Vienen de todos los partidos, los une una causa: Beatriz… a Mariano no le cayó nada bien, al grado que ignoró la invitación girada para encabezar la unción de su primo Cesar.

Caricatura 1, Arturo Tecuatl, Emprendedores Nacion, Cesar Carvajal, Mariano Gonzalez, Beatriz Paredes, Tlaxcala Online

Pareciera aquello de EPN (emprendedores por la nación) el último tren del partido tricolor en Tlaxcala en la víspera de la elección preparatoria para sustituir al huracán de Rancho Seco.

Pero se aprecian dos momentos con nitidez:

1.- El retorno de la paisana Beatriz para encabezar los primeros lugares pluris –junto a Cesar Camacho Quiroz- en la conformación de la nueva legislatura para afianzar al peñismo.

2.- La necesidad de cientos de priístas (y expriístas en posesión de franquicias opositoras, pero todos afectuosos con la doña) para conformar esa alianza entre partidos y grupos que dé batalla en 2015 y se perfeccione en 2016.

Así que rescatar a Cesar Carvajal González de sus cíclicos escombros, no nada más tiene que ver con un acto de caridad política… acaso es usar el mismo apellido y el hacendarismo -su asidero- para propiciar el esperado reencuentro, más allá de marianismos o beatricismos, orticismos o güerismos (por aquello del güerito de rancho).

Porque ese sistema tlaxcalteca, aun con colores distintos al PRI en el poder, no había caído como ha ocurrido este sexenio, en decrecimiento e inconsistencia como resultado de un temperamento sin rumbo que, a estas alturas aún no se encuentra a sí mismo, salvo en la necia idea de haber ocupado su lugar en la historia, como uno más de los mandatarios, que lo fue… a falta de otro u otra mejores.

Despreciar a este momento como suele hacer con tantas cosas el dirigente-aspirante del PRI, Ricardo García Portilla, es renunciar al legítimo derecho de reconsiderar las cosas.

Bueno, el EPN observa en la supuesta imparcialidad, en sobreponer la imagen de Beatriz a la del tricolor, lo que al doble doctor-comunista y deseoso de abolengo, don Ricardo, debiera quitar el sueño porque es la causa de los plantones que le dan y de su escasa convocatoria, al grado que en su momento hubo de repartir pollos para llamar un poco la atención.

Para aglutinar a la senadora doña Martha, a la delegada Anabell, a Bibiana y hasta al desorientado Ochoa de la Segob, pasando por Antonio Mendoza y hasta por el cuñado, hoy incómodo y actual delegado del Infonavit Fernando León Nava, es que algo ha de tener el movimiento ese en tanto sutil, o no, desafío a un Mariano sorprendido al ver lo efímero de su imagen como elemento perenne en el pensamiento de la gente.

Su clave es hacer como que no tiene partido.

Y los opositores que acudieron al llamado, mayoritariamente ex tricolores, han vuelto a henchirse de ilusiones, porque al no ser por el tricolor… por otro partido lo conseguirán.

La ausencia de Mariano en la unción de Cesar, su primo hacendado (pobretón) es, no lo dudo, la visión nada agradable que las hostilidades han comenzado.

Empeñarse en verlo de otra forma, pese a los sesenta millones con los cuales su retoño dice contar para comprar voluntades en el primer distrito, es el anuncio que para esa versión de tricolor marianista no se avecinan buenos tiempos… al contrario, otros sin tener las manos tan llenas de millones, pueden hacer las cosas, porque conocen y manejan los códigos dolorosamente negados al señor don manchis.

Caballito de Troya

Véase del sobrino de moda (el que lo acompañó a las Europas) sus influencias tan anchas (como sus espaldas) en la voluntad de su tío Mariano, que ha sido capaz de acomodar a la compañera su cónyuge en la contraloría de la Secretaría de Salud.

Ello ha retardado la reacción del temperamental, cuando se entere del gol, el enésimo que le han anotado a la hora de designar funcionarios.

No se la lealtad de lo que pueda presumir Luz María Portillo García, flamante contralora en el sector salud. De ello se engrosa un expediente que data de los tiempos de Minerva Hernández Ramos, en los tiempos de la casta divina. Sin embargo el tiempo que Lucha duró en el encargo fue breve, y no por ser capaz.

Vino entonces la intervención de la Chiva Olivares (carnala de Ricardo Olivares, ideólogo de ASA, y también encargado de la centaviza) y otra vez le dieron chance. Y otra vez le sacaron la tarjeta roja, y no por ser capaz…

Más tarde, la seño Adri la acomodó en la Auditoría Superior de la Federación (ASF); pero cuál sería la sorpresa de la legisladora que, al poco tiempo ándale, semejantes golpes bajos porque Luchita era ya una de sus principales detractoras.

Digamos que hoy llega a la SESA, pero no se puede despojar de sus antecedentes, primero como golpeadora de grupos antimarianistas y hoy, del otro lado del mostrador…

O como olvidar que también era la encargada de pasar la charola en las delegaciones federales para financiar la campaña de Dávila Fernández.

Los que saben y la conocen, dicen que Sesa y el mismo Mariano González no saben la cefalea que compraron, ya que será en cuestión de días cuando obtenga toda la información comprometedora y empezará a utilizarla para golpear al mismo gobierno del hacendado.

A estas alturas, no se sabe quién fue el que mintió al gobernador y logró clavar a una mujer de ese tipo en una dependencia, donde curiosamente apesta a corrupción.

Ixtlapale… sus apuraciones

Trascendió que uno de los ex alcalde que anda muy preocupado en Carlos Ixtlapale Gómez. Los que saben dicen que el priista podría enfrentar dos procesos penales que se cocinan en los juzgados primero y tercero. Uno por abuso de autoridad y otro por cohecho.

El priista podría enfrentar la furia del sistema y parar en la cárcel, junto con su tesorero.

Pasar la charola para tapar sus excesos

Algunos presidentes municipales de la entidad andan desatados y sin importarles nada imponen su ley.

Nos dicen nuestras fuentes que el edil de Yauhquemehcan, Felipe Morales, simplemente obligó a los empleados del ayuntamiento a aportar recursos para financiar la feria de ese municipio.

Sin la menor consulta, Morales ordenó que cada empleado debería entregar 9 mil pesos para la realización de la feria, para lo cual debían vender 20 boletos para las paellas y otros más para la corrida de toros.

Si no los venden es su problema, pues tienes que entregar los 9 mil pesos que te tocan, porque de lo contrario estás despedido, fue la única respuesta que recibieron los empleados municipales.

Y para seguir con el tema, el donde hay una cacería de brujas en el ayuntamiento de Tlaxco, donde el alcalde Jorge Rivera, ha recurrido a despedir a los empleados porque, según él, son los responsables de las críticas en los medios de comunicación.

Para llevar a cabo es acción,  el presidente municipal delegó esa labor a su hijo Jorgito, quien respaldado por el secretario del ayuntamiento anda cortando cabezas.