A casi un día de que se cumpla un mes de la desaparición de Ana Laura N., hoy existen más dudas y preguntas que certezas y respuestas sobre el caso que sigue representando una gran amenaza para el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros.

 

 

La investigación se encuentra empantanada y sin una ruta clara para esclarecer la desaparición o probable homicidio de la joven oriunda de Huamantla, porque el principal sospechoso fue asesinado a golpes por agentes de la Policía de Investigación de la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE).

 

Si hay ex agentes vinculados a proceso penal por sus excesos o no nadie lo sabe, tampoco si hay un elemento fugado y si los dos jefes de la PGJE que fueron despedidos por su mala actuación enfrentarán una responsabilidad jurídica, pues trascendió que no serán molestados por tener nexos y amistad con personas que hoy detentan poder en Tlaxcala.

 

Víctor Enrique Montiel Ramos y Paula Elizabeth Juárez Santoyo fueron los despedidos y los que hasta ahora han pagado los platos rotos en la PGJE. El primero se desempeñaba como director de la Policía de Investigación y la segunda era la encargada de la Fiscalía Especializada en Combate al Secuestro.

 

Al final si no se les abre una carpeta de investigación por su responsabilidad en la muerte del principal sospechoso, Juan Carlos N. quedará demostrado que alguien los está protegiendo y haciendo todo lo posible porque no pisen la cárcel por su negligencia o mala fe al tolerar en cada momento la brutalidad de los agentes de Investigación.

 

El cese del dormilón Víctor Enrique Montiel es entendible porque se dice que estuvo presente no sólo en la aprehensión del sospechoso, sino en el brutal interrogatorio que le provocó la muerte al detenido, sin embargo lo que no queda muy claro es por qué el despido de la fiscal Paula Elizabeth Juárez.

 

El expediente estaba mal integrado, hubo corrupción como se rumora, tenía omisiones o sencillamente no cumplía con los protocolos y los lineamientos establecidos en la PGJE, pero sí es así qué no hay una subprocuradora o una directora de investigación del delito que en teoría deberían revisar el trabajo de sus subordinados o acaso la procuradora Ernestina Carro no se dio tiempo ni a la tarea de supervisar directamente ese asunto que mediáticamente ya había atraído la atención de los ciudadanos.

 

Aunque la detención de Juan Carlos N. se dio en una investigación abierta y dentro de la carpeta que se inició para esclarecer la desaparición de Ana Laura N., valdría la pena que una autoridad como la Comisión Estatal de Derechos Humanos o la misma procuradora de Justicia, Ernestina Carro, salieran a confirmar si lo que declaró la persona fallecida por medio de golpes es válido y aceptado en el expediente, porque hasta ahora nadie ha confirmado si el principal sospechoso tuvo que ver o no con la ausencia de la joven mujer.

 

En los últimos días las autoridades llevaron una intensa búsqueda del cuerpo de la joven de Huamantla, porque existe la sospecha de que ésta ya no se encuentra viva. Los operativos no arrojaron resultados positivos y los esfuerzos para esclarecer la desaparición han sido nulos.

 

El fracaso de la PGJE parece que será monumental.

 

Los errores en esa dependencia ya no pueden seguir.

 

Sencillamente nadie confiará en una institución que mata a sospechosos y que lejos de encontrar con vida a las desaparecidas, hace todo lo posible por manchar las investigaciones que dice llevar a cabo para esclarecer los siete casos de mujeres tlaxcaltecas que se encuentran ausentes y que se han denunciado en lo que va de la actual administración estatal.

 

Y ya que hablamos de desconfianza, déjeme contarle que el secretario de Educación de Tlaxcala, Homero Meneses Hernández, anda más que decepcionado por los constantes desplantes de los líderes del SNTE que no se cansan de maltratarlo.

 

Cutberto Chávez de la Rosa, líder de la Sección 31 del SNTE, cada que puede le ve la cara al doctor Homero Meneses, y es que trascendió que el sábado pasado, el dirigente inventivo habría realizado la entrega de juguetes a trabajadores del sindicato cortesía de la SEPE-USET.

 

Sin embargo, el día domingo, el propio Cutberto aprovechó la conmemoración del Día del Trabajo para realizar descalificaciones a la labor que realiza el doctor Homero Meneses.

 

Ni un día pasó y al dirigente del SNTE se le olvidó que los regalitos, los lunchs, las gorras, y las playeras que entregó durante la marcha salieron de la SEPE-USET y no precisamente resultado de su gran gestión.

 

Seguro que Cutberto Chávez buscará nuevamente que se inviertan otros 3 millones de pesos para sus propios intereses.

 

Homero Meneses es otro fiasco.

 

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