Justo en los momentos en que el PAN tlaxcalteca requiere el respaldo de su dirigente nacional, este por algo, tuvo otras ocupaciones y desdeñó a los tlaxcaltecas
Al líder nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés, ningún trabajo le costó hacer el desplante a la senadora Adriana Dávila Fernández y su mayordomo Carlos Carreón Mejía, quien la hace de presidente del Comité Estatal de ese partido en Tlaxcala.
Ante la presión de Dávila para que ya la designen, le mandaron al sonorense Damián Zepeda Vidales, secretario general del albiazul, un tipo sin imagen pero con muchas ganas, como para posar en una especie de las fotos esas de unidad promovidas en el PRI por Manlio Fabio Beltrones.
Y se tomaron la selfi como evidencia de la desesperación de Dávila.
Aparece Alejandro Aguilar López, quien parece haber ganado casi todo en esta partida. Puede que desplace a Vicente Hernández Roldán, y se quede con la candidatura plurinominal al Congreso. Y no solo eso, también ha conseguido la candidatura del distrito 11 para su esposa Uri Elena Rivera, y en el 10 coloca a Julio Cesar Jiménez (secretario del Ayuntamiento) y como suplente al consejero nacional del albiazul, Fidel Huerta, quien se desempeña como contralor del ayuntamiento.
De esa forma, el alcalde de Huamantla logra en una prolongada y hermética operación quedarse con posiciones clave y con altas posibilidades de triunfo, como en cambio no ocurre con la virtual candidata al gobierno, quien de acuerdo con una de sus abiertas críticas, Aurora Aguilar Rodríguez, lleva sobre sus hombros una dolorosa e inminente derrota en la batalla por el gobierno, debido a la política de exclusión con la que Dávila a un Partido Acción Nacional, prácticamente secuestrado por ella.
La ausencia de Anaya Cortés en momentos tan importantes en la definición de su partido en Tlaxcala tiene un fondo humillante. Deja ver el real interés por impedir la alianza con el PRD, que no es otra cosa sino la renuncia anticipada de una participación vigorosa el cinco de junio. Está visto con meses de anticipación que la dirigencia nacional del PAN apuesta a perder Tlaxcala.
Con toda seguridad en el transcurso de hoy jueves 11 de febrero se hará formal la designación de Adriana, mas las condiciones de debilidad en las que se habrán de dar, habrán quedado a la vista de todos.
Y este es el momento de la verdad en lo concerniente a la supuesta alianza conformada por el gobernador Mariano González Zarur y la senadora Adriana Dávila Fernández.
Uno de los dos va a traicionar. No creo, por la desventaja que sea Dávila. Supongo que esa acción apunta a un Mariano desbocado en el uso de recursos humanos y económicos para sesgar a favor de Marco Antonio Mena Rodríguez, las preferencias del electorado.
Además, González Zarur sabe que el Cisen y el CEN de su partido, monitorean cada movimiento, cada acuerdo, cada llamada.
No me extrañaría que acuerdos, como el de Alejandro Aguilar en Huamantla, Jorge Luis Vázquez Rodríguez en Apizaco y Filemón Acoltzi en Contla, llegaran a tener relación con el desmantelamiento de Adriana operado desde el centro.
Ello significa que un eventual plan B mediante la alianza adri-manchis, está siendo sepultada. En consecuencia, a Mariano no le queda más alternativa que aplicarse a fondo colocándose bien firme los colores del partido al que por cierto, un diez de mayo de años anteriores de plano lo desconoció… no tengo, padre, madre, ni partido.
Tlaxcala, las desapariciones
Si algo tiene Tlaxcala, es una marcada inseguridad que se contrapone al discurso oficial que nos presume como una de las entidades con menor registro delictivo en el país.
Eso no es cierto. A los atracos, en carretera en zonas urbanas, a la extorsión y al proxenetismo detectado en municipios del centro y sur de la entidad, se suman al menos quince desapariciones de personas, la mayoría mujeres adolescentes en los últimos seis años, según informaciones registradas por la Secretaría de Gobernación (Segob) a las que el diputado de Morena, Baldemar Cortés, ha tenido acceso.
Decir que somos el estado más seguro es una gran mentira. Las autoridades lo saben, pero han preferido ocultar la cabeza como avestruces que, hacer frente a una realidad que empeora aún más con homicidios en los que ha sido usada una aterradora saña, decapitaciones, desmembramientos.
Ocultan instalaciones de Nestlé
De buena fuente sabemos que la mitad de las tres hectáreas que mide el predio donde por años operó Nestlé, fueron adquiridos por la firma internacional y donados para el cuidado del medio ambiente. El resto, fue una aportación del gobierno.
En misteriosas condiciones la trasnacional sufrió una especie de buylling acompañado por los oídos sordos de un gobierno, voraz hoy podemos especular, con el terreno que quedaba a la deriva.
Lo increíble es que ya se erige ahí una obra que sin duda será un centro comercial, y que el terreno, nos dicen, esté a nombre del mismo empresario que opera al estadio Tlahuicole como si se tratase de una propiedad suya.
Hoy todos podemos ver que las verjas de lo que fue Nestlé están cubiertas con madera reciclada. Nadie puede ver qué se realiza en el interior. ¿Qué ocultan?, ¿Estamos ante un descarado robo al patrimonio del estado?, ¿Se trata del mismo empresario que posee una flotilla de helicópteros y hasta un yate anclado en Manhatan?, ¿Esta fortuna se genera con sobreprecios de cobertores y el uso de programas sociales para triangular esquemas laborales y reparto de enseres con carácter asistencial?
¿Conoce de estos abusos la Auditoría Superior de la Federación (ASF)?
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