El líder de los diputados locales del PAN, Orlando Santacruz, operó con enorme torpeza la reforma a la Ley Orgánica de la UAT y ahora tiene al Congreso de estado en un serio problema de prosperar la impugnación que legisladores de oposición pretenden presentar el próximo viernes.
Cuando el gobernador de Tlaxcala, Héctor Israel Ortiz Ortiz, decidió que los diputados del PAN en el Congreso de estado analizaran y aprobaran la reforma a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, también decidió que su hermano, el actual rector de la Institución, Serafín Ortiz Ortiz, no sería el candidato del blanquiazul a la presidencia municipal de la capital para los comicios de 2010.
Para nadie era un secreto que el rector de la UAT buscaba la nominación del PAN a la alcaldía de Tlaxcala, sin embargo el gobernador optó por frenar sus aspiraciones para dejar esa posición a otra persona de su grupo, pero sin que tuviera un nexo familiar que provocara rechazo entre los panistas y los habitantes de la ciudad.
De ahí que dio su aval para que la reforma a la mencionada ley se llevara a cabo lo más pronto posible y así garantizar la permanencia de su hermano por dos años más al frente de la UAT.
Los diputados del PAN no pudieron sacar adelante una reforma que pudo ser cuestionable más no ilegal, de ahí que su torpeza en la operación de esa iniciativa ya metió a la UAT, al Congreso y al gobernador en un problema jurídico político.
Jurídico porque si 12 diputados locales de diferentes fracciones parlamentarias cumplen con su palabra de impugnar esa reforma, podrán solicitar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación su intervención a fin de que se eche atrás esa modificación, que según los legisladores incumplió con varios procedimientos legales.
Si los diputados del PAN encabezados por Orlando Santacruz tuvieran la razón jurídica y la certeza de que ajustaron su actuación al estado de derecho, no habría pretextos para que las diferentes instancias del Congreso del estado de Tlaxcala entregaran la información solicitada por legisladores de oposición para armar el expediente que requieren para inconformarse ante el máximo tribunal de país.
Y por lo que respecto al problema político, es muy probable que los enemigos del orticismo aprovechen la difusión de esa inconformidad para ventilar cuestiones que afectarán la imagen del gobernador, Héctor Ortiz.
No faltarán reportajes o columnas que hablen que la familia del mandatario de Tlaxcala controla no sólo el gobierno, sino también la Universidad.
Y darán amplia difusión a los nombres de un reducido número de familias cercanas al gobernador que gozan de diferentes posiciones dentro de la administración pública, como podría ser el caso de la familia del ex secretario de Salud en el estado y actual diputado federal del PAN, Julián Velázquez Llorente, quien aspira a convertirse en el sucesor de su compadre Héctor Ortiz.
Ojalá los diputados locales inconformes con la mencionada reforma presenten el recursos legal y sea la Suprema Corte de Justicia de la Nación la que finalmente establezca si la reforma fue legal o los legisladores del PAN violaron varios procedimientos al grado que amerite ser rechazada.
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