En una entrevista radiofónica, Mariano, americanista parecidísimo a Maradona pero comparado con Mohamed, volvió a exhibir sus rudimentarias hechuras.
Alguien debe recomendar mesura a la recién desempacada delegada del CEN tricolor, Rocío García, para quien es cosa sencilla tapar con uno de sus dedos el sol de la corrupción, y usar al partido –sin consulta a la militancia- como escudo, defensor de lo indefendible.
Qué se espera de una seño que pide mole de caderas en Atlixco y busca pozole en Tehuacán, eso sí, al ritmo de: vengan las otras botellas preciosas. Solo que hoy, debería enterarse que el pulque debe consumirse poco a poco, sobre todo porque con estos fríos el tlachicotón está increíble, de sabroso y de fuerte.
Cada quien su estilo, verdad. Y este, de la enviada de Insurgentes me suena a un: ¡aquí estoy señor Manchis, no os olvidéis de mi canasta navideña… que seáis como fuéreis, de todos modos me he puesto de botarga para compartir con vos los fregadazos!
Hay que ver el intercambio de miradas; del grosor inescrutable de los espejuelos de Ricardito al brillo cachetón de Junior, pasando por la nostalgia atigrada de doña Lupe Sánchez Santiago.
Total… que nadie se descarte, y que nadie se encarte… oigan, ¡qué profrundidad!… ¡que sirvan las otras!
Esto es lo que pasa en un otrora estado tricolor por antonomasia al que el Partido debe mandar, de senadores o ex gobernadores para arriba. De no ser así –como pasa en la presente- los osasos no demoran.
¿Sabrá la delegada?
A ver, que diga la seño Chío si está enterada del pésimo humor con el que Junior sube y baja (y hasta manda a la fregada, creo que a la jurídica del partido).
¡Que pase la delegada! (hagan de cuenta que estamos con la señorita Laura) y nos explique por qué sí o por qué no encartar al novillero (con tantita celulitis) si eso ya no debería estar a discusión.
Digo, aunque no supere los reglamentarios diez puntos para poder aspirar a la candidatura, pues ¿qué le importa?, verdad, si el muchacho tiene sus planes, y como quien dice, ya le comunicó que entre su futuro próximo puede el desencarte ser lo único cierto.
Además, no le hace que el tío Poncho tenga más de sesenta unidades en el distrito en pugna. Si su gusto es gastar los sesenta millones, quién se lo va a quitar… ¿doña Chío?… ¡No tiene derecho!
Y cada quién puede gastar sus sesenta millones como mejor le parezca… ¡así pierda la elección!… ¡pues esta!
El mal carácter
Si el muchacho ha descubierto que su barco se hunde no ha de ser porque la voluntad popular se venda al mejor postor.
La gente no se hace miembro de la Cámara de Diputados en la medida en que pueda repartir centavos, sino con base en la aceptación de lo que el susodicho insiste en ver como perrada, y no se da cuenta que se trata de ese tejido social, al cual tampoco se convence ataviándose como coyotito en alguno de los cotejos en el Tlahuicole.
Pero ni invitando cervecita a todo el respetable, presente en alguno de los partidos, aspiraría a ganar su voluntad al momento de ir a la urna.
Le hace falta preparación. Hoy, ni Peña Nieto se salva de la reprobación popular, con todo y que se encuentra en la cúspide… qué podemos esperar de un político más bien tierno, habituado a los mimos del altibajo familiar y de la temporada de escasez, de la cual es mejor no acordarse.
Trasmitiendo desde la Casa de Gobierno
Ahí tiene usted a los muchachos de la radiodifusora, haciendo preguntas incómodas al émulo de Antonio Mohamed. Yo diría que de Armando Maradona pues, en el culto de sí le va casi la religión mariana, así como la maradoniana.
Se habló de todo. Del portentoso crecimiento en la creación de nuevos empleos (¿?), de la competitividad (ha de ser en el Tlahuicole) y de la obligación no cumplida de Matusalén Vega Crespo, para hacer efectivo aquello de que las buenas noticias… también son noticias.
Por vez primera se escuchó el ofrecimiento de disculpas a las familias destrozadas del ex federal asesinado y su hermano, a manos de los guaruras acreditables del gobernador de Tlaxcala, y en un contexto donde debe aclararse el papel de Ariday Macías, la asistente personal más compleja que el código de Cacaxtla.
Con graves fallas técnicas –como si los controles remotos los hicieran con un celular descontinuado- la entrevista volvió a exhibir el fondo de sufrimiento de quien un día amaneció como sujeto de poder pero con méritos muy, muy escasos.
Ah, y después desconoció a todos.
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