La mezcla de las pasiones incendiarias de quien ya se va, hizo corto con una danza de millones tirados al caño, y a las cuentas de asesores mucho más ricos que antes.
Pues la autoridad ya va para cinco años de haber iniciado hostilidades dentro de un marco selectivo de negocios contra sus antecesores. Al día de hoy ha sido más fácil pescar a gente de su mismo equipo que hacer efectivas las acusaciones publicadas por este medio desde julio de 2014.
Hoy, la procuradora Alicia Fragoso lo confirma. Desde aquellas fechas ya existía la intención de inculpar a una lista de ex funcionarios y colaboradores de Héctor Ortiz: Jesús Luevano Escalona – ex titular de la Sedeco-, Jesús Gingeni Luevano Rosas –empresario constructor-, Juan Mejía Bonilla, Guillermo Manuel de Jesús Canales Fernández, Felipe Castelán Marini, Jorge Sánchez Nava, Erick Rodríguez Varela, Carlos Villar Bursiaga, Leonel Lima Loaiza, Felipe Cuapio Zompa y Baldomero Ruiz García. Sobre todos ellos ya existía orden de aprehensión.
La estructura de la Plaza Bicentenario no ha colapsado –como lo pretendieron vender los análisis ordenados por Mariano-, tampoco han atrapado a algún involucrado, pero eso sí, la plaza fue saqueada, robaron sus elevadores, cableado, ventanería y más componentes del edificio.
Además cientos de butacas y otra parte del equipamiento permanecen embodegados en calidad de desechos y con el riesgo también, de haber sido saqueados.
La explanada de la plaza se usa para exposiciones de libros y para otras actividades que su estratégica ubicación facilita. El estacionamiento subterráneo es usado casi clandestinamente para desahogar la abundancia de autos durante los tianguis sabatinos.
- Tras haberlo negado medio año, la autoridad acabó por aceptar la existencia de dichas órdenes de aprehensión, y por reconocer el fracaso resultante de judicializar las fobias de Mariano González.
- El secretario de Obras, Roberto Romano, sigue en el limbo. Con Ortiz fue residente de la Plaza Bicentenario. Con Mariano, titular de Obras. Queriendo quedar bien con los dos, le ha ocurrido lo contrario. Es él a quien el sistema debería poner a buen resguardo.
- A la gente no le interesa si la Plaza Bicentenario es iniciativa de un ex gobernador y complejo de otro, lo que quiere es contar en el área que mucho costó para ser adquirida y más sigue costando en la acción depredadora de cacomixtles con derecho de picaporte.
El predio de la Luis G. Salamanca
No se requiere ser adivino para ver las ganas de la autoridad que echó de su casa a maestros y alumnos de la Primaria Luis G. Salamanca, para construir ahí un centro comercial.
Solitaria, escombrada, la propiedad ubicada en pleno centro histórico de Tlaxcala y donde varias generaciones comenzaron su paso por las aulas, aguarda por la peor decisión: permítase a equis particular iniciar la construcción de tales negocios, al fin que la dignidad de maestros y alumnos es lo que menos interesa a un gobernante ya de salida.
En el inter, el Ayuntamiento capitalino se convulsiona ante la falta de recurso para comprar el predio donde su superior –así lo asume- ya dispone de los medios para activar –y administrar- la construcción de la nueva sede de la primaria, indignamente despojada de su genuina casa.
El regreso de Gustavo Madero
Vaya términos en los que fue recibido el chihuahuense a la dirigencia nacional del PAN. Hay que ver las descalificaciones de la carta enviada por senadores albiazules calderonistas, entre otros Javier Lozano y Adriana Dávila, donde reprueban su irrefrenable ambición al ausentarse cuatro meses del partido para hacerse con la pluri número uno a San Lázaro.
En el sexenio donde cada personaje hace la fortuna que puede, hay sujetos como Madero que de verdad entendieron el mensaje de Peña, le entraron al Pacto y sus reformas que hoy nos tienen postrados, y a su tiempo regresan con una diputación segura bajo el brazo.
El termómetro de los autoritarios
La única diferencia entre los zapes de por aquí, las cachetadas de Manuel Velasco y las llamadas telefónicas de Moreno Valle, atestadas de vulgaridades, ha sido que el güero chiapaneco se animó a disculparse públicamente y hasta dos veces puso el cachete para recibir sendos remedos de bofetada, de parte del asistente a quien de víctima quisieron hacer verdugo.
Aquí, los zapes marianos sembraron un profundo rencor en el receptor de ellos, quien al final hasta resultó beneficiado con una candidatura. Hay que ver si el güero Velasco premia la pasividad de su ayudante haciéndolo diputado y quién sabe verdad, hasta nombrándolo sustituto.
Si de maltratos extraordinarios se trata, hay que ver cómo le ha ido a Raúl Pérez Velázquez, alcalde de San Miguel Canoa con su gobernador, Rafa Moreno. O al líder de la 28 Simitrio Lara, pescado por cierto por una denuncia presentada por Tlaxcala ante la procuraduría poblana.
En los tres casos el autoritarismo es la constante que nos muestra a políticos de la actualidad ejerciendo su derecho a pisotear a la gente.
Estos tres pagaron con desengaños a la gente que los llevó al poder. No son los únicos, pero en este momento son el jocoque de las perversidades mediante las cuales se maltrata a un pueblo cada vez más cansado de semejantes abusos.
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