El viejo ex gobernador de Tamaulipas no sabe si su designación como delegado del CEN en Tlaxcala, es el castigo de su joven jefe, el Presidente.

Febrero de 2012. El precandidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, levantaba la mano al ex gobernador tamaulipeco, Manuel Cavazos Lerma, en abierto respaldo a su candidatura a senador de la República. El viejo tamaulipeco enfrentaba una investigación de la PGR, junto con sus homólogos Tomás Yarrington y Eugenio Hernández.

Peña sólo metió las manos al fuego por Cavazos Lerma. Un año después, él, Presidente y aquél, senador, lo premia enviándolo como delegado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de su partido, el PRI, a Tlaxcala, ¿acaso a poner quieto al frenético gobernador Mariano González Zarur, quien va que vuela para igualar o, aumentar la catástrofe electoral de 2012, cuando fracasó su operación a favor de Peña Nieto y solo pudo conservar un escaño en la Cámara de Diputados?

El ex mandatario tamaulipeco es una especie de Tulio Hernández, pero a lo bárbaro. Adora el baile, la buena vida y los negocios. Los combina con un discurso de efectiva victimización ante los bárbaros del PAN, que en el sexenio de Calderón, ningún delito le pudieron probar, pero dibujar como narcos y corruptos a los tres últimos gobernadores, dio a los albiazules jugosas ganancias. Eran los tiempos en los cuales el dicho de un testigo protegido servía para hundir altos jefes militares o bien, políticos icónicos, como ocurrió con esta trilogía del tricolor en aquella norteña entidad federativa.

Cavazos Lerma viene a encontrarse con el saqueo perpetrado por Enrique González González, bueno para ganar lana, pero malo para conseguir un mínimo resultado positivo. Eso sí… inaccesible, endiosado, beneficiario de un estado donde el PRI devino en débil oposición que, sin embargo, es capaz de enriquecer a sus líderes, a niveles no imaginados.

Con un ex presidente, Arévalo, corrido feamente del partido por, supuestamente, vender candidaturas por adela. O sea, en lugar de dar a los aventurados aspirantes, les quitó. Hoy, despacha como delegado en el Registro Agrario Nacional. Tras él quedaron cientos de víctimas laborales del tricolor y otros tantos, engañados con la garantía de arroparlos en cuanto hubiese triunfos electorales. Pero al no haber, ni les pagaron el salario devengado porque laboraron día y noche en aquella elección arrastrada por el ciclón del sureste, López Obrador, sobrado triunfador en todo el estado de Tlaxcala.

Y lo peor… con dos seudo operadores en quienes cabe toda la culpa de la estrepitosa derrota de Peña Nieto en Tlaxcala: Mariano González Aguirre y Mario Armando Mendoza Guzmán.

Del primero, dicen sus íntimos que se encierra en una oficina del Comité Directivo Estatal (CDE) tricolor, a palomear candidaturas. Al segundo lo volvieron a designar coordinador electoral. No da una, pero ahí está, presto a dorar una vez más la píldora al más engañado e improductivo de todos: el gobernador Mariano González Zarur.

Los candidatos en general han expresado su inconformidad con la intervención de Mario Armando, quien además de perdedor, es un operador caro, que se mete con las mujeres de sus compañeros, se quejan, y que quiere cobrar dinero excesivo para la gente que trae desde Michoacán, denuncian.

En realidad quien llevó la voz cantante de una reunión celebrada en un hotel de Apizaco hace unos días, fue ese señor michoacano y el líder del PRI fue un expectador más. como siempre, un podre diablo… un cero a la izquierda.

Supimos que el recién incorporado al gobierno federal, a una semana de irse, se la pasó en el PRI y él junto con Mario Armando Mendoza tomaron las decisiones sobre el proceso electoral que enfrentará el PRI en breve.

Incluso los spots que el IFE les solicitó para iniciar la promoción del PRI en los espacios oficiales en radio y televisión, fueron palomeados por ambos personajes, nos aseguraron.

Hechos, fechas, lugares…

El viernes de hace un par de semanas, en el Hotel del Ángel, de Apizaco, Mendoza y González Aguirre, convocarían a una serie de precandidatos, todos palomeados por ellos. Les venderían la idea de que eran beneficiarios del dedo celestial en el priísmo local, y por ello, tendrían que hacer solitos su campaña, pues ni para gasolina había dinero.

Esos palomeados protestaron aún contra su misma convocatoria. Esta vez el sino de la derrota se adelantó. Esto es un negocio desde el mismo momento del palomeo… «a fulano sí le sacamos la $$$, y al otro, pues más $$$». Ganen o pierdan, es irrelevante.

Con ese panorama se va a encontrar Cavazos Lerma.

Una de dos: hace una verdadera revolución, corriendo a bola de ineptos y corruptos, o se integra a esa pachanga, soterrada pero bien pagada, a cuenta de la obra pública que no se entregará.

El levantón al alcalde de Chiautempan… un escándalo nacional

Efectivamente, la forma como un comando levantó al alcalde de Chiuautempan de su propia casa, cuando aquél dormía confiado en la labor de dos custodios, debió haber activado un código rojo en toda la entidad… Y muestras de solidaridad de priistas, de alcaldes y del mismísimo gobernador, pero no fue así.

Pero sobrevino un coordinado enfriamiento.

Para el secretario de Seguridad Pública, Orlando May Zaragoza Ayala, no hay de qué procuparse.

Conste que se trata del alcalde del segundo municipio más rico y poblado de Tlaxcala (tal vez el primero).

En forma lamentablemente parecida a casos registrados en demarcaciones fronterizas -donde los alcaldes despachan en México pero viven en Los Estados Unidos para que no los maten- aquí hemos preferido omitir por enésima vez la presencia del crimen organizado.

A lo más que llegamos es a probables montajes, donde afirmamos que los delincuentes son de Puebla, vienen a Tlaxcala a tirar a sus víctimas y luego se van.

En el sexenio de Alfonso Sánchez Anaya, dos personajes (ambos ultimados tiempo después de su paso por Tlaxcala) se supone que sembraron el terror con una ola de secuestros, por cierto, familias de Chiautempan quedaron marcadas con ello para toda la vida.

Cuando esos dos sujetos: Eduardo Osorno Lara y Enrique Bayardo del Villar, salieron de Tlaxcala, acabaron los secuestros.

Al parecer la alta tecnología y el poder de esos funcionarios, les servían para saquearnos mediante el terror de los secuestros. Así sería nuestra crisis que ellos mismos se encargaban de informar respecto al avance en pesquizas o rescates.

Me pregunto quiénes serán el Osorno y el Bayardo de este sexenio. Hay evidencias que los hunden. De lo que sí estoy seguro es que: son gente de fuera que viene a Tlaxcala sin el mínimo escrúpulo, a saquearnos, a aterrorizarnos… a burlarse de nosotros.

En una plaza caliente, que parece haberse vendido simultáneamente a dos o más cárteles, de la noche a la mañana la policía disminuye dramáticamente, y los delitos suben como la espuma.

Hace poco tocó al alcalde de Chiautempan. ¿Mañana a quién?

Informan… ¡valientes!

Fíjese, en Prensa de Gobierno, así respondieron una solicitud de un medio digital, para conocer el monto empleado por la administración González para difundir su obra mediante un pasquín con un tiraje de 12 mil ejemplares:

… “los gastos de Comunicación Social se ajustan a las directrices que establece el titular del Ejecutivo, bajo criterios específicos de racionalidad y en apego a las leyes, así como a la normatividad e impacto de resultados. En tanto que la erogación debe reducirse, sin afectar la difusión del trabajo”.

Ups, nos queda muy claro. ¿Qué carajos dijeron?.