Con una frivolidad sorprendente, el gobernador de Tlaxcala, Mariano González Zarur, renegó de su partido, de sus protectores y colocó su escaso capital político al mejor postor, sustentado en la deslealtad.


Media una diferencia abismal entre la orfandad de padres y la de principios, y como la formación se mama, hoy que escucho el enésimo desplante del gobernador Mariano González Zarur –en contra de sus propios orígenes- avizoro los momentos más difíciles en la carrera del superlativo de la soberbia.

“No tengo la fortuna de contar con mi madre, soy huérfano de padre y madre, pero también soy huérfano de la paternidad política”.

Así lo planteó durante un acto de celebración a las madres que laboran en el gobierno. Algunas de ellas intercambiaban miradas de incredulidad: “¿y a este, qué le pasa?”. Para otras, las más conscientes de las frecuentes abyecciones marianistas, aquella rosa regalada por el desbocado mandatario, se tiñó de un púrpura negruzco… mal augurio para la frágil estabilidad de esta administración.

Ser huérfano de paternidad política es negar a Emilio Gamboa, a Manlio Fabio Beltrones, a Emilio Sánchez Piedras… ¡a Enrique Peña Nieto!

¿Dónde quedó el PRI de antes, dibujado  por el amo como el estado ideal para gobernar a esta pequeña entidad federativa?

Debo remontarme a la cumbre aquella, entre María de los Ángeles Moreno y Emilio Gamboa Patrón, para analizar las groserías del gobernador de Tlaxcala -¿recuerda la inhabilitación con saña a Adalberto Campuzano?-.

Y derivado de ello, advierto la posibilidad de una llamada de atención de esa cúpula, que engloba a los altos mandos del Revolucionario Institucional.

Como niño regañado, el gobernador de Tlaxcala, expuso sus resentimientos durante una sesión de pensamientos en voz alta… algo en su interior le sugirió buscar el aliento de las mamás reunidas…

Hasta ahí, hablaríamos de admirables momentos de inspiración; mas a mitad de las frases la mala vibra tuvo que aparecer. Y así aplastó los instantes sensibles ante las mamás, todas oídos para un hijo con severos problemas de conducta, quien rompió las primeras palabras tiernas (recordando la pérdida de sus padres), renegando a sus progenitores en la política.

Los mensajes

¿Qué significa el retorno del PRI al poder en Tlaxcala?

Un teatro bien montado con la producción y dirección de Beatriz Paredes, a petición de Enrique Peña Nieto (¿se acuerda?.. quita, Beatriz el estigma de la traición, ayudando a Mariano a ganar)

Llegó al poder el tipo de los mil resentimientos (para todos tiene) quien se había preparado para emprender una tremenda lucha por haber perdido, ante una elección de Estado.

Mas no preparado para obtener el triunfo.

Este le llegó por una vil circunstancia (así la ve) que en ciento veinte días de gobierno lo llevó a ofrecer su escaso capital, al mejor postor.

¿Quién da más por un gobernador desleal a su partido y a los personajes que lo hicieron secretario de finanzas, alcalde de Apizaco, diputado, senador y últimamente gobernador?

¿Le interesará a AMLO, a Calderón? Digo, porque si algo tiene el PRI, es no perdonar las deslealtades.

Y Mariano le ha sido desleal, mostrando el nueve de mayo de 2011 cuán malagradecido puede ser un tipo con todos aquellos que intervinieron para hacerlo gobernador.

Desdeña su título de gobernador de semejante forma, porque ni lo merecía, ni lo necesitaba. Mariano es un lobo estepario, cuyos mejores momentos dedica a rumiar decenios de resentimiento, pues debió ser gobernador –así lo piensa- incluso antes que Beatriz… sus patologías de conducta se remontan a casi treinta años.

¿Un interinato?

Dentro y fuera del gobierno, crece la versión respecto a un escenario donde se convocase a nuevas elecciones a causa de la inestabilidad emocional del gobernador Mariano González Zarur, o bien, según el tiempo que permanezca en el poder, un interino.

Y créame, los priístas de más arriba son los más preocupados por esta situación.

¿Rescatar un estado perdido en 1998, para esto?

Ahora imagino a Beatriz Paredes Rangel, en la segunda fase de este proyecto, circunstancial por cierto.

1.- Aunque sea con Mariano el PRI recuperó Tlaxcala. 2.- Sin Mariano, el PRI puede afianzarse a Tlaxcala otros setenta años. 3.- En consecuencia, Mariano es un peligro para el PRI…

Todo queda en familia

El secretario de Salud, Jesús Fragoso Bernal, tuvo una repentina patología del olvido, o mejor dicho, se hizo el que la virgen le hablaba, cuando le preguntaron si el Hospital Central de Apizaco -del que era director hasta antes de incorporarse al manchigobierno-.

Comparto con usted unos párrafos de un supuesto empleado de la Oficialía Mayor de Gobierno, respecto a este candente tema del negociazo de las enfermedades:

“En efecto, se ha estado dando desde hace más de un mes la indicación a todos los trabajadores de confianza, funcionarios, policías y de base, acudir al hospital particular de Apizaco denominado CENTRAL.

“Ello es porque dicho hospital tiene ahora la venia del gobierno estatal a través de la Oficialía Mayor para operar el convenio donde el empleado paga el 30% y 70% lo paga el erario público a través de finanzas. Así mismo el hospital CEDROS se encuentra en la misma situación de verse favorecido.

“”Hasta diciembre de 2010 estos hospitales-clínicas privados ni siquiera figuraban en la lista de proveedores con los que el gobierno tenía convenio, su inclusión y beneficiamiento se da con la entrada de las nuevas autoridades del gobierno estatal.

“Por otra parte, desde hace 1 mes aproximadamente, la Oficialía Mayor ha notificado al hospital HUMANITAS y la clínica Zaragoza en Zacatelco que ya no cuentan con el convenio y ya no pueden atender a personal de gobierno”.