Una serie de acciones y comportamientos de algunos funcionarios estatales explicarían porqué la actual administración estatal enfrenta problemas.

 

 

El golpeteo externo es entendible y hasta natural por parte de los adversarios políticos y una que otra pluma mercenaria, sin embargo lo que obviamente resulta grave y preocupante es la descalificación interna y los porrazos lanzados por miembros del gabinete como el malagradecido secretario de Salud, Rigoberto Zamudio Meneses.

 

Este personaje anti Amlo y que en repetidas ocasiones le ha jugado las contras a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros en el proceso de transición para conformar el sistema IMSS-Bienestar, ha sostenido reuniones con el personal directivo de su dependencia en donde asegura que en Tlaxcala hay ingobernabilidad, pero que él y sus colaboradores seguirán dizque trabajando para hacer que esta administración avance un poco.

 

La primera vez que lanzó ese cobarde ataque contra la gobernadora de Tlaxcala fue el lunes a las 8:30 de la mañana en la reunión que sostuvo con su cuerpo directivo, un día después de los lamentables acontecimientos registrados en Xaltocan donde una persona murió en los separos, situación que generó la molestia de los habitantes que quemaron patrullas y las instalaciones de la policía municipal.

 

Si bien esas reuniones son utilizadas por el médico especialista para hacer catarsis y quejarse del desabasto de medicinas, de la asignación de bases y de la contratación de nuevo personal médico y de enfermería, Zamudio Meneses no deja de embestir a su jefa y criticarla por los acontecimientos que se registran en la entidad y que él considera ingobernabilidad.

 

Tal es el malestar del secretario de Salud que ya no oculta su incomodidad por trabajar al lado de la mandataria Lorena Cuéllar. Ayer martes en la reunión con los nuevos titulares de las jurisdicciones sanitarias Antonieta Concepción Rodríguez Ávila, Monserrat Lima Pérez y Alejandro García Sánchez, el doctor Zamudio volvió a asegurar que en Tlaxcala hay ingobernabilidad, acusación que no tuvo ningún empacho en lanzar ese desleal funcionario ante el personal de la dependencia.

 

Y mientras algunos pérfidos funcionarios como Rigoberto Zamudio se la pasan hablando mal de la actual administración morenista que gobierna Tlaxcala, otros andan más que preocupados por evitar que vivales utilicen mal intencionadamente la información de sus teléfonos móviles, luego de sufrir el robo de sus aparatos o el hackeo de sus cuentas de Whatsapp.

 

Se dice que en la última reunión del gabinete que organizó la soberbia Gimena Lara Pérez, coordinadora de Planeación e Inversión, se robaron el teléfono móvil del discreto David Álvarez Ochoa, secretario de Planeación y Finanzas, lo cual habría tenido pésimas consecuencias porque se rumora que utilizaron la información disponible para enviar mensajes que se usaron para estafar a uno que otro colaborador de este gobierno.

 

A esas sesiones de trabajo los empleados de Gimena Lara suelen recoger los teléfonos móviles de los funcionarios que asisten, sin embargo está claro que no tuvieron el resguardo indicado porque David Álvarez fue víctima de un robo que preocupó al poder porque en ese móvil iban conversaciones, correos e información que se presume es delicada y confidencial.

 

Otro funcionario que se dijo víctima de la ciberdelincuencia fue Gelacio Montiel Fuentes, secretario particular de la gobernadora, quien a través de una publicación en Facebook confirmó que el pasado 18 de julio a las 21:00 horas le fue hackeada su cuenta de Whatsapp, por lo que pedía a sus contactos no contestar ni atender esos mensajes para que no se dejaran sorprender.

 

 

Es curioso lo que les está pasando a algunos funcionarios lorenistas.

 

Finalmente, le cuento que un funcionario que de plano anda metido con todo en la grilla más que en llevar a cabo su trabajo como secretario de Infraestructura es Alfonso Sánchez García, quien no pierde oportunidad de invitar a todos los conocidos de su papá y mamá, el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya y la ex senadora María del Carmen García Ramírez, a sumarse a su proyecto político porque quiere ser primeramente senador o diputado federal y después gobernador de Tlaxcala.

 

Sin cuidar las formas, respetar los tiempo políticos electorales y sobre todo el liderazgo de Lorena Cuéllar, los Sánchez Anaya y los Sánchez González ya están desbocados en busca del poder, lo cual resulta ridículo porque antes de buscar algún otro cargo u otra posición, primero deberían dar resultados en las áreas que controlan dentro del gobierno lorenista porque sencillamente no se ve que trabajen.

 

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