Es un atrincheramiento adelantado para enfrentar el caos ocasionado por su propio comportamiento y el pavor que siente por un tejido social cuyo resentimiento crece.
Pasamos del temperamento de un golpeador de oficio en Seguridad Pública, al de un secretario que depende de su emoción hormonal, y con la moral muy alta porque acaba de echarse al plato a la poderosa Lupe Rodríguez y Erazo, ayudado no sabemos si voluntaria o casualmente por un Edgar Tlapale, que no cree en nadie (¿quién no, con los granaderos atrás de él).
Como de costumbre, se activó la operación Marquitos (patentada por el diputado Mena) consistente en: arengar la votación de las “a juerzas”, y ocultar la reforma, dictamen “u lo que sea”, hasta treinta segundos antes de la sesión.
Tomen nota porque esto es un simulacro para cosas de veras gruesas.
Aunque a la incorporación de Seguridad Pública a la Segob, nada le faltó para motivarnos a sugerir el respetuoso nombre de gober macana, en alusión del gober bala, de aquí a lado, y como la gran estrategia para seguir achicando la burocracia, pero anteponiendo la violencia a la inteligencia.
Pues es el análisis, el tejido fino, acciones certeras y mucho diálogo lo que debiera priorizar la Secretaría de Gobierno, a cargo de chapis, el chaparro, napoleón –como suele llamarse a sí el titular Ernesto Ordóñez Carrera.
Pero el mensaje es claro.
Quien disienta, que se atenga a las consecuencias… chipote con sangre por sobre una mesa para exponer las netas.
Y en lugar de investigaciones para adelantarse al estallamiento de conflictos, una policía apabullante para todo aquél grupo que ose hacerla cansada en esta adelantada recta final del sexenio.
¿Por qué el miedo?
Si a cada rato se habla de la restitución del tejido social. Y se alega equidad a la hora de repartir, la vivienda por ejemplo, asunto que ayer mantuvo al gobernador Mariano González muy ocupado.
Se trata del atrincheramiento adelantado de un sistema que prevé acabar sus días en el caos generado por el comportamiento de su titular, y de quienes han extendido su brazo, a veces represor y otras arbitrario, pero eso sí, muy apartado de la gente.
Previsor de su propia crisis colocó barricadas usando a los peones suyos de Allende 31, uno de los cuales, el señor Calyecac inmerso por su gusto en la auto degradación que ayer, lo llevó a hacer mutis ante la enésima pifia que en su papel de presidente de la mesa directiva, por lo menos debería ser más discreto con la prisa por quedar bien con el ejecutivo.
Ni recurrió a la fuerza pública, ni rechazó lo que debió haber sido una rechifla más, pues se supo culpable… comprendió que los de su estilo son los constructores de la carpa con un público que a jitomatazos morales les demuestra su desaliñamiento en todos sentidos.
Mas poder a la bestia
Bueno, ese es un dicho muy usado en la grey católica, cuando entre curas se tiran mala onda porque a alguno le cayó una parroquia como del cielo, al modo tan hábil para hacer fortuna personal.
Pero tratándose del profe Ordóñez, tal significa la necesidad de un autocontrol bárbaro pues, emocionado como suele andar, sobre todo en los frecuentes pachangones que organiza en su ranchito, dispondrá del poder del gober macana para alivianar sus resentimientos, y créame, en una entidad tan compleja como la nuestra, el responsable de la estabilidad interna no debería ser un tipo que se auto impone el sobrenombre de napoleón.
El Siete de Mayo, sigue cayendo
Será el jueves de la semana entrante cuando veamos toda la fuerza con la que el gobierno respalda a su líder charro de la burocracia, Edgar Tlapale.
Por lo pronto, le ha enviado tantos granaderos como haga falta para mantener la sede sindical libre de Rodríguez, Erazos, o cualquiera leal a ellos.
Ya disponen de una denuncia más para criminalizar a los Erazo, el supuesto saqueo de la casa de descanso en Tzompantepec, y ahora pues nada más es cosa de esperar la labor eficiente de la procuraduría.
Entre hoy y el jueves próximo, cuando haya asamblea para tomar las decisiones finales, veremos el desgaste al que sometan a quienes ostentaron el poder de la burocracia organizada.
Insisto, habrá dos agrupaciones, una con el poder oficial y la otra tal vez, con la real convocatoria de un liderazgo que desde hace una década podía mantener en jaque a las administraciones con el chasquido de sus dedos.
Este es el final de los Erazo.
Y se la deben al señor Manchis.
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