Repasar los contenidos que generaron demandas por difamación, es una extraordinaria forma de proponer reformas a la Constitución para impedir verdaderas tiranías.
Pero, ¿cuáles son los contenidos infernales que dañaron emocionalmente al funcionario que hoy se ha convertido en nuestro persecutor?
Echemos un vistazo a esas frases que tanto descrédito causaron (al grado que hoy reclama no estar solo…)
1.- Tras el miedo sembrado por los regaños y los descontones del hacendado gobernador, viene el real y efectivo (para su causa) ejercicio del poder, mediante una tenebra actualizada, en la que nombres de la talla de Noé Rodríguez, Ubaldo Velasco y hasta Carlos Rojas, quedaron cortos… pues son unos viejecitos maniatados y sometidos, mientras aquellos se han encargado, con esmero, de hacer miserable al estado.
Ahí tiene la primera entrega, «con porte pagado de lucifer». Describía la tenebra interna de un gobierno cuyos integrantes no desaprovechaban oportunidad para picarse los ojos y asestarse puntapiés. Un ambiente, créame, denso, crispado, que hacía navegar sin rumbo a este sistema.
Esa es una de las causas de nuestra persecución. ¿Halla usted difamación?
2.- El rompimiento de Ávalos con Mariano, llevaría a la primera a buscar cobijo con su gran amiga y mentora, Beatriz Paredes Rangel, a quien aquella separación permitió asegurar el manejo de su partido en Tlaxcala, mediante un esquema muy parecido al conformado por Ubaldo Velasco –una especie de patiño en la presidencia- y Blanca Águila Lima, la secretaria general que ejercía el verdadero poder en el PRI.
Conste que se trataba, no de un personaje público promedio, sino del entonces dirigente del partido en el poder, el mismo que meses después entregaría las peores cuentas a Enrique Peña Nieto. ¿Dónde está el efecto difamatorio?
3.- En un tercer nivel, caracterizado por no tomar acuerdos con su jefe el gobernador, pero dispuestos a pasar licitaciones por el arco del triunfo o, a realizar declaraciones de supuesta estabilidad política y social, se hallan políticos de la talla de Ubaldo Velasco Herández, en la Oficialía Mayor de Gobierno, así como el propio Noé Rodríguez Roldán, el supuesto mega secretario de Gobierno, quien al paso de los días resultó más lesivamente maniatado que su antecesora.
No lo engaño si le cuento que con los días, Noé Rodríguez Roldán, renunció a ese cargo, y no porque haya encabezado el proyecto de su vida. Hay evidencias que revelan un escenario opuesto. Disculpen la insistencia, ¿dónde se halla la calumnia?
4.- El señor oficial mayor de gobierno, Ubaldo Velasco Hernández, ha de suponer que los concesionarios de autos, y en general la raza, poco o nada saben sobre los formidables negocios que se hacen cuando son adquiridos grandes volúmenes de unidades motoras.
La adquisición de doscientas patrullas va a dejar una ganancia de las de acá:
1.- Por cada diez unidades compradas, hay concesionarios que regalan una –o sea, es el conocido diezmo aquí y en China.
2.- Dependiendo de la marca (hay unas más caras porque son mejores), el equipamiento y la habilidad de los vendedores (otras, más chafas pueden alcanzar precios escandalosos), el diezmo puede convertirse en diezmo y medio o, doble diezmo. En pocas palabras, hasta una quinta parte del nuevo parque vehicular podría salir de gorra.
3.- Si consideramos un precio promedio de 300 mil pesos por unidad (conservadoramente) tenemos una inversión más o menos de sesenta millones de pesos.
Lo tengo muy presente… una de las primeras grandes compras, sin licitación, por cierto. Cuestionar la comisión en semejante compra, ahí está lo incómodo. Cierto. Y la pregunta la hago de nueva cuenta, ¿no dejó esta adquisición una considerable ganancia? Hasta, propusimos una reflexión imaginaria de parte del funcionario involucrado en esta mega compra:
“Fíjense que en el proceso transparente de licitación de 200 patrullas, nos ahorramos 12 millones de pesos, cantidad que ocupamos para comprar otras cuarenta patrullas, lo que significa un sustancial apoyo a la seguridad y la demostración de que este gobierno no apuesta a las pingüés hazañas, derivadas de las cuales a veces los señores servidores públicos se reparten botines inconcebibles a estas alturas y de por medio el compromiso tricolor por sacar adelante a nuestro estado”.
Ojalá así hubiera sido. Pero así no fue y hoy por esto nos persiguen.
Sobre el discurso estrambótico (Que es raro u original a la vez que caprichoso y ridículo) tomemos dos párrafos. y veamos si es o no estrambótico:
«“Hubo gobernantes que tuvieron que tomar decisiones fundamentales para rescatar y mantener la paz, el orden y la autoridad y no hacer mal uso de nuestras libertades. Como fue el caso de Emilio Sánchez Piedras, como él, es justo decirlo, otros gobernadores entendieron también su responsabilidad histórica y lograron erradicar el libertinaje, con una actitud valiente y respetuosa, que permitiera fortalecer las instituciones y a las autoridades de ese momento”… “se trata de resolver el desorden provocado por el libertinaje y la irresponsabilidad de quienes no entendieron su responsabilidad histórica y la gran oportunidad de gobernar con transparencia, rendición de cuentas, sensibilidad, con identidad y amor a nuestro pueblo”.
Me empeño en no encontrar a un juez por consigna, pero no lo consigo. Esto, señores es opinión, sobre el desempeño de un sistema y quienes lo conforman.
Y la opinión genera debate.
Habrá voces a favor y otras en contra. Será entonces una realidad el intercambio de ideas, la defensa de las mismas. Es parte de la democracia, esa que permitió al señor Mariano González Zarur, llegar al poder.
Porque, dígame si en aquella elección de 2010 no hubo voluntades a favor de Mariano y otras en su contra.
Considerar estrambótico a un discurso, ¿es acaso una agresión, cuando en su contenido bien que hubo reparto de metralla a otros protagonistas del poder?
Bajo la óptica de quien nos demanda, los personajes aludidos en sus discursos también le podrían reclamar un daño emocional por llamarlos libertinos e irresponsables.
Creo que el juez encargado en este asunto tuvo el menudo reto de leer y releer cada palabra, para confirmar edades, establecer parámetros de opinión y decidir si aquellas palabras discursivas eran o no estrambóticas.
¿Sabe?, ese juez nos dictó Auto de Formal Prisión.
Y me pregunto si habrá un poder superior que haya ordenado a dicho juzgador ensañarse con nosotros.
Si ese poder superior se da cuenta que en esta lucha suya por exterminar las opiniones, pierde credibilidad en la medida en que activa el brazo fuerte del que dispone, para una acción realmente ociosa.
Este, señores es el contenido diabólico. Consideré necesario repasarlo con ustedes.
Ya habrá otra ocasión para analizar otros contenidos que al día de hoy engrosan un verdadero expediente intimidatorio.
Me alegra -y lo digo con absoluta humildad- que derivado de este ejercicio de intolerancia, La Cámara de Diputados haya puesto especial interés en analizar el comportamiento de gobernantes convencidos que no existe forma alguna de cuestionar el papel desempeñado ante el pueblo que los eligió.
Que los llamados delitos contra el honor y la fama pública, habían sido el freno para contener críticas como las que se pueden hacer lo mismo en Tlaxcala que en Jalisco, en Veracruz que en Chihuahua, sin que por esa causa corra la sangre o, se engrose la población en las cárceles.
La opinión en Tlaxcala y el autoritarismo al cual invocó y consiguió exhibir, habrán de comenzar a generar los necesarios cambios en la legislación vigente, para sepultar con la Ley en la mano, atrocidades como esta que acaece en nuestro querido estado, donde sobran las pasiones y hace falta la tolerancia.
Violencia en Zacatelco
Es injusto que un funcionario ponga a pelear a los paisanos que somos, tanto policías como pueblo; los primeros obedeciendo órdenes y los segundos reclamando cosas justas. Algún día él se va a largar, pero nosotros, aquí nos vamos a quedar porque esta es nuestra casa.
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