A la frase que a nadie sorprendan las alianzas que vienen casi nadie la tomó en cuenta y, creo que ahí comienzan los detalles de la elección de julio.
Se avizora un intenso proceso electoral. Por lo pronto, el simple anuncio de alianzas sorprendentes ya puso a trabajar a los estrategas de los aspirantes a la candidatura. Imagine usted a Ortiz en una foto así de grande, tomando cafecito con Adriana Dávila.
Qué dirían los demás… seguro ya pactaron una alianza perversa y por lo tanto con grandes posibilidades de ganar.
Pero si esa misma foto se diera con Rosalía Peredo, o con Lorena Cuéllar y, por qué no pensarlo, con el mismo Mariano González, la gente diría, mira esos ya han de estar trabajando para asegurar el triunfo en las urnas.
Es decir, cada quien muestra las canicas con las que cuenta (las de vidrio). Y resulta que unas fueron perdiendo canicas por su temperamental carácter; otras quisieran más canicas pero, ya no tienen y , los hay también que cuentan con la bendición muy alta de quien puede influir en la toma de decisiones, o sea, pueden ser las canicotas del gobierno federal.
Bueno, pues cualquiera de ellos, en una eventual alianza con el orticismo garantiza el triunfo. Y he aquí que algunos de esos personajes no quieren ver ni pintada a esa corriente política, ahora foco de críticas porque se fue haciendo el famoso cacicazgo académico, sobre el cual ya mucha tinta se ha gastado.
Lo odian, lo detestan, pero, a lo mejor con el tiempo pueden llegar a amarlo. Eso piensan. Y es que el poder es el poder. Me consta haber visto a los más incólumes sujetos de la izquierda convertirse en entes sin principios por el afán de encabezar un proyecto político, o de colocarse en un sitio envidiable.
Pero el mensaje está enviado y, quien no lo haya captado ha de estar viendo en forma simultánea lo que ocurre en la política de Tlaxcala y lo que pasa con la cultísima cantante Paulina Rubio (ajá).
Mariano y su cercanía con Peña Nieto
De manera especial, el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, elogió la presencia del ex diputado Mariano González Zarur, a su cuarto informe de gobierno.
El beduino –como lo llama José Vicente – sumó esa distinción al trecho que ya caminó en el tapete de la política dentro y fuera de Tlaxcala, y se encuentra diseñando lo que será la gran cumbre con Beatriz Paredes, de la cual se deriva que sus intenciones por gobernar Tlaxcala son realmente serias.
70 y más, millones a los ayuntamientos
El casateniente Juan Manuel Lemus, bien que sabe que de los ajustes hechos al presupuesto, andan que brincan de contento los alcaldes, a quienes llegará dinero fresco con el cual podrán pagar bola de deudas, o en el mejor de los casos, seguir creciendo en el ámbito de la obra pública.
Lo que no sé es por qué el capitalista Lemus roba todos los reflectores al secretario de Finanzas, cuyo nombre ya hasta se me olvidó (no es cierto es Andrés Hernández), de quien lo único que recuerdo es que se trata de un incondicional de Rosalía Peredo Aguilar.
De veras, Juan Manuel Lemus, es lo de moda, y del otro contador ni quien se acuerde.
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