Se trata de una competencia en franca desventaja de parte de nuestra entidad federativa, que comparte territorio con Puebla en 39 municipios.
Tlaxcaltecas y poblanos compartimos territorio en treinta y nueve municipios, con un índice de marginación que llega al 46 por ciento, según el estudio que a instancias del gobierno de Rafael Moreno Valle, realizó la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
La inquietud, se palpa, tendría las intenciones de una autocrítica constructiva que supere al desgastado discurso del crecimiento tlaxcalteca a costa de la popularidad de su gobernador. Las cifras, frías, revelan el nulo crecimiento de nuestro estado y ciertamente una popularidad muy relativa de Mariano González.
Dicha zona limítrofe registra niveles escandalosos de falta de agua potable y alcantarillado, superiores al setenta por ciento, lo cual nos dibuja como estados donde la aplicación de presupuestos tiende a concentrarse solamente en el municipio capitalino de Puebla, con una población superior al millón y medio de habitantes.
Hablamos que en toda la zona conurbada Puebla Tlaxcala (ZCPT) habitan más de 2.7 millones de personas, con uno de los registros nacionales más elevados de economía informal, pero también con una inseguridad espantosa que permite a grupos de criminales huir a uno u otro estado y adentrarse en su intrincada geografía tras perpetrar alguna de sus múltiples y muy frecuentes fechorías.
Se trata de un ejercicio analítico que ubique a cada entidad federativa en el contexto de subdesarrollo que le compete, pues siendo la séptima zona conurbada en importancia a nivel nacional y con casi el doble de marginación, vale hacer un esfuerzo mutuo que permita acceder a dinero federal con la consigna de mejorar situaciones como esta, donde la población se dispara hasta ocho veces en comparación con los centros históricos en alguno de esos 39 municipios, donde la migración se dirige a cero.
Pero Tlaxcala adolece de un terrible enfrentamiento interno.
Esa es la gran desventaja. Lo que nos hace entrar en shock al presentarse emergencias como aquella explosión en Jesús Tepactepec, municipio de Natívitas. Ahí debió intervenir Puebla, incluso México e Hidalgo, porque aquí la coordinación de los esfuerzos falló y ni siquiera la ambulancia destinada a atender al ejecutivo fue facilitada.
Lamentable es que Puebla le apueste todo a la Angelópolis. Y que sea incapaz de igualar el crecimiento de esta, una de las ciudades más importantes del país con el resto de sus municipios, 216 ellos, donde la necesidades superan a la raquítica prestación de servicios.
Tener un gigante como el municipio de Puebla implica contar con una impresionante estructura burocrática para cobrar tributos, esa que a Tlaxcala le falta y que incluso en cuestiones internas la hace incapaz de darse abasto con la constante de usuarios.
Por lo pronto no nos queda sino aceptar nuestras marcadas desventajas y apuntar hacia actividades acordes con nuestras debilidades.
Podemos hacer un papel sobresaliente como preservación ecológica, destinada a una urbanización que a Puebla le hace ver más allá de sus fronteras estatales. Lo hacemos de maravilla en materia turística, en el cultivo de semillas criollas que, pueden ir hacia el cultivo de orgánicos, tan demandados por una urbe con el poder económico propio de las grandes capitales.
Pero, estamos fritos mientras sigamos dependiendo de discursos como ese del crecimiento pese al sacrificio en la popularidad del hacendado que parece no hacer su mejor empeño a la hora de ejercer el poder.
Cuauhtenco exhibe la incapacidad de la Segob
Es un error del subsecretario de gobierno, Joaquín Flores Nophal, subestimar a la enardecida población de Cuauhtenco, convocando a la procuraduría a dar a detenidos por causas político-social el trato de secuestradores con base en el Código Penal.
El grupo de contlenses que históricamente juzga el papel de su autoridad de comunidad decidió obligar cual sus costumbres a un presidente a cumplir con sus obligaciones, pero ello fue tomado por el gobierno estatal como la oportunidad para enseñar su aplastante músculo para seguir deteriorando al tejido social.
De manera sorprendente, Flores Nophal y el subrprocurador local, dejaron plantados a los contlenses que exigían la liberación de sus familiares, reitero, acusados de secuestradores como si se tratara del mochaorejas. A los ocho de la noche hicieron un brake, acordaron regresar a las diez, pero no lo hicieron.
Unilateralmente soltaron a cinco de los once detenidos. Los restantes, son la causa para que un pueblo entero demuestre hasta dónde el odio en contra de una autoridad con elementos de la minusvalía de Miguel Moctezuma y su subordinado Flores Nophal.
Un problema de caráctero social se convirtió en un conflicto de grandes dimensiones porque al responsable de la política interna le dio por aplicar el lado violento de la ley. Esa es una medida autoritaria, cruel y desafiante, es la consecuencia de tener gente cansada encargada de lograr la gobernabilidad.
Error en Coracyt
El «encagado» de la casa del museo de las artesanías (así, encagado) muestra el desinterés del añoso Héctor Párker con la imagen que del gobierno dan instrumentos de comunicación como el que tiene bajo su responsabilidad.
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