Lo hizo perder la elección en 2012, cuando su contracampaña apoyada con dinero de Presidencia hundió al ex gobernador, hoy manda a su mozo Carreón, a clamar por una alianza
Que a estas alturas nos salga el presidente estatal del PAN, Carlos Carreón Mejía, con deseos de pactar alianzas con el PAC, Nueva Alianza o Encuentro Social, nos muestra el verdadero rostro de una brutalidad operativa aderezada con ignorancia que lastima.
Pero Carreón es de quinta categoría en Acción Nacional. Se limita a acatar las órdenes de su jefa, la senadora Adriana Dávila Fernández, a quien estos días tal vez los fuertes vientos de la víspera de un febrero loco levantaron unas naguas bajo las cuales aparecieron huesos descarnados y no la tremenda pantorrilla que ha insistido en vendernos, que le compró la familia Calderón-Zavala, que ha sido una constante de engaño para cientos de militantes, sabedores hoy que el fracaso tiene nombre.
No es Carreón sujeto para ovacionar, pero sí para hacerle un justo reclamo porque ha sido un fardo encargado de impedir cualquier avance de este partido, que de oposición activa tiende a terminar en el sótano de la indignidad, roto por el desbordante odio interno y sobre todo por la deshonestidad con la cual, esta élite provinciana se ha conducido.
Del instituto político que se llenaba la boca en afirmarse suficiente como para ganar solito la elección de junio, está a la vista de todos un proyecto quebrado, incapaz de completar por sí mismo el listado de candidatas y candidatos.
Adriana perdió la vergüenza y acabó por buscar el apoyo de Héctor Ortiz. Eso significa el desesperado llamado de Carreón a una alianza con el Partido Alianza Ciudadana.
Cayeron más rápido estos habladores de lo que pensábamos.
¿Se darán cuenta que su coqueteo para aliarse con los Ortiz, destapa la vieja herida de 2012, cuando Adriana Dávila se empleó a fondo –con el concurso de Felipe Calderón– para ocasionar la derrota del ex gobernador Héctor Ortiz, entonces candidato panista en segunda fórmula al Senado de la República?
Con qué cara, hoy Adriana dice más o menos a Héctor… verás, mi alianza con Mariano fracasó, las cosas no salieron como nos imaginábamos, ¿no quieres volver a hacer equipo conmigo, recuerda que hace cuatro años ocasioné tu derrota, apoco te dolió?
La señora Dávila tiene una memoria cínica. Cierto, posee cualidades destructivas sobresalientes. Solo le ha faltado orientar esos talentos a desafíos que con el tiempo no se le reviertan. Como esta muestra que la exhibe desesperada, al grado que prefiere desactivar su memoria si con ello vislumbra una tabla salvadora.
Hoy, la información cruza al país en instantes. Las redes sociales, los medios electrónicos, tienen a su alcance la herramienta para descubrir anticipadamente y con extraordinaria precisión, los éxitos o los fracasos protagonizados por políticas y políticos que tuvieron la oportunidad de actuar con un mínimo de honestidad, mas prefirieron hacer el caldo gordo a un PRI que los tiene becados, y que hoy, sin mayor problema avanza, pese al bajo perfil de su candidato.
PRD busca otros escenarios
Sí, donde ni los ciudadanos ni los periodistas los conozcan. Así como lo hicieron ayer miércoles la virtual candidata a gobernadora, Lorena Cuéllar Cisneros, y la retahíla de vividores colocados a sus espaldas y presentados en la Ciudad de México como el próspero equipo por medio del cual el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Tlaxcala piensa lograr la proeza de ganarle al PRI.
Algunos rostros son de comentar. Por ejemplo, el de aprendiz de político que echando a perder progresa, Santiago Sesín Maldonado. El del fresco fracasado Manuel Cambrón y hasta la pragmática escondida en la causa de la equidad, Eréndira Jiménez.
Ellos encabezan el equipo ganador de Lorena Cuéllar, quien por su lado accionó ante medios nacionales el poder de la lengua y anunció un frente común en su apoyo. ¿Cuál?
Se me hace que la seño Lore tuvo que utilizar mentirilla tras mentirilla, tratando de inventar nuevos escenarios, mediante los cuales halle alguna forma de quitar lo deprimente a su lucha.
Es otro caso con la idea que por alternar sedes van a librarse de la velocidad de los medios electrónicos y las redes sociales. Me parece que incurre en el exceso de contar mentiras con kilómetros de distancia, bajo el supuesto que eso no va a llegar a los inquietos críticos suyos en el terruño. Hizo el oso.
El PRI y su abanderado de bajo perfil
Ahí va, a empujones y marianazos, pero va llenando los requisitos para llegar medianamente armado a la elección del cinco de junio. Tal vez Marco Antonio Mena Rodríguez, carezca de un brillo propio que lo dote de liderazgo y sed de triunfo, pero ante una oposición que se inmola cada que puede, hasta un chamaco de párvulos es capaz de obtener buenos resultados.
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