Las quejas contra elementos de las policías municipales van en aumento y cada vez trascienden los arreglos entre esos uniformados con sus jefes los alcaldes para llevar a cabo actos de corrupción que están hartando a los ciudadanos y a las ciudadanas.
Un caso emblemático sería lo que pasa en Apetatitlán, donde los policías constantemente son señalados de incurrir en abusos y excesos, claro todos solapados y encubiertos por el mandilón presidente municipal, Azaín Ávalos Marbán, quien no sólo ya tiene en contra al Cabildo por su comportamiento gandalla para disponer y manejar los recursos públicos, sino para que nadie, salvo sus familiares y amigos, se metan en los presuntos negocios que lleva a cabo.
Hay ciudadanos y miembros del Cabildo que están documentando la operación corrupta de la policía municipal y del alcalde. Por ejemplo hace unos días un conductor que manejaba su automóvil sobre la vialidad que conduce a la zona de hospitales le dio un rayón a una ambulancia, lo cual dio el pretexto para que un uniformado de nombre Baltazar aprovechara para extorsionar.
El culpable iba en estado de ebriedad y habría sido obligado y llevado por los elementos de la policía a un cajero para retirar dinero y entregarlo a cambio de no ser detenido. Lo que nunca se imaginaron es que la víctima de esa extorsión presentara una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción (FECC) de Tlaxcala.
Y los abusos también se extienden contra motociclistas que llegan a circular por el territorio de Apetatitlán, pues por mínima que sea la falta los celos guardianes del orden infraccionan y retienen a todo aquel que se deja. El negocio consiste en llamar de inmediato a la grúa para que se lleve la moto, con lo cual el afectado después se entera que deberá pagar más de cinco mil pesos por el arrastre de su vehículo.
Los automovilistas temen circular a ciertas horas por el municipio de Apetatitlán, debido a que los policías buscan cualquier pretexto para extorsionar.
En otro municipio donde también hay molestia contra los policías y en especial contra el director Carlos Pérez Pérez, es el de Acuamanala de Miguel Hidalgo. Los vecinos se quejan de la inseguridad y del pésimo trabajo que realiza ese contador público que dijo haber laborado en la Policía Federal.
El presidente municipal de la población, Rogelio Pichón Luna, designó a su amigo, pero éste siempre mantiene cerradas las oficinas de la Dirección de Seguridad Municipal y cuando algún vecino solicita la ayuda de la policía resulta quien nadie responde ni da información.
Los habitantes están cansados de esa situación y ya se están organizando para comprobar si Carlos Pérez aprobó los exámenes de control y confianza y si ese contador fue avalado por el gobierno del estado para desempeñar un cargo que se percibe desconoce totalmente.
Los actuales presidentes municipales de Tlaxcala están por cumplir cinco meses en el cargo y lo correcto sería que se informara cuántos directores de la policía municipal están acreditados y cuántos elementos de la policía municipal tienen el aval para desempeñar su trabajo y cuántos siguen cobrando sin estar debidamente autorizados.
Al menos para saber quiénes nos están cuidando.
La CEDHT dará su diagnóstico sobre los Ayuntamientos
Ahora que la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala verificó los Centros de Detención Preventiva Municipal para comprobar si cuentan con las condiciones y conocimientos necesarios para albergar a personas en condición de detenidas, será interesante conocer los resultados y comprobar si los alcaldes y las alcaldesas hicieron la tarea.
La supervisión estuvo a cargo de la presidenta de la CEDHT, Jakqueline Ordoñez Brasdefer, así como las consejeras y los consejeros consultivos, quienes se sumaron a las personas defensoras y visitadoras generales del organismo autónomo.
De entrada los ediles de Tetlatlahuca y Tepetitla de Lardizábal se negaron a la supervisión, lo que seguramente ya huele mal. El resto de las administraciones municipales, 58 para ser exactos, sí permitió ese ejercicio y ahora falta esperar a que llegue febrero para conocer los resultados.
Respecto de la supervisión que la CEDHT realizó en 2021 a los mismos centros, se obtuvo que hay municipios que no han hecho mejoras en las instalaciones y en los procedimientos, como es el caso de Nanacamilpa.
De acuerdo con un comunicado de organismo autónomo, en algunos municipios se encontraron instalaciones recientemente construidas lo que se muestra como gran avance, ya que tener un área habilitada y en buen estado, coadyuva con la operatividad, sin embargo, en esos casos fue imprescindible centrar la atención en la capacitación y profesionalización del personal de seguridad.
En materia de capacitación, 53 municipios informaron que su personal está capacitado, pero en realidad, en sólo 43 se comprobó que cuentan con más de dos cursos desde el inicio de la administración municipal.
Esperemos los resultados y veremos si los actuales presidentes municipales están realmente trabajando.
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