La remodelación al recinto ferial es a casi un año de gobierno la única obra visible del marianismo. Carece de planeación, pasó por alto las necesarias licitaciones, pero hoy es el rostro que Tlaxcala habrá de mostrar en una animada celebración con grandes tintes políticos.
Joaquín Cisneros se ha esmerado en la organización de la Feria de Tlaxcala. Le dio su toque personal de estética y detalle.
Y seguramente va a ser un gran evento por esa obsesión joaquinista de reparar lo deteriorado –hay que recordar los desfiguros pasados de Daniel Herrera Murga- aprovechando la algarabía desbordada de chicos y grandes en esta temporada del año, como lo vimos en el desfile de prefería a hacer de esta una fiesta a lo grande.
La feria cobra tal importancia en este gobierno priísta por varias causas:
1.- La remodelación del recinto ferial es prácticamente la única obra tangible del marianismo, pues a lo largo y ancho de la entidad, a nueve meses de gobierno y ya muy próximo el primer informe, seguramente ocupará buena parte del documento con el que Mariano dé cuenta de su gestión, pues puentes, caminos, escuelas y hospitales, no abundan… es más no existen.
2.- Como lo apunta Joaquín, este evento marca un reencuentro. Hay personajes como el obispo Francisco Moreno Barrón, que venían cargando con los desplantes del ganadero-mandamás. El prelado se dejaba consentir por Héctor Ortiz, asistía a sus pachangas y nunca limitó sus apariciones públicas con este. Por eso el gobernador aprovechó más de una oportunidad para mostrarse impasible ante el ministro religioso, quien a partir de la invitación de su amigo Joaquín a bendecir las instalaciones de la Feria, comenzó a reponerse de aquella aplicación inmisericorde de la ley del hielo.
3.- El término “reencuentro”, no se limita a la recuperación de la estética y el sentido del orden administrativo de quien ya fue alcalde de Tlaxcala hasta en dos ocasiones. Va más allá. Puede interpretarse como la recarga sus intenciones por buscar la gubernatura una vez que concluya la etapa del marianismo. Ahora mismo es el más seguro abanderado priísta al Senado, y para ello cuenta con una compañera de fórmula de las incansables hechuras de Anabel Ávalos Zempoalteca, la afectuosa protección de la delegada del CEN del PRI, Yolanda Hernández y, por si fuera poco el visto bueno del gobernador Mariano González Zarur.
Digamos que Cisneros posee la experiencia para matizar las embestidas del jurásico tricolor, a las que Mariano tanto recurre para enviar mensajes de supremacía (por lo menos así lo ha de pensar) ante un electorado dispuesto a hacer una pausa a su fobia por la política y quienes la hacen, porque la gran fiesta de los tlaxcaltecas no es excluyente, y sí en cambio es un enorme negocio ávido del dinero de panistas, perredistas y priístas, chiquillas y chiquillos, a quienes ya se les cuecen las habas por enfundarse en la chamarra que compren en la feria, calzar las botas –que abundan- y hasta colocarse el sobrero estilo texano con el que satisfagan su gustosa estética, lleven a la familia a recorrer el recinto y en el mejor momento se atraganten con un puro, en la plaza de toros, donde las corridas a cargo de Rafael Herrerías, son de lo mejor.
Pero cuidado con la popularidad.
Si Cisneros comete el error de no refrenar el crecimiento imagen gracias a la feria, se las va a ver difíciles con el amo, pues nadie, nadie, nadie, puede ser mejor que él.
Es cierto, Joaquín se halla en su ánimo para impulsarlo al senado y de ser posible (y el tiempo le alcanza) meterlo en la lucha sucesoria, pero de eso a ser opacado en alguno de los muchos actos multitudinarios que en la feria reclaman la presencia del gobernador, es ahí donde el también ex senador se encuentra en inminente riesgo.
1.- Para eso, Mariano cuenta con la operación destructiva en los medios, de Raymundo Vega Crespo, quien ya una vez perjudicó a Joaquín y a su partido mediante el fuego amigo del cual, usted y yo ya hemos platicado.
2.- Dispone también de la nula planeación para el remozamiento del recinto. Las cuentas deben entregarse más que diáfanas, pues en caso contrario habría tela de donde cortar, usted sabe por cualquier eventualidad en esto de la grilla al más puro estilo del PRI de los sesenta.
Pero he aquí, que hay un pacto generacional entre estos dos ejemplares del Revolucionario Institucional. Senadores en la pasada legislatura, brodys como quien dice y con el enemigo común llamado Beatriz Paredes Rangel, no habrán de desperdiciar la oportunidad de afianzarse al poder mediante este equipo al cual podemos llamar el ying y el yang de la locomotora que a penas toma presión sobre las largas vías de la administración.
Hoy comienza la efectiva campaña de reposicionamiento de Joaquín. No puede cometer errores. No debe ignorar que eventuales ataques locales o nacionales –y hasta pagados con recursos públicos- tienen su origen en las oficinas localizadas en la avenida Juárez de la ciudad de Tlaxcala, donde un monstruoso vocero asienta reglas respecto a su comportamiento y no dudará en activar insidias tan pronto como vea el mínimo recoveco para conseguirlo.
Veremos también el comportamiento de los antros, hoy supuestamente en las manos de junior y el michoacano, a quien le salió el gusto por los gallos y los toros y el trago (esperamos no servido a menores de edad).
Tahoneros, chaluperas, el Triunfo de las Palmas (para libar el néctar que lo deja a uno chachalaco), son de las cosas que volveremos a ver en este, el gran evento político-popular, como anillo al dedo a la tesis de, al pueblo pan y circo.
Pues el circo está bueno… ¿y el pan?
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