En Plazas como el estado de México, para ellos la fiesta es una constante. En cambio en Tlaxcala, ya no hay una frase más para justificar los resultados adversos de un mandatario heterogéneo y de claroscuros, según las propias palabras del presidente del CEN.
Tras lo incómodo que resultó al senador Emilio Gamboa, venir a Tlaxcala, a respaldar a los candidatos del PRI, el líder nacional de ese partido, César Camacho Quiróz, la pensó mejor, y ayer dejó a los tricolores huamantlecos colgados de la brocha.
Bueno, los tricolores de la burbuja se les agotaron las formas de justificar el papelón de su gobernador Mariano.
Este lunes por ejemplo, la ex gobernadora de Yucatán y más que entrañable amiga de don González, optó por señalar que la del siete no será una evaluación a la gestión del libanés.
Cómo son crueles en el partido. A nosotros nos ven con harto desdén nada más porque rompemos record en despidos, maltrato y… ah sí, falta de transparencia.
No fueran mandatarios como Eruviel… ese es otro cantar… allá son dieciséis millones de mexiquenses y un culto absoluto a los colores del PRI. En cambio aquí, si don Mariano está de buenas como que somos priístas, pero en caso contrario -casi siempre- salen de su oficina montón de dardos envenenados con dedicatoria a los pobres esos revoltosos que quieren ser autoridades contendiendo por el tricolor.
Como sus canchanchanes en el partido (los graciosos Manuelito Cavazos y José Luis González) le captaron desde un principio esas intenciones devastadoras contra todo lo que se mueva, pues se dijeron a sí mismos, ¡camaradas, hay que aprovechar… porque esto ya se va a acabar! Y ahí tienen ustedes a la bola de priístas necios con ponerse la camiseta aunque no sea de buena hechura, como quien dice de este régimen…
Así que la secretaria general del PRI, Ivonn Ortega, tuvo un triple paquete entre Altzayanca y Huamantla. En el primer municipio, tuvo que poner su cara de no saber nadita respecto al brutal tráfico de fertilizante, denunciado por una oposición indignada porque el abanderado priísta de allá, un tal Noé Parada es, dicen, la cabeza del escandaloso reparto de al menos siete mil toneladas de fertilizante a las familias del oriente, a quienes la pobreza y el hambre los agobian como un recurso priísta más para hacerlos añicos el siete de julio.
La yucateca también tuvo que justificar la ausencia del presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), ya sabe usted, con alguno de esos rollos mareadores y revolucionarios: «…nuestro lider, ejem, debió atender actividades, ejem, tan importantes que el mismísimo Papa don Pancho, no podía tomar sus sagrados alimentos porque Camacho no se reportaba.
Faltaba lo mejor. ¿Cómo decir a todos los presentes que el gobernador de Tlaxcala es el peor de los mandatarios priístas, sin utilizar estas palabras, y sin generar resentimientos?
Muy fácil. «La elección no evalúa al gobierno de Mariano González Zarur».
Lo mejor de esta estrategia fue parar en seco. Sí porque la siguiente premisa habría sido: «y como el gobierno de ese señor de plano ha sido lo que no esperábamos los priístas», entonces hizo una especie de señas a sus subordinados, un distractor, ya sabe usted, para decirles esto, pero con un silencio que a todos pasmó: «hágame favor de ir a comprar dos muéganos que la traigo atrasada».
Entonces todos pensaron que se trataba de información importantísima, algo así como el adelanto de encuestas que dieran a este proyecto un sencillo triunfo el próximo siete de julio.
La víspera
Se trata de una de las elecciones más sucias de las que se tenga memoria.
Reportes de los propios empleados del Ejecutivo señalan que han sido obligados a coordinar secciones y entregar resultados, tanto en el atiborramiento de gente para hacer bulto, como en los votos que esperan de esas personas.
De nuevo, el dinero que debió entregarse a tiempo para operar el día de la elección sería retenido por el mismo individuo que la elección anterior conservaría, según dicen, algo así como setenta millones de pesos enviados por el CEN de ese partido.
Nunca las comparaciones serán buenas, pero en el sexenio de Héctor Ortiz, las elecciones eran algo así como el refrendo de la hegemonía… todo lo ganaban.
En cambio hoy, el primer combate registró el peor saldo. Este que se avecina no promete buenos resultados a no ser por las cochinadas detectadas por la oposición, pero aparentemente contenidas por las autoridades.
Pero no todo en el PRI es malo, hay algunos candidatos que pese a las limitantes financieras que enfrentaron se pusieron las pilas y hoy están luchando para ganar una diputación local, como es el caso de Florentino Domínguez Ordoñez, candidato del PRI a Diputado por el IV Distrito.
Dicen que ese priista podría dar la sorpresa y ganar los comicios del próximo 7 de julio.
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