La estrategia de la oposición en el Congreso de Estado pareciera que es la viene ganando en la operación de la aprobación del llamado “fondos moches”, pues sólo le bastó con mostrar músculo y unidad para imponer al nuevo comisionado del IAIP para desquiciar a los lorenistas que se olvidaron de la operación fina para recurrir a la presión, a la fuerza, a las amenazas, al chantaje y a lo más rupestre de la política para impedir que en el presupuesto de egresos del siguiente año se apruebe la mencionada bolsa que permite a los diputados locales etiquetar recursos por 500 millones de pesos para los 60 municipios de Tlaxcala.

 

 

Es obvio que la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros dejó de confiar en su principal operador al interior del Congreso local, el morenista Rubén Terán Águila, quien está más ocupado en presumir sus nuevos y lujosos muebles de su oficina que en sumar el número de legisladores que se requiere para avalar el presupuesto de egresos del 2022 sin el “fondo moches”.

 

Por esa razón, esta semana la mandataria presentó a los legisladores de Morena a su nuevo enlace, un personaje gris y sin la mínima capacidad de liderazgo y operación política en Tlaxcala. Se trata de su ex coordinador general de campaña y hoy secretario del Medio Ambiente, el morelense Luis Antonio Ramírez Hernández.

 

A la par que ese insignificante morenista fue designado, aparecieron también otros asesores que juran y perjuran que el “fondo moches” no pasará y que nunca se ejecutará porque ese es el deseo de la gobernadora Cuéllar.

 

El “fondo moches” fue creado y aprobado por los morenistas en la legislatura pasada y en la administración del castrado gobernador priista, Marco Antonio Mena Rodríguez. Los diputados que lo manejaron y se beneficiaron de él hoy son flamantes funcionarios de la administración Lorena Cuéllar.

 

El argumento de que el “fondo moches” genera y alienta la corrupción como lo han expresado Rubén Terán y el encargado de la dirigencia estatal de Morena, Víctor García Lozano, es una burda contradicción, porque si generó desvío y malos manejos qué hacen los ex diputados trabajando en el gabinete de Lorena Cuéllar y por qué no se ha integrado ninguna denuncia penal si en este gobierno no se protege a nadie y existe la voluntad de castigar las malas conductas de los servidores públicos.

 

Los lorenistas están desesperados y la oposición en el Congreso del Estado sigue operando a ras de tierra y de manera estratégica. Los legisladores que quieren aprobar el mencionado fondo realizan movimientos calculados y sin gran estridencia, pese a las presiones que han empezado a recibir algunos para que aborten sus intenciones de avalar esa bolsa que se integra con 500 millones de pesos.

 

Ayer, trascendió que la oposición en el Poder Legislativo logró un paso importante para aprobar ese fondo, ya que en comisiones se respaldó la propuesta de que el presupuesto de egresos sea avalado a través de una votación por cédula, es decir, será por medio del llenado de una papeleta que se depositará dentro de una urna por parte de cada legislador y legisladora, lo que impide con precisión saber quién se expresó por el sí y quién por el no.

 

A los diputados morenistas se les está obligando a firmar una carta en la que expresan su rechazo al “fondo moches”, indicación que fue rechazada por una legisladora que sencillamente no compartió la forma ni el método de presión. A los aliados también se les está “recomendando” hacer lo mismo a fin de garantizar su lealtad.

 

Los asesores de la gobernadora dicen que ya tienen los elementos jurídicos para frenar la aprobación del “fondo moches”, no sólo con el veto que ejercería la gobernadora sobre el presupuesto, sino con otras acciones que están guardadas como un “as” bajo la manga.

 

Aunque Lorena Cuéllar puede vetar el presupuesto de egresos del 2022 si no es de su agrado, la realidad es que tendría que ejercer el presupuesto de este año que representaría una camisa de fuerza para su administración, pues porque de entrada no considera las nuevas dependencias estatales que ha creado y porque la facultad de reprogramación del gasto la limita a un determinado porcentaje que no le daría mucho margen de maniobra.

 

Al final, si los lorenistas hacen que el “fondo moches” no se apruebe será simplemente un logro, pero si la oposición saca esa bolsa representará un gran victoria porque nuevamente se impondrá a la gobernadora y porque demostrarán que la actual Legislatura se salió de la órbita e influencia de Lorena Cuéllar.

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