Del gabinete, sólo Anabel Ávalos, cuenta con un sólido expediente. Uno de los primeros aciertos de Mariano: convocar a ex gobernadores, a conformar un espléndido Old Team…
Entre la condena al nepotismo y la garantía de combatir la corrupción en su gobierno, Mariano González Zarur, comenzó la laberintosa senda como gobernador de Tlaxcala.
Como una especie de maniobra auto regulatoria, convocó a ex gobernadores a conformar un grupo experto.
Es un acierto aunque parcial al dejar fuera a su antecesor, Héctor Ortiz Ortiz. No se trataba de escucharlo al pie de la letra, sino de un mensaje solidario e incluyente, por cierto a un compañero de generación con la salud deteriorada, según lo revelaron gentes de su confianza.
Pero volvamos al grupo de ex mandatarios.
Qué valioso será contar en el sabio consejo de José Antonio Álvarez Lima, en materia de inteligencia; de Alfonso Sánchez Anaya, en el tema de la pluralidad; de Tulio Hernández Gómez, en el terreno social y, de Beatriz Paredes Rangel, en todos los ámbitos de la política.
Luego de reiterados intentos por arribar al poder, Mariano conoce su lado flaco y, seguramente por sugerencia de algún colaborador de buena fe, convocó a dichos personajes. De ellos contará con una sabia opinión, en respuesta a la atención de tomarlos en cuenta, como no lo habría hecho un personaje hundido en el culto a sí mismo.
Ojalá estos viejos, en el oficio de gobernar, no sean aquél retorno del PRI de antes, como González lo anunció en una de sus primeras declaraciones con carácter de desplante a su entonces adversaria panista, a la que acabó por vencer en la urna.
Ahora, veamos esta contradicción. Pese al anuncio aquél, del retorno del viejo tricolor, la mayor parte de los integrantes de su gabinete pertenece a una nueva generación.
Anabel Ávalos Zempoalteca, la secretaria de Gobierno, es el más claro ejemplo de la necesaria actualización de Mariano.
Eliminar cartuchos quemados, nombres incluso molestos y riesgosos de la lista de sus colaboradores, ha sido otro éxito del mandatario, quien para conseguir dicha acción recurrió al viejo truco del tapadismo, hasta la noche del catorce de enero, o sea horas antes de rendir protesta como gobernador.
En la integración del gabinete hay pago de facturas. Conforme avancen los días se verán a qué intereses responden y sobre todo se comprobará qué tan eficientes son los nuevos funcionarios.
Sobre la transparencia, hay que esperar que del discurso se ven hechos concretos, porque es muy fácil decir y muy difícil cumplir las promesas.
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