Focos rojos en Panotla, por la frivolidad de Xavier Santacruz y la homofobia de los regidores.
En un conocido club hípico de Zacatelco celebró este miércoles su onomástico el diputado local Jaime Cuapio Guzmán, con toda seguridad uno de los militantes panistas más destacados y menos tomados en cuenta.
Unos cuatrocientos invitados atestiguaron que es en la tradicional sencillez tlaxcalteca donde radican los afectos. Y estos logran un efecto multiplicador al cual, por ejemplo, no es necesario inyectar 15 millones en la recta final para asegurar ocho mil sufragios.
Bueno, eso dicen los malhablados del distrito 03.
Lo cierto es que el pachangón para celebrar los cuarenta y tantos de Jaime Cuapio, sirvió para destensar el ambiente poselectoral al interior del PAN. Y no se limitó a dejar fuera a militantes de otros partidos.
En primerísima fila, observando atractivas ejecuciones de reconocidos jinetes montando caballos de alta escuela se vio a diputados, alcaldes, funcionarios, delegados y a la gente sencilla, carente de posiciones o títulos, pero que ya quisiera uno de esos que malogran las campañas en alguno de sus cierres.
Valga describir el detalle de Cuapio cando acabó la demostración de los expertos jinetes. Con más emoción que habilidad, trepó a una yegua y se animó a dar la vuelta. Yo creo que el hermoso animal percibió la abundancia de tequila en la humanidad de su jinete y no se despojó de él porque así lo ordenó su nobleza.
Mas el que pudo haber sido un doloroso desfiguro fue aprovechado por el carismático Cuapio para soltar unas palabras… “a la yegua hay que dominarla….” (ajá) pero a sus invitados les encantó el detalle.
Sería porque en el subconsciente de muchos, el conocido comerciante de veras garantizaba un triunfo contundente a su partido pero, hubo de ocupar ese sitio, sin mucha gracia, la añosa Perla López, quien arrastraba la cadena de perdedora y por cuyo triunfo se tuvo que invertir lo indecible.
La fuerza pública en Panotla
Estoy cierto que en ningún ayuntamiento hay tantas pasiones como en el de Panotla, donde el alcalde con licencia, Xavier Santacruz, quiere a partir de hoy jueves, volver a encabezar la mesa donde tradicionalmente se ha dado con todo con los regidores que no lo quieren bien.
Existen dos vertientes en el proceso de licencia solicitada por Santacruz. Ambas aluden a la ambigua legislación que ha dado pie a que alcalde y opositores sientan que la razón legal les asiste.
Xavier, carente de formas, fácil para fabricarse enemigos, boquiflojo y ofensivo, paga el caro precio por andar de saltimbanqui y creer fácil la tarea de convencer a un electorado que originalmente votó por él para ganar la alcaldía, pero no esperaba que a mitad del camino, el tipo fuese invadido por la creencia de ser un prospecto de estadista, capaz de captar miles y miles de votos.
Claro que eso no sucedió.
Sobrevino un desgastante proceso en el que los desencuentros del cabildo se multiplicaron y se perdió el respeto. Hoy, tenemos en puerta la peor crisis política en la historia de este municipio de maestros, afectado por la frivolidad de Xavier Santacruz y la homofobia de sus regidores.
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