir el trabajo de años, yo diría, la campaña de años para concretar el atrevimiento de verse investido con el traje de principal. Nada más hizo falta dejar de pagar a los recolectores para que todo se viniese abajo.
Parece un ensanchado tema de desechos, los que están en las esquinas y los que llevaron a Apizaco a la premisa: Si hoy fuesen las elecciones en este municipio, el PAN pierde.
Es todo un reto para quien quiera echarse ese trompo a la uña. He sabido del interés de la misma primera dama, portadora de la poderosa pluma que palomea municipios, por destorcer lo que un soñador ha sido capaz, él solito, de llevar a la ruina.
Muy atento de esta crisis, un priísta, marianista para ser precisos, toma nota de cada abyección que directa o indirectamente cometen los principales del PAN, los que se sienten con arrestos para llegar a la grande, los amorales que se dan baños de pureza, los que fueron capaces de sobornar niveles, bien identificados en el OFS, para que sus cuentas pasaran.
O sea, los que tienen cola que les pisen.
Esa no puede ser la apuesta de AN. En ninguna circunstancia y bajo la mínima tolerancia del comandante del orticismo, para el cual, el desempeño de elementos de este nivel ya se ubica en la lista, digamos no reciclable.
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