Como somos dependientes del dinero que viene de la Federación, nos podemos dar el lujo de tirar el dinero organizando elecciones, ah, y no queremos gobernador de año 8 meses
Si los integrantes del Congreso hubiesen querido reformar la Constitución local para armonizarla con los cabios aprobados en diciembre de 2014 por el Senado de la República, en este momento seríamos un estado cumplido, con elecciones concurrentes y bajo ese nuevo yugo centralista para organizar los comicios.
Pero campeó un ambiente de desacuerdo hacia las nuevas medidas tomadas en el centro. Los asambleístas vieron la inconveniencia de la gubernatura de un año y ocho meses, la duración de diputados y alcaldes en ese mismo contexto.
Y dieron paso a la simulación de desacuerdos de fondo. El PRI pidió reducir el número de diputados, acción que requeriría rehacer números en el tema de los distritos electorales locales.
Pretendieron hacernos creer que ningún grupo cedió a las propuestas de los contrarios.
Así el gobernador Mariano González Zarur, protagonizó un acto de rebeldía a los cambios aprobados en el Senado, pero tuvo la coartada de culpar a los diputados.
Estos se dieron su tiempo.
Cada grupo vio con su superior la inconveniencia de entrar en la dinámica que mueve los tiempos, acorta los períodos y afecta los negocios, cuya duración de seis años apenas es suficiente para resarcir los gastos de campaña.
En ese marco de supuesto desacuerdo dejaron correr el tiempo.
Hoy, cada cual dice a su estilo: “¡caracoles, de nos fue el tiempo, será para la próxima”.
Nuestra dependencia casi absoluta de los recursos enviados por la Federación, nos permite darnos lujos como este, organizar elecciones a cada rato… en otras palabras podemos tirar el dinero que da gusto… ya saben, mentes divergentes piensan que ese dinero podría ocuparse para crear empleos o para paliar de veras el hambre.
Pero vivimos en este sexenio donde será mula el que no aproveche para enriquecerse. Así que cada quien sostenga su caja de miel… y a lo maduro!
Nueva titular en la USET
La seño Rosa Isela aguarda con ansia el triunfo de Ricardo García Portilla en el tercer distrito electoral, para sustituir a Tomasito Munive Osorno.
Han de ser los calores lo que le hacen elucubrar de esa fea forma.
Y no lo digo porque sea incapaz… si sabemos que hoy, cualquier chango puede ocupar el cargo más alto o delicado, sino por el afianzamiento del grupo encabezado por el doitor Munive, dueño entre otras cosas, de la Secretaría de Gobierno, donde despacha el profe que nunca ha dejado de cobrar su quincena en la USET.
El terror laboral invade al gobierno federal
Nos dicen que personal de planta de la Comisión Nacional Forestal, sería despachado por la directora, Lucerito, a quien las cosas no le salen como las había planeado, comenzando por el abierto rechazo del gobernador Mariano González, a sus propuestas y pretensiones de contender en próximos procesos.
No olvidemos que Gisela Lucero Zepeda, organizó la comilona en honor del alcalde capitalino, quien ahí planteó sus legítimas ganas de contender por la gubernatura. Ahí mismo, esta seño aprovechó para destapar al bigote más risueño del ayuntamiento capitalino, Víctor Briones Loranca, para buscar la alcaldía de Tlaxcala y, aprovechando el viaje, pues ella misma se promovió para una diputación local.
Ni pio dicen en la SESA
¿Qué ha pasado con el uso de los padrones del Seguro Popular y Jornadas Médicas, usados por la directora del Seguro Popular, Guadalupe Maldonado Islas?
Nos dicen que el coraje hasta le removió las piedritas de la vesícula. Y cómo no si para dejar entrar al personal médico a la reunión aquella realizada en Atlihuetzía, les revisó hasta la ropa interior para que no metieran teléfonos celulares u otro tipo de aparato con el que pudiesen grabar o tomar imágenes.
La queja ya llegó al alto mando, y a la señora Maldonado Islas, no le va a quedar otra más que sumarse de lleno a la campaña que enaltece el nombre de Mariano González, o de plano ponerse a trabajar, pero en un lugar donde de veras aplique sus conocimientos en medicina, cosa que desde hace rato no hace por andar de grilla malita.
A su vez, don Alex Guarneros Chumacero (a) la amalgama gris, también está que trina porque se suponía que todo iba a ser como antes, cuando aquellos que lo llamaban el loco, sabían de sus infalibles capacidades para organizar campañas.
Se me hace que ni soñaba con ser secretario de Salud. A lo mejor nada más lo nombraron por casualidad.
De veras eh…
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