Dos encuestas son las que comenzaron a dibujar el escenario previo al formidable compromiso electoral de julio de 2010.
La política en Tlaxcala vive momentos de tal intensidad que, el conocer el resultado de una encuesta de Consulta Mitofsky, desbordó la desesperación de unos y la indignación de otros pues, su expectativa siempre fue mayor respecto a sí mismos.
Y aquí es necesario hacer un par de acotaciones. Primero, que e-consulta se limita a informar, no a hacer política, porque esto último le corresponde a los políticos.
El otro asunto, tiene que ver con el elevado número de indecisos o que tuvieron un “no se” por respuesta a las mil encuestas aplicadas por Mitofsky entre el cinco y el ocho de septiembre de este año.
El género como factor preponderante
No hay duda, según lo arroja este primer trabajo publicado, que las mujeres jugarán un papel fundamental en la elección de 2010.
Aunque los hombres no deben descartarse en este compromiso con las urnas, son las potenciales candidatas, Lorena Cuellar (PRI), Perla López (PAN) y Minerva Hernández (PRD) quienes en este momento alcanzan el mejor puntaje.
El trecho es largo y, seguramente muchas cosas ocurrirán.
Mitofsky no es la única
Pero en este escenario, es sano recurrir a otra encuesta, que habría sido elaborada por la propia Secretaría de Gobernación.
Lo importante en esta, es que rompe con el factor de género y se concentra en tres personajes que, para esa dependencia, serían los que despiertan su interés, basados en una interesante labor de análisis e inteligencia en las entidades donde habrá elecciones.
Los nombres son: Minerva Hernández Ramos (PRD), Lorena Cuellar Cisneros (PRI) y Julián Velázquez Llorente (PAN).
Es notable el cambio de personajes que militan en el partido en el poder. Si desde la perspectiva de una firma seria y respetable como Mitofsky, es la diputada federal Perla López Loyo quien alcanza la mejor puntuación, con indicativos relevantes hasta de 38 por ciento en el tercer distrito electoral, es el ex secretario de Salud de Tlaxcala, quien para la SEGOB, reúne las condiciones que lo perfilarían como posible sucesor de Héctor Ortiz.
En el caso de la alcaldesa de Tlaxcala, Lorena Cuellar, el haberla tomado en cuenta no obedece a motivos superficiales. Le preceden dos elecciones constitucionales con resultados positivos, en condiciones de franca desventaja.
Por cuanto a la senadora Minerva Hernández Ramos, su calificación va de la mano con el innegable rendimiento alcanzado en la Cámara alta, que, según el monitor legislativo es uno de los más elevados, incluso a nivel nacional.
Del ex secretario de Salud de Tlaxcala, Julián Velázquez Llorente, no es desconocida la intensidad del gobierno estatal para darse un perfil inclinado al tema sanitario que, sumado al contundente triunfo el pasado cuatro de julio y a su posible inclusión como presidente de la Comisión de Salud, dibujan un perfil de amplios méritos.
En otras palabras, tiradores hay muchos, pero no todos acuden al compromiso en las mejores condiciones.
Los habrá, seguramente, con elevadas dosis de aventura. Otros lo ven como un sueño personal mas no, insertos en una realidad actualizada y los hay también quienes se apuntan para ver qué ganancia obtienen conforme madura el proceso.
Y tal vez esta sea la dolorosa serie de espasmos ocasionada por aquella lucha generacional que, dicho sea con toda precisión, en el caso de estos tres ni concentra en el mayor de ellos las visiones desfasadas, ni otorga a quien fuese menor una visión absolutamente revolucionaria.
Habría que anotar que la formación de dos de esos tres, obedece a marcados compromisos con la izquierda, en tanto compromiso social y, que una de ellos, traería consigo el sello de de una rancia tlaxcalidad como elemento conservador, incierto ante las preferencias que, como usted y yo sabemos, resultan impredecibles al momento de depositar el voto.
He sabido de personajes insistentes en inscribir su nombre en este cotejo, haciéndolo con la graciosa argumentación de contratar a firmas dedicadas a la labor demoscópica, que cobren baratito.
Es ahí, donde comienzan a establecerse las diferencias entre aquellos que no tienen de otra mas que ver hacia arriba y los otros, que tratan de sobreponerse a la improvisación, a la inmadurez, a la visceralidad.
Pues estamos ante los que pugnan por ser la autoridad más importante de Tlaxcala y hacen por el voto, bien anticipados y mejor preparados, que es como los demanda una entidad a la que no se puede dar trato de iguales, según palabras de Emilio Sánchez Piedras, bien recordadas por las generaciones que él formó, pero también por las subsecuentes, a las que le toca vivir su momento en la historia de Tlaxcala.
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