Al concluir diciembre, al gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros le quedarán 32 meses de vida.

 

 

Ya se consumieron 40 meses del periodo de 72 por el que fue elegido y para algunos funcionarios estatales la administración ya comenzó a apagarse.

 

 

 

A diferencia de los festejos navideños del 2021, 2022 y del 2023 en que los funcionarios alardeaban de ser la nueva clase política en el poder y por lo cual prolongaba sus reuniones hasta la madrugada, ahora la cena de fin de año de la administración estatal estuvo fría y sin emociones, pues algunos esperaron que concluyera el brindis de su jefa Lorena Cuéllar para abandonar la reunión.

 

 

 

Y cómo si todos los asistentes fueron invadidos por la maldición de “La Cenicienta”, a las once de la noche ya habían dejado el salón de fiestas El Tirol para irse a dormir o seguir la pachanga en otro lugar. Incluso, hubo varios funcionarios que de plano ya no se presentaron.

 

 

 

En 40 meses hubo dependencias donde los cambios y ajustes han sido la constante, como la Secretaría de Seguridad Ciudadana que lleva siete jefes entre titulares y encargados de despacho, siguiéndole la Secretaría de Movilidad y Transporte y la Coordinación de Comunicación con tres relevos cada una.

 

 

 

Otras áreas con dos cambios son la Secretaría de Gobierno, la Secretaría de la Función Pública, la Secretaría de Infraestructura, la Secretaría del Trabajo y Competitividad, la Secretaría de Turismo, la Secretaría de Cultura, la Secretaría de Ordenamiento Territorial y Vivienda, la Secretaría del Medio Ambiente, así como la Coordinación General de Planeación e Inversión y la Consejería Jurídica.

 

 

 

Las únicas dependencias en las que no se ha llevado un cambio y se descarta que eso ocurra es la Secretaría de Finanzas a cargo de David Álvarez Ochoa, la Oficialía Mayor de Gobierno en manos del poblano Ramiro Vivanco Chedraui y la Secretaría de Educación Pública que encabeza Homero Meneses Hernández.

 

 

 

Otras en donde han perdurado los funcionarios lorenistas son la Secretaría de Salud con Rigoberto Zamudio Meneses, la Secretaría de Desarrollo Económico bajo el mando de Javier Marroquín Calderón, de quien se dice que podría dejar esa responsabilidad por andar más ocupado en atender su relación amorosa que su trabajo y la Secretaría de Impulso Agropecuario donde despacha el gris Rafael de la Peña Bernal.

 

 

 

En enero entra en funciones la nueva Secretaría de la Mujer y hasta el momento se desconoce si a esa posición llegará la desprestigiada Nydia Cano Rodríguez, aún titular del Instituto Estatal de la Mujer o si la gobernadora designará a alguien con mayor capacidad y presencia.

 

 

 

Se dice que habrá ajustes y rotación de funcionarios en enero, pero sólo son rumores porque no hay nada confirmado.

 

 

 

Conforme pase el tiempo se verá la lealtad de los subordinados y cuántos deciden sumarse al proyecto del presidente municipal de Tlaxcala, Alfonso Sánchez García, quien hasta ahora aparece como el delfín del lorenismo para suceder a la mandataria tlaxcalteca.

 

 

 

Alfonso Sánchez sabe que no todos los funcionarios lorenistas lo ven bien y lo apoyan, de ahí que éstos no conforman su primer círculo de operadores donde sí están la mayoría de los actuales diputados y diputadas locales que ya se ven en el próximo gabinete estatal.

 

 

 

La sucesión está muy adelantada y los aspirantes no dejan de moverse y aprovechar cualquier situación para alzar la mano y hacerse notar. Los roces y desencuentros serán la constante, por lo que seguramente el CEN de Morena no tardará en enviar a un delegado imparcial que llame a la unidad y al orden.

 

 

 

El año está por finalizar y los rumores y especulaciones sobre lo que podría pasar en el ambiente gubernamental y político son la constante, sin embargo lo prudente es esperar y ver cómo se mueven las fichas para no generar falsas expectativas.

 

 

 

Por lo pronto los funcionarios lorenistas podrán disfrutar la temporada navideña, como lo hace el ex secretario de Gobierno y asesor de la gobernadora Cuéllar, quien presumió que estaba en el Central Park en la ciudad de Nueva York  haciendo ejercicio.

 

 

 

Se ve que a los lorenistas les va rebién, o no.

 

 

 

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