Todo lo que tuvo en sus manos lo perdió. Ganó lo que quería, pero ya se dieron cuenta que estorba y, nos dicen que tal vez hoy, salga de Tlaxcala como tapón de sidra…

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Ha sido demasiado caro el proceso de aprendizaje de un operador político en cuyo haber yacen, al hilo, dos procesos electorales culminados en rotundo fracaso, así como la pérdida de identidad al interior del marianismo pues la misma figura de González muchas veces fue opacada por este… intento de consiglieri.

Al parecer hoy, en la reunión de gabinete que más o menos a esta hora debe estar comenzando (son las nueve de la mañana) el number one sacará al michoacano la tarjeta roja, ante lo que podría ser la mirada entre atónita, incrédula y hasta alegre de quienes siempre supieron del daño causado por el pupilo de Chon Orihuela, pero jamás tuvieron los arrestos para plantearlo a su patrón.

Una reunión realmente mala, en la cual habrán de evaluarse las acciones que hoy tienen postrada a la entidad ante una innegable pobreza, producto del desempleo, provocado o fuera de control (burócratas, empresas como Nestlé) que si de algo ha servido es para presumir a Tlaxcala como la entidad menos endeudada.

Con la entrega de obra pública a la constructora del soltero más codiciado por más de 320 millones de pesos (100 en 2011 y 220 en 2012 más lo que se acumule este ejercicio), en medio de una escandalosa corrupción en la Secoduvi y en el Itife, con compras millonarias de combustible en SESA (5 mdp) sin comprobar, con la disposición del presupuesto de instituciones de educación técnica para pagar conciertos mal organizados como el de Plácido Domingo, en fin, esperan una reunión donde ruede más de una cabeza y donde el reparto de culpas sea la constante desde el mismo inicio.

Las mega secretarías, con acceso a recursos infinitos pero con un saldo negativo en su desempeño serán seguramente motivo de análisis en esta importante mesa de trabajo donde los sentimientos de culpa deben quedar atrás, pues el trecho aún es largo… restan varios ejercicios por medrar, perdón… por trabajar.

Es acaso una sesión de castigo inmisericorde al grupo de mediocres que ha comprometido hasta su propia libertad para defender las migajas  por cuidar los negocios que solamente reportan ganancias a una cuenta… abierta en el banco de los resentimientos y el cobro de facturas a quien se deje, a quien se atraviese y a quien ose incurrir en la contradicción.

Sólo una acotación a quien dirige esta orquesta infame y desafinada. En medio del sistema democrático -por cierto, uno de sus objetivos para desmoronar- hay muchos ojos, dentro y fuera de la entidad encargados de observar cada abuso y reportarlo discretamente a instancias superiores.

Si a personajes añosos y mañosos como un tal Granier no les resultó diseñar su ofensivo saqueo por suponerse muy alejados, muy apartados de la vista de la gente, ¿qué será de aquellos desincronizados soñadores con revivir a la casta divina y asirse a ella hasta el final de los días?

Debiera despertar de esa pesadilla y por lo menos intentar la enmienda hacia la Patria Chica, de cuyos habitantes imagina haberse burlado.

Los previos procesos electorales, de rotundo fracaso por el voto de castigo deberían tomarse como las advertencias de la sociedad no dispuesta a dejar impunes las afrentas.

Ya nos dirán nuestros informantes a qué temperatura ascendió el mercurio en el aquelarre de hoy… ojalá la sangre no llegue al río…

Gisela y sus corvas…

A un personaje que debe a la Izquierda su existencia no le es sencillo colocarse la chaqueta de tirana, y emprenderla a madrazo limpio contra los pobres entre los pobres.

La conciencia de la Santa Cruz, le debe estar quitando horas de sueño. Así que optó por repartir culpas… algo así como, «yo no sé, yo nada más soy el gobernador».

Y a la voz de, «mátenme porque me muero», arrojó sus miedos al Poder Legislativo.

A ver… que los diputados despenalicen (a los mototaxistas) porque yo… yo nada más soy la secretaria de Comunicaciones, y no tengo más alternativa que aplicar la Ley… y no lo quiero hacer de forma vertical.

Tal vez si a Gisela no le afectara más el miedo de ser despedida que, sus convicciones políticas, ya habría presentado una iniciativa para despenalizar esos artículos aludidos.

Lo sabe hacer porque fue legisladora.

Y tiene la motivación social… que se acuerde de su Movimiento Independiente Organizado (MIO), y su papel de heroína defendiendo causas nobles.

Ah, pero aceptó la mucama de la hacienda. Y hoy no sabe qué hacer, pues la mandan a repartir chingadazos a la gente que la ha permitido sumar posiciones a sus convicciones.

Gisela llegó gracias al voto de los pobres.

Hoy les paga recogiéndoles sus mototaxis. Ya se dio color. Lanzó a los diputados la pelota.

Para qué tanto argüende. Mejor que se enfunde entre sedas y haga caireles de su blonda cabellera, para dar de una vez la espalda a esos menesterosos que no la dejan dormir…

Óiganme, ¡pues si es una triunfadora!