Por casualidad, que no disciplina, los priístas cuentan hoy con Presidente, millones de seguidores de AMLO se quedaron sin votar porque se agotaron las boletas.

En Tlaxcala se rompió el carro completo que buscaba el PRI. Se disiparon los 250 mil votos que garantizaron los Marianos a Enrique Peña Nieto. Con 98.93 de actas computadas los resultados son impresionantes:  Para AMLO: 206,374 votos (40.43 por ciento); para Peña: 181,004 votos (35.46 por ciento) .  Y en un estrepitoso tercer lugar, Josefina Vázquez Mota logró  96,374 votos (18.88 por ciento).

En consecuencia, el capítulo del Senado sufre un cambio radical respecto a la expectativa marianista. Lorena Cuéllar Cisneros y Martha Palafox Gutiérrez, se alzan con el triunfo. Consiguen 163 mil 594 (32.23 por ciento) y dejan en segundo lugar al PAN, con 138 mil cinco votos (27.1 por ciento), con 99.29 por ciento de casillas computadas, es decir mil 402, de las mil 412 instaladas.

Esto significa la llegada de Adriana Dávila Fernández, como la segunda fórmula. Su impulsor a fuerzas, Héctor Ortiz Ortiz, no llega. Sin embargo la cifra alcanzada es suficiente para darse cuenta que aun en condiciones adversas y con críticos al por mayor, no se halla en el sótano de la popularidad, como ocurre con el gobernador Mariano González Zarur.

¿Qué político aceptaría que perder casi todo en una elección tan importante (casi porque su ex cuñada, Guadalupe Sánchez Santiago, es el único triunfo de su partido) es la cruda respuesta del tejido social, roto por engaños, maltratos, inacción, crueldad y desprecio?

Pues uno que no sea priísta y menos que provenga de su nivel más rancio.

Nos dicen que al conocer la catástrofe, padre e hijo tuvieron sus respectivas crisis. Baste decir que en este momento el mandatario estaría reponiéndose del shock sufrido ayer al conocer la verdad. Gente cercana nos describe la expresión de angustia al ver desmayado al gobernador de Tlaxcala.

El otro rompió en llanto. Cómo no si los inacabables recursos resultaron material de desecho ante el efecto López Obrador.

¿Con qué cara explicarán a Peña Nieto semejante fracaso?

Para su consuelo, lo ocurrido ayer no es privativo de Tlaxcala. De aquí al sureste, todo se pintó de amarillo. Incluso estados tradicionalmente priístas como Veracruz, Campeche y Quintana Roo.

¿Qué habría pasado con la carrera del mandatario tlaxcalteca si López Obrador se alza con el triunfo?

Algunos dicen que habría dimitido.

¿Pero, cómo ver a los ojos al presidente Peña si le fallaron rotundamente?

Entonces se dio el escandaloso fracaso de los candidatos a diputados. Particularmente de Enrique Padilla, un tipo que no acaba de definir su perfil, orticista, marianista, beatricista… mas bien, amigo del dinero. Bueno, cómo si a alguien le importara.

Su truene fue espectacular: 47,308 votos (26.02 por ciento). Lo humilló el perredista Humberto Vega con 59,388 (30.92 por ciento). Para el panista Marco Tulio Munive fueron 38,805 votos (22.75 por ciento), con el cien por ciento de las actas computadas.

El primer distrito trajo lo inesperado: triunfó la candidata del PRI, Guadalupe Sánchez Santiago, quien pese a su impopularidad, pudo cosechar el efecto radiofónico de su empresa, usado como vulgar herramienta propagadora de su causa. Alcanzó 47,591 votos, contra 42,060 del panista Humberto Alba y 41,881 del perredista Víctor Briones Loranca.

En el tercer distrito Minerva Hernández Ramos, la perredista conversa a panista fue quien no pudo mantenerse como legisladora. Cayó al tercer sitio con 37,028 votos contra 37,672 de Emilio Minor y 56,270 de Edilberto Algreso Jaramillo, un empresario, ex alcalde, ex diputado local, al que Minerva suponía subordinado suyo. Craso error.

Peña… disciplina o casualidad

Según el coordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray, “el triunfo se debe a la disciplina con la cual se condujo siempre el team priísta.

Lo dudamos.

Peña ganó porque decenas de miles de ciudadanos frustraron su sufragio al agotarse las boletas en las casillas especiales.

Los invadió el espíritu de fin de semana y, sumaron el paseo a la acción de votar. De poco sirvió su coraje porque tras horas de hacer fila y verse unos a otros, clasemedieros favorecidos y muy decididos a impulsar al Peje, acabaron por largarse por donde vinieron.

Debieron permanecer en sus secciones para poder votar. No se les ocurrió.

Cae más rápido un(a) hablador(a)

La señora Chepina, ganadora del voto de mexicanos en el extranjero resultó todo un caso de sumisión a los convenios hechos por su patrocinador fuera de tiempo: el Presidente.

Y la candidata diferente se dobló. Ese no era el argumento.

El sufrimiento fue para millones de panistas de hueso colorado. Creyeron que les jugaban derecho y no se dieron cuenta que los negociaron.

Se adelantó al PREP

Tan adelantado fue el reconocimiento de Josefina, acompañada por el presidente de su partido, Gustavo Madero que, aquél rescate efectuado por Felipe Calderón, a quien se decía una candidata diferente se parece más a una carambola de tres bandas entre PAN y PRI en la cual el primero pasa la estafeta al que estuvo doce años fuera de Los Pinos.

La estrategia de Calderón para impedir la llegada de AMLO fue la división, ¿cómo? inyectando millones de dólares al proyecto de Chepina. Dinero por cierto tirado a la basura, pues ya vemos como a la candidata se le hacía tarde para reconocer su fracaso.

Prisa por declararlo triunfador

De manera precipitada se adelantaba la victoria de Peña Nieto con apenas 747 casillas computadas, equivalentes al 0.52 por ciento de las 143 mil 132 casillas. Convendría ser cautos con los resultados, y no por no desear el triunfo del priísta, sino porque el país requiere certeza en la información.

Nadie debería menospreciar el movimiento social contra la manipulación encabezada por Televisa, pues no es con policías federales como lograrán blindarla de la gran decepción en que se está convirtiendo.

Cuántos no votaron en las casillas especiales

El resultado de la elección presidencial tendía a cerrarse. El triunfo de Peña Nieto, no sería tan holgado como en un principio lo dieron a conocer medios tradicionalmente panistas (Televisa, Imagen, Milenio).

He ahí la importancia de #Yosoy132 al exigir la democratización de los medios. Sería muy sencillo advertir al televidente: «Oiga soy Televisa y por órdenes de mi cliente el Presidente, me la juego con Peña Nieto».

Así el público no caería en la manipulación. Sólo hay que ver a Vicente Fox y su cinismo para darnos cuenta de esa extraña lucha en la que se aliaron empresas y personajes, a los que parece espantarlos que un extraño como AMLO lleguara a la Presidencia y descubriese el tremendo saqueo que cometen con el país.

Buen cuidado de no dar golpes espectaculares

Avanzaba el número de actas computadas la distancia entre los punteros llega a las cuatro unidades y parece que se hará menor. He aquí cuando las instituciones tienen la obligación de dar certeza a la población pues nadie querría un golpe espectacular y fraudulento como antaño solía hacer el partidazo. El respeto que se tenga a los resultados significa la paz del país, y para ganarlo es necesario reconocer el valor de los jóvenes que conforman #Yosoy132.

Cárdenas: Calderón se adelantó a reconocer su fracaso

La división alentada por Felipe Calderón para aparentar el rescate de Josefina Vázquez Mota, parece como una agenda cumplida al pie de la letra, según lo mandataron personajes y empresas impermeables a cualquier ideología atentatoria hacia sus grandes negocios en esta etapa de rapacería y saqueo… «andan zopiloteando» decía el candidato perdedor López Obrador cuando bregaba para contrarrestar una ventaja muy amplia de parte de quien hoy se alza como una nueva versión de presidente ilegítimo.

Peña habrá de ser cuidadoso en extremo pues no es él, sino el sistema a sus espaldas el que lo aprovecha porque necesita de alguien así con su candidez para llevarlo según sus conveniencias por los recovecos que les incrementen sus cuentas y les permitan seis años de mirar hacia abajo a quienes con todo derecho les disputaron el poder.

Según parece no hay la mínima posibilidad que las cifras remonten.

Ni modo, a Lula le costó media vida y tres intentos llegar.

Parece que AMLO tendrá que entregar la estafeta a la nueva generación de esa izquierda moderada, producto del zurcido al tejido social, no víctima de la derecha, sino de un espantoso grupo con la cara de Vicente Fox y el cinismo de Dóriga, Ferriz Decón y Gomezleyva, aunque estos tres nada más son peones de los verdaderos triunfadores de esta contienda, donde ganó la opulencia del que seguirá siendo un gobierno rico para un pueblo empobrecido y ahora, humillado.