Logra que los Niños Mártires de Tlaxcala sean los Patronos de la Niñez de Mexico; por lo pronto va a apagar el fuego en una encendida diócesis como lo es Tijuana

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Ocho años de apostolado en Tlaxcala no fue tarea sencilla para Francisco Moreno Barrón, quien hoy mismo ha hecho maletas para volar a Tijuana, donde hay razones de sobra que han encendido los focos rojos. El Papa Francisco lo nombró Arzobispo y seguramente espera de él que las aguas vuelvan a su nivel. Por lo pronto, allá en esa ciudad fronteriza la grey católica tiene una alta expectativa de quien llegará a acabar con el ambiente relajado y desentendido.

Cuando Moreno Barrón llegó a Tlaxcala, tuvo el reto de hacerse de un lugar propio entre una feligresía con el recuerdo de Jacinto Guerrero Torres a flor de piel, y de don Luis Munive, metido en el corazón del más importante conglomerado de fe en Tlaxcala.

Entre las malas noticias locales o foráneas que afectan a los religiosos esa, casi abrumadora mayoría de creyentes mermó de manera considerable, entre diez a doce por ciento de lo que en aquellos momentos de gloria para esta expresión, superaba los noventa puntos.

No ha de ser fácil el convivio con grupos acostumbrados a hacer una mixtura caótica de alcohol, cohetones, fiesta desbordada y celo violento a la hora de recoger las limosnas.

Moreno Barrón se lleva aquél amargo recuerdo de la explosión de cientos de kilogramos de pólvora durante una procesión en el barrio de Jesús Tepactepec, en Natívitas, donde ese caos del que hablamos en el párrafo anterior mutiló a decenas y rompió familias.

Pero en esas plazas, tan dependientes de sus creencias y sus costumbres, algo que resuena es la exigencia de:escuchar el dinero recaudado, una expresión que al devenir en la metáfora del desorden, lo mismo describe de cuerpo completo a las autoridades civiles permisivas y pusilánimes y a unos cuantos liderazgos como responsables anónimos de las tragedias.

¿Cómo subsanar la destrucción del histórico templo en San Pablo del Monte, porque a los mayordomos les dio por limpiar el patio, donde la brutalidad tolerada por el párroco hizo escombros al santuario donde hace cientos de años tomaban resuello los viajeros, del Puerto de Veracruz a la diócesis de Tlaxcala?

Quien hoy deja a los feligreses de Tlaxcala, destaca a nivel nacional por el impulso a las artes, particularmente a la música. A punto de asumir como Arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno Barrón, sumó la sensibilidad de su oído a lo que solían ser manifestaciones de fe, estruendosas y enérgicas.

Y así surge un verdadero culto a la música coral, con ejemplos tan relevantes como los Niños Cantores de San Luis Huamantla, el Coro de la Magdalena Tlaltelulco y el de Santa Inés Zacatelco, entre otros.

Si bien el obispado de Francisco Moreno Barrón tuvo sus tropiezos, en la disciplina musical dejará un verdadero legado, imposible de desaparecer porque demostró que las organizaciones religiosas tienen un abanico inmenso de actividades, y no solo la cíclica confrontación con los mayordomos.

Falta ver quien llena el hueco dejado por el hoy Arzobispo de Tijuana.

Hubo quien sugirió al obispo auxiliar de Puebla, Eugenio Lira Rugarcía, como posible sucesor. Sin embargo, los movimientos decretados por El Vaticano en la Nunciatura, dejaron al poblano sin el el soporte que le significabaCristophe Pierre, nombrado el 16 de abril como Nuncio en los Estados Unidos de Norteamérica.

La llegada de Franco Coppola a México, tras una fuerte representación de El Vaticano, en el Continente Africano, significa un cambio de fondo al cristal con que se miraban en ese primer semestre del año las cosas en el tema de los nombramientos.

Podrían ser no menos de diez los obispos auxiliares con posibilidades semejantes a las de Lira Rugarcía, sin embargo hay quien dice que ser obispo en Tlaxcala formaría parte de su preparación para sustituir a Monseñor Víctor Sánchez Espinosa, quien desde 2009 funge como Arzobispo de la Diócesis de Puebla.

Seguramente es prematuro para hablar de los nuevos personajes.

Sobre todo por la trascendencia que singnifica la partida de Moreno Barrón a Tijuana, no sin antes proclamar a los Niños Mártires de Tlaxcala, Patronos de la Niñez en México, en un acto solemne celebrado hoy mismo, que de nueva cuenta concita en Tlaxcala a lo más elevado de la Jerarquía Católica en México.

Y precisamente será con música, con bellísimas obras corales, como Francisco Moreno Barrón, de 62 años, ex obispo auxiliar de Morelia y obispo de Tlaxcala, dejará formalmente esta Diócesis, y con ello una estela de recuerdos, creo que buenos en su mayoría.