El ex jefe de gobierno del DF, Alejandro Encinas, dibujó una realidad que lastima y vislumbra peores escenarios de persistir el desánimo entre los votantes.

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Alejandro Encinas dibujó ese panorama de autoritarismo que tanto temíamos, y aun peor, el concurso de partidos, “grandes” para seguir en esa cuesta abajo reformadora, cuyo final se alcanza a ver cuando de país no quede piedra sobre piedra.

En un contexto violento de nación, quién será más agresivo, el criminal que lastima a la gente o el tipo de autoridad que empeña al país, al tiempo de burlarse de la gente, de presumir sus grandes propiedades, de sentarse a la mesa con la realeza europea, acompañado de un séquito francamente ofensivo.

Encinas dictó la conferencia titulada: “Gobierno, democracia y el uso de recursos públicos en campaña”. Lo acompañaron Marco Castillo, abanderado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al segundo distrito, Alfonso Sánchez Anaya, al primero, y seguramente la activista indígena Ana Lilia Rivera.

No se quedó corto. Describió el limbo a raíz de la llegada de Peña Nieto; esa etapa de ensalzamiento al Ejército cada que se puede, y entrega de malas cuentas cada que perdemos con el nuevo modelo entreguista e indigno.

Y advirtió que una sociedad sumida en el desánimo es el objetivo de esa versión de partidos depredadores, de tan mala suerte que el abstencionismo es el invitado principal a la fiesta de los vendepatrias.

La primera alianza en forma

Al gobernador poblano Rafael Moreno Valle, difícilmente lo paran en su plan por contender a la grande.

Al menos así lo ve el ex mandatario Héctor Ortiz Ortiz y, dicen, ha acordado entre chalupas y otras viandas, lo que puede ser la primera alianza formal con aquél a quien apoyarán en su empresa hacia 2018, acordando una pragmática tregua entre sus pupilos contendientes por el segundo distrito.

Avanzado el proceso electoral… ya en la víspera de ir a la urna, volverán a sentarse otra vez a masticar chalupitas con pollo, y a decidir de qué lado inclinan la balanza, según lo marque un afinado mecanismo para medir popularidades.

Como quien dice, ambas maquinarias han de estar muy lubricadas para recibir la instrucción que los lleve a las urnas con una clara idea de voto diferenciado.

En esos presuntos acuerdos no me sería raro escuchar el nombre de Aurora Aguilar Rodríguez, como parte de la acción de parlare, y hacerlo con una visión pragmática y acaso efectiva, pues Polvo y Ramírez pueden, de unir fuerzas con inteligencia, sumar los suficientes votos como para doblar a quien se les ponga enfrente.

Mas lo duro de la reunión, plantea el panorama de un priísta perteneciente al grupo de Melquiades y Chucho Morales, haciendo futurismo con otro priísta, tan tricolor que fue capaz de allanar al PAN por ahí de 2004, y ganarle a un tercer priísta, Mariano, de tan mala manufactura como los males que lo acompañan.

Y si Moreno Valle prospera en sus propósitos, y si sus múltiples enemigos y críticos se lo permiten, ya veremos a otro poblano, como Díaz Ordaz, viendo al mar tan chico… para devorarlo de un bocado.

richi y la chilindrina

El chilindrino

Dicen que un colaborador se acercó en Calpulalpan al pecoso Ricardo García Portilla, y creyendo que era cierto lo de su acercamiento con la gente, le expresó cuan gracioso le resultaba su parecido con la Chilindrina, esa muchachita traviesa, hija de Don Ramón y jaqueca de Doña Florinda.

Yo creo que lo agarró en mal momento porque al ex de finanzas no le gustó para nada la comparación. Sus cronistas aseguran que giró instrucciones para que ese entusiasta colaborador no volviera a poner un pie en los actos de campaña.

No es la primera queja de priístas con canas y arrugas. No son una pesada carga para el PRI, con el voto seguro para quien se los exige… también piensan, y sienten, y se indignan por la política excluyente que esta generación de arrogantes jóvenes (ni tanto eh, Marco Mena es un traga años modosito) con una idea muy marcada de exterminio a todo lo que no les cuadre, casi como Mariano lo hace con liderazgos y grupos a los que ofende y lastima para no reconocerles el miedo que les tiene.