En algunas cosas, hay evidencias que nos llevan a pensar que no, como en el capítulo de la Seguridad, le digo que el tejido social ya dio todo de sí.

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La contundencia con la cual el ejecutivo estatal sostiene que Tlaxcala es un estado que, «privilegia la ley en todos sus actos», estimuló a la Comisión de Puntos Constitucionales, Gobernación y Justicia, del Congreso estatal a corroborar el respeto del marco normativo vigente.

Y es precisamente el rubro de la seguridad pública uno de los capítulos que mantiene ocupado a este grupo plural al interior de la asamblea, ante el crecimiento de inconformidades y quejas de uniformados a quienes asiste una reformada ley en la materia, publicada el 25 de mayo de 2010 (la anterior databa del sexenio del priísta Antonio Álvarez Lima y ya observaba un considerable retraso, sobre todo en materia de percepciones a los uniformados).

El apunte se refiere a los tres salarios mínimos, que en tiempos de Álvarez Lima se consideraban como el pago ideal a este gremio. Para 2010, la percepción se incrementó a seis salarios mínimos. Y ese, se supone que actualmente sería el sueldo base de los policías tlaxcaltecas. En promedio 540 pesos diarios, enmarcados en un sistema de permanente actualización, capacitación y certificación, haciendo de este un oficio digno, a prueba de corruptelas y con una perspectiva de bienestar para sus familias.

Pero en Tlaxcala, donde se privilegia la ley, dichos ingresos bajaron en forma considerable, De manera simultánea hay un régimen de terror y aquél que se queja o el que se atreve a pensar es sometido a castigos ejemplares. Degradado, llevado a consejo de honor, exhibido como el minúsculo personaje sin más derechos que un peón de hacienda y con la única alternativa de aguantar vara para conservar el trabajo.

Se dio el caso que la esposa de un alto funcionario, sin un pelo de tonto, disgustó por alguna causa con la esposa de un policía tlaxcalteca. A la voz de, ¡no sabes con quién te metes! los hechos fueron de las palabras al injustificado despido y a un consejo de honor al policía que nunca supo la causa de ese trato.

El tocó la puerta que pudo. El ex dirigente perredista, Jesús Ortega le tendió la mano y ofreció hablarlo personalmente con el gobernador. Y así lo harían alguna vez, cuando varios temas se pusieron sobre la mesa.

Sobre este particular, lo que Chucho obtuvo fue uno de esos guiños marianos de molestia porque alguien ajeno a su gobierno le señale faltas cometidas por sus potentados subordinados. Le restó importancia y acabó por dar un, «pues ahí lo veremos», a manera de ya no me estés jodiendo.

Si en Tlaxcala se respetase la ley, a ese policía como a muchos lo respaldaría un documento claro que lo mismo exige responsabilidad al uniformado que le ofrece respeto, superación laboral y todos esos atributos necesarios para resarcir al tejido social.

En cambio, que la esposa de un policía con el infortunio de tener enfrente a la mujer del panista que se sacó la lotería en este régimen le significó el fin de su carrera.

Esta acción no puede quedar impune, Y ojalá los integrantes de la Comisión de Puntos Constitucionales, impongan el peso de la ley en un tema tan cercano a la gente… el hecho de tener o no policías entusiasmados con su trabajo y satisfechos con su patrón el gobierno, no maltratados, humillados y pisoteados por esta pseudo casta divina que usa a la ley como pañal, pero cuando hace falta, pues acuña frases como esta:

«Mientras actuemos conforme a derecho, con la Ley en la mano no tenemos problemas, yo no le puedo dar instrucciones a la secretaria de comunicaciones y trasportes o a la procuradora para que hagan algo distinto a lo que vienen haciendo, sólo porque me fue a ver un conocido, alguien que participó en la campaña, o un familiar».

31 millones, bailando

¿Por qué tendrían que salir de la USET ciertas recompensas a diputados y alcaldes?, ¿Qué actividad en 2012 derivó en meter el diente al presupuesto del ente dedicado a la educación?, ¿Como fue que 23 millones de pesos no aparecen en la Secretaría de Salud?

Bueno, esto es parte de las investigaciones que ya realiza la Auditoría Superior de la Federación (ASF) tras revisar los números a la USET y a SESA, según una detallada información de El Sol de Tlaxcala.

Fíjese, dice esta nota: «de los recursos que el gobierno de Tlaxcala recibió del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (Fassa) 2012, existieron recursos no devengados por casi 70 millones de pesos, de los cuales solventó la mayoría ya en 2013, pero aún así no logró comprobar el destino de 13 millones 758 mil 159 pesos».

Entre sueldos estratosféricos a personal sin la talla exigida por el Sistema de Administración Tributaria, hasta extrañas recompensas como si se tratara de repartir un botín, ambos secretarios, el de Educación y el de Salud, tienen un pendiente muy serio con la autoridad superior.