Los enemigos de Mariano González Zarur se empiezan a unir y el priista deberá preocuparse.
Los amarres y divisiones rumbo a la sucesión están a la orden del día, movimientos que sin lugar a dudas apuntalan las aspiraciones de unos y en otros casos, generarán tropiezos que pueden costar al final ser un factor para no lograr el triunfo.
Al interior del PAN crece cada día el descontento por la postura asumida por el líder nacional de ese partido Ricardo Anaya, quien de la noche a la mañana minimizó la posibilidad de ir en alianza con el PRD en Tlaxcala, pues según él y el grupo de Felipe Calderón la senadora Adriana Dávila debe ser la candidata del blanquiazul al gobierno.
Tal postura ya derivó en la conformación de un grupo de panistas conformado por alcaldes, legisladores locales, ex diputados federales y miembros activos que están dispuestos a exigir al CEN del PAN y a la Comisión Permanente agotar la opción de la alianza con el PRD y abrir el proceso para que alguien, con perfil ganador y diferente a Adriana Dávila, sea el abanderado panista que los represente en el 2016.
En las próximas horas ese grupo de panistas hará llegar una carta a Ricardo Anaya, por lo que el líder nacional del PAN podrá comprobar que una parte importante de la estructura de ese partido está en contra de la inminente nominación de la senadora.
Adolfo Escobar, uno de los aspirantes a la candidatura panista anduvo más que movido en la recolección de las firmas y de establecer el contacto con los miembros de su partido para lograr la conformación de TUCA (Todos Unidos Contra Adriana)
El documento cuenta con el respaldo de los alcaldes Adolfo Escobar (Tlaxcala), Alejandro Aguilar (Huamantla), Jorge Luis Vázquez (Apizaco), Miguel Ángel Polvo (Tlaltelulco), Lilia Caritina Olvera (Nanacamilpa), Filemón Acoltzi (Contla), Jorge Rivera (Tlaxco), Miguel García (Españita), así como de los ex diputados federales, Aurora Aguilar, Leonor Romero, Juan Bárcenas y los ex dirigentes estatales del PAN, Sergio González y Benjamín Ávila, de los legisladores locales Roberto Zamora y José Gilberto Temotlzin y militantes con gran operación política como Claudia Pérez.
Difícilmente en el PAN llegarán a un acuerdo sobre la candidatura al gobierno del estado y la ruptura será inminente. Cierto, el grupo adrianista argumentará que controla el partido y su estructura, situación que le garantiza ganar en un proceso interno, pero también lo es que los 2,500 votos que puede lograr la senadora Dávila para quedarse con la nominación no se traducirán en los 200 mil sufragios que necesitará para sentarse en la silla que dejará el priista Mariano González.
El error de los adrinistas será minimizar a ese grupo opositor, pero les guste o no esos militantes le pueden representar un hueco importante y más si algunos de ellos opta por mostrar su respaldo a otro u otra abandera al gobierno de Tlaxcala, no por nada ya establecieron puentes de comunicación con Lorena Cuéllar.
Lo mejor que puede hacer el PAN es aplicar internamente su pésima campaña que instrumentó hace unos días y sin ningún impacto denominada “Queremos Escucharte”. Urge que escuche y atienda las voces discordantes antes de que viva una de sus peores rupturas.
Manchis unió a Cuéllar y a Ortiz
Los primeros pasos para la conformación de un Frente Amplio Opositor están dados. Serafín Ortiz se sentó a negociar la alianza con el aún líder nacional del PRD, Carlos Navarrete.
Y aunque si bien no se puso en la mesa ningún nombre para encabezar ese frente, en los hechos no hay más que el de Lorena Cuéllar.
Tarde o temprano tenía que pasar. Los enemigos del hacendado gobernador Mariano González coincidieron y analizan la mejor forma de sumarse. Serafín Ortiz ya confesó a su grupo más cercano que no buscaría el gobierno de Tlaxcala, pero que se unirían a un proyecto ganador.
Si se concreta la alianza Cuéllar-Ortiz, el PRI y el decadente Mariano González tendrán que preocuparse porque enfrentarán a las urnas a una candidata con aceptación ciudadana que contará con el respaldo de una estructura a nivel estatal que cuando decide operar entrega buenos resultados.
La senadora perredista sigue operando y cada día multiplica apoyos, su ventaja sobre los demás aspirantes al gobierno es que está sumando a los inconformes que empiezan a surgir en los demás partidos.
No descarte que una vez nombrada candidata oficial aparezcan con el respaldo de los ex gobernadores Alfonso Sánchez y Héctor Ortiz, quienes desean cobrarle varias afrentas al priista González Zarur.
Los elegidos con problemas
Pese a que cuenta ya con la bendición de Andrés Manuel López Obrador para ser la candidata de Morena al gobierno de Tlaxcala, la senadora Martha Palafox simplemente no logra convencer a un sector importante de morenistas, al grado que al puro estilo priista decidieron quitar a los opositores a su proyecto y tomar por asalto la dirigencia estatal donde despachaba Joel Flores Bonilla.
Clara Brugada Molina enviada del CEN de Morena será la encargada del proceso de renovación de la dirigencia estatal. Su consigna es dejar a militantes cercanos a Palafox y expulsar a quienes han desacatado los deseos de López Obrador.
Brugada Molina no midió el alcance de sus palabras y ante los reporteros se mostró como incongruente. Se irán del partido los que apoyen a otro proyecto diferente al de Martha Palafox porque no se puede tener un pie en Morena y otro en un instituto político diferente, expresó.
Sin embargo, no pudo justificar porque Andrés Manuel López Obrador si puede decidir que la tlaxcalteca sea la abandera al gobierno siendo que en la actualidad representa a la bancada del PT en el Senado.
Otro aspirante que enfrenta problemas, aunque él y su creador se nieguen a reconocer, es que Marco Antonio Mena Rodríguez no crece ni convence.
Las giras programadas los fines de semana para que el líder estatal del PRI se luzca y logre sumar respaldos a su causa no son lo esperado. A los organizadores se les ordenan llenar los lugares donde estará Mena Rodríguez con al menos 1,500 personas, pero si a lo mucho llegan 300 acarreados que bostezan con el discurso del elegido por Mariano González para ser su sucesor.
La academia y la política no son lo mismo y el diputado local debe entender que hoy en día sino se tiene aceptación difícilmente puede ubicarse como un candidato ganador.
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