Y se habrá impuesto la estrategia de Peña-Manlio para hacer realidad la máxima de: gobernador no pone gobernador.
Nos dicen que serán los primeros días de enero del próximo año cuando se conozca el nombre del o de la candidata del tricolor a la gubernatura de Tlaxcala.
No crean que esto ha sido miel sobre hojuelas. De las trece entidades con procesos electorales, la del estado más pequeño ha sido para el líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones y para Presidencia, una prueba de tolerancia y de comprensión… una especie de metáfora donde los dulces sonidos de la flauta mágica parecen comenzar la doma de la bestia, cruel, despiadada y bien chueca, cuya madriguera hiede a estiércol de toro y a cuerno quemado.
El estado más chirris; el que se suponía un ejemplo para los carnales de mayor peso y dimensión ha resultado más conflictivo que un perro rabioso, y si no fuera porque a ese animal le ha dado por llamar la atención (claro, negativamente) desde el mismo inicio de su turno al frente, no sería tanta la observación de cada maniobra, siempre buscando salirse con la suya.
Ha sido más la perseverancia de quienes se hallan a cargo. Al parecer, aquél pacto de unidad, luego del cual todos se tomaron la foto (hay que ver el abrazo un poco guarro de Noé y Marco Antonio) ha avanzado buen trecho para sentar sus reales, y si otra cosa no nos tiene guardada el mago de la caja de cristal, quedará remachado con hierros de este tamañote una de las máximas del poder: gobernador no pone gobernador (he aquí donde podría caber otra de esas frases inmortalizadas por Manlio: los árbitros no participan).
Se pasa de… Cambrón
Dice el líder perredista que la charola pasada entre los aspirantes le dio chance de juntar como seiscientos mil. Y jura por esta que no se trata de tranza alguna sino de una medida necesaria para financiar la grilla esta de las inscripciones, cuyo resultado serán los abanderados amarillos a alcaldes y diputados, y desde luego a esa larga lista de cargos en los que el partido se sabe con probabilidades de hacerla en grande.
Dos cosas
El palomeo del singular líder perredista se justifica en los estudios demoscópicos realizados por una encuestadora que resultó de su propiedad, y hasta administrada por la dueña de sus quincenas, una seño de nombre Nancy Islas (experta en ventas en la radiodifusora de Apizaco)
¿Será lícito mover toda la paja perredista para que nadie se dé cuenta que el nego vino a parar al negocio familiar de las encuestas?
¿Qué tan confiable es para una militancia acostumbrada a las sorpresas desagradables el hecho que sus candidatos salgan de semejantes estudios?
Eso es apenas la punta del iceberg.
En el palomeo, mister Cambrón aplica criterios harto arbitrarios para decantar por tal o cual sujeto a determinada posición, siempre y cuando ello le garantice posibilidades de éxito, ¡así sea calculando que van a perder!
Dice de las de aquí: aquí nos derrotan pero ganamos el primer regidor. Acá, podríamos ganar, pero si perdemos perjudicamos a equis (del partido) que me cae bien gordo y aseguramos tal posición.
En otras palabras, Cambrón juega a perder.
Y conste que sus decisiones pasan por un filtro vigilado permanentemente por la virtual candidata de unidad del PRD a la gubernatura, la senadora Lorena Cuéllar Cisneros.
Debe ser su falta de conocimiento en la conducta de ciertos sinvergüenzas perredistas… hoy le piden una candidatura para el hijo, luego como el grandulón Cambrón, hacen su agosto traficando candidaturas, dicen que pasar la charola es más derecho que los abogados tlaxcaltecas y para acabarla de arruinar, opera para que el negocio de las encuestas se quede en la familia.
Pues qué chueco
Si la conducta de la inminente abanderada sigue así de permisiva, esto puede ser una fotografía del eventual gobierno que llegara a ofrecer… un caos con tipos tranzas y cínicos, capaces de enderezar chuecuras con declaraciones inverosímiles.
Con el debido respeto, es una actitud pusilánime de quien en estos momentos puede ser una de las aspirantes con más posibilidades de hacer un papel relevante en junio de 2016.