Si el mandatario es ajeno a dichas llamadas alguien, acaso la influyente burocracia ha tomado la enésima iniciativa para exhibirlo como un líder desinformado e intolerante.
Habría sido mejor que el gobernador Mariano González Zarur, rechazara las supuestas llamadas intimidatorias a integrantes del grupo parlamentario del PAN –incluso las condenara- y se asumiera garante de la integridad de dichos legisladores.
En lugar de ello, hizo pública la lista de cargos y nombramientos que ha desempeñado a través de toda una vida en la política: «El próximo 15 de enero cumplo 40 años de ser servidor público de primer nivel, de ser dirigente político en dos ocasiones, de ser dirigente político nacional cuatro o cinco veces, de haber sido presidente municipal, diputado federal, senador de la República y ahora Gobernador y en ese tiempo nunca me han amenazado».
Qué bueno. Nunca lo han amenazado.
Hoy, sin embargo, está del otro lado del mostrador.
Es decir, respondió algo que no le preguntaron.
Y con ello dejó ver varias posibilidades:
1.- Que a nombre suyo, la burocracia de pedigrí –casi declarada en golpe de estado- se ha tomado la atribución de causarle el enésimo perjuicio… esta vez usando el teléfono para infundir miedo a un grupo panista, por cierto echado para adelante porque las cosas le están saliendo como ni siquiera lo planeó.
2.- Interesante encargo para la policía que combate la extorsión telefónica.
3.- Qué delicado sería el nivel de desinformación de un líder a quien le lleguen de rebote presuntas acciones urdidas para desgastar a la oposición.
4.- Hoy, tras este escarceo declarativo, buen cuidado debe tener el marianismo para que a los panistas no los dañe ni siquiera una niña en su bicicleta porque, existe ya un antecedente de llamadas intimidatorias; una eventual tragedia inculparía al hacendado… y miren que en todo el país, las desgracias están a la orden del día.
¿Seguro?
La pretendida ironía con la cual González Zarur, responde a los señalamientos albiazules combina tal vez la seguridad de un político que desprecia las amenazas –y más bien opta por la acción. Pero le ha encendido la luz de advertencia: alguien aprovecha su desconcentración para: amenazas telefónicas, gastos condenables, presuntos negocios turbios de los cuales el SAT tendría poca información.
En otras palabras, podrían estarlo hundiendo.
El hecho es que sus cuentas públicas no han sido aprobadas.
Y conste que él es un experto en eso que hemos llamado ingeniería comprobatoria.
¿Qué pasa entonces?
Porque hasta el propio presidente de la mesa directiva, el diputado Calyecac, reconoció que esta Legislatura se encuentra violando la Constitución, al haber permitido que pasara la fecha legal para dictaminar los estados financieros inherentes al Poder Ejecutivo de Tlaxcala.
Calyecac lo toma con calma. No tiene alternativa.
Pero, que el Poder Legislativo acepte semejante falla nos ha convertido en este momento, en un estado cínico.
Equivale a decir por ejemplo al tejido social: “perdón tejido somos solidarios contigo porque desde hace unos días no es vigente el Estado de Derecho, y a lo mejor te ves afectado en tu integridad y la de tus bienes”.
¿Perdón?
¡Oigan, se trata de los señores y las señoras que proponen, modifican y aprueban las leyes!
Y en el colmo de este doblamiento de una institución, el señor Calyecac se ha permitido convocar a los afectados, cualquiera que se sienta afectado puede impugnar los resolutivos del Congreso, sugirió.
¿Esa es la respuesta del presidente del Congreso?
Lamentablemente sí.
Casi casi, como el diálogo entre un preocupado padre de familia y su hija: -¿Estás o no embarazada? – Pues un poco (¡!)
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