Si alguien difiere de sus atropellos, entonces está fuera del manchiconcierto, desafinado e inaudible, cuyos propósitos son de sobrevivencia mediante la hostilidad.

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Se ha desatado un diálogo de sordos entre las autoridades, los partidos y los ciudadanos. Las primeras ven  el entorno que quieren, pasan por alto el disgusto e incuso el abandono de partidos al convenio local que trata de emular al Pacto por México.

El enfrentamiento de la oposición con quienes utilizan el emblema del PRI no tiene tregua. Es imposible pasar por alto las groserías con las que ha sido puesta en marcha aquella locomotora evocativa de la Revolución, con villistas, zapatistas y adelitas, pero muy distinta. Poco o nada queda de aquellas imágenes en blanco y negro. En todo caso hoy en lugar de locomotora sería una recua que aplasta, golpea y salta de contenta porque ha pasado por encima hasta de los de casa.

Este, es un caótico mercado donde el que puede toma, aun por la fuerza lo que quiere, porque los policías están demasiado ocupados devorando lo que ellos mismos han conseguido.

Promesas

Y ante una oposición encabritada porque sus denuncias no prosperan, la singular consejera presidenta del Instituto Electoral de Tlaxcala, Eunice Orta Guillén, ofrece celeridad para analizar dichas acusaciones. Algún día lo cumplirá. No sabemos cuándo, pero tenemos esperanzas en que sea mujercita de palabra.

Por lo pronto sobre esos consejeros-sucursal del ejecutivo se cierne una demanda de juicio político que, créame en manos de los integrantes de la próxima legislatura es de pronóstico reservado.

Me es imposible no vislumbrar a estos como la parte más delgada de la cuerda que se está tensando en la medida en que el sedicente todopoderoso dilapida convocatoria y recursos en alguno de sus conflictos mil o de sus desaires que nada de espontáneo tienen.

El ambiente se enrarece

Porque  lo menos que uno querría es el consuelo de unas autoridades con los pies sobre el suelo y no extensiones de la grotesca pachanga que tiene a la democracia por platillo principal, aderezada con vino de las bodegas autoritarias, donde lo mismo se almacenaba cemento que urea.

El sistema se esclarece. Hay que contener las denuncias hasta donde sea posible. Ir a otras instancias pero, gastar saliva con inútiles imitaciones de Pacto, donde el involucramiento de los participantes en el cotejo del siete sea directamente proporcional al silencio que les asiste por derecho, salvo que deseen ser vistos como lunares, como violines con las cuerdas rotas en el manchiconcierto de la impunidad y las raterías.

Cuidado con que alguien salga del redil porque el equipo de abogados se encarga de regresarlo a chicotazos.

Nada inocente, el candidato verde se dedicó a pintar vistosos mensajes, unos con más profundidad que otros, pero la mayoría, de pensadores universales.

Eso, a los defensores del PRI a ultranza les pareció un exceso y procedieron a denunciarlo. Son de cualquier procedencia, menos de una lectura amplia. Más bien pertenecen al gremio de las reses… siguen al cencerro para no ir al fondo de la barranca.

Duele ver este nivel de autoritarismo.

Tlaxcala duele cuando unos la maltratan así.

Nos acusan de tratantes. Hoy vemos quiénes son. Su primera víctima es la propia entidad. Se coluden. Cruzan sus brazos y avanzan a madrazo limpio. Ven lo que quieren ver. Condenan a quienes difieren. Pero si se descuida, le quitan la cartera.

Por piedad, ¡una mejor Legislatura!