Son pocos los funcionarios lorenistas que han entendido los nuevos tiempos y el nuevo estilo de gobernar, de ahí que mientras la mandataria Lorena Cuéllar Cisneros trabaja para cambiar el gobierno y demostrar que encabeza una administración sensible, cercana a la gente, sin lujos y que busca resolver la problemática del estado, hay colaboradoras que hacen lo contrario y sin renegar su ADN priista se empeñan en llevar a cabo acciones que manchan la cuarta transformación como la gris secretaria de la Función Pública, Eréndira Cova Brindis.
Lorena Cuéllar se tomó varios días para planear y emprender la defensa de su administración sobre las acusaciones lanzadas por la oposición en el sentido de que la inseguridad está desbordada en Tlaxcala.
Sin recurrir a una estéril confrontación mediática o a discursos estrambóticos, la gobernadora movió quirúrgicamente los hilos del poder y comenzó una operación para conseguir el respaldo del gobierno federal y el de los diferentes sectores de la sociedad tlaxcalteca sobre su estrategia de seguridad, lo cual lo logró la mañana de ayer cuando a través de datos e indicadores demostró que la entidad sigue siendo la segunda más segura del país y que la incidencia delictiva es menor a la reportada en estados que nos rodean como Hidalgo y Puebla.
Las cifras hablan por sí mismas y ahora las áreas encargadas de la seguridad en Tlaxcala deberán reforzar su trabajo y mejorar las estrategias para que los indicadores en el robo de camiones de carga, de automóviles y de otros delitos cambien y se logre disminuir el número de esos delitos, pues sólo así se estará en condiciones de demostrar que se está haciendo la tarea y que hay una verdadera voluntad de mejorar en ese rubro.
El crecimiento de los delitos en el país ha sido constante y lo bueno para Tlaxcala es que desde hace tres administraciones la entidad se ha mantenido como una de las más seguras del país. El gobernador panista Héctor Ortiz Ortiz siempre presumió esa posición, la cual la logró mantener la administración del hacendado gobernador Mariano González Zarur pese a que corrió a más de mil policías estatales y que por inercia conservó el intermitente mandatario priista Marco Antonio Mena Rodríguez.
La gobernadora Cuéllar no se rehúye a los problemas ni a las crisis. Ayer dio la cara y dejó en claro que dedica tiempo y esfuerzos para evidenciar que su administración busca dar resultados y sobre todo la transformación de Tlaxcala.
Y mientras la mandataria se esfuerza para que la imagen de su administración siga siendo positiva ante los ciudadanos y las ciudadanas, hay funcionarias como Eréndira Cova que están más metidas en disfrutar su posición de poder y en replicar los viejos vicios del PRI que en ayudar a consolidar al nuevo gobierno.
Para nadie fue un secreto que la estructura lorenista estaba operando para salir de la crisis generada por la “creciente” inseguridad y el escándalo de la huida del ex secretario de Seguridad Ciudadana, Alfredo Álvarez Valenzuela, sin embargo el personal directivo de la Secretaría de la Función Pública bajo el mando del secretario particular, José Manuel Hernández Sánchez, estaba más preocupado en organizar la pachanga para festejar el cumpleaños de la titular de esa dependencia, Eréndira Cova.
Al personal de base y de confianza esa dependencia no sólo se le obligó a cooperar con cien pesos para financiar el cumpleaños y organizar una fiesta con mariachi y hasta grupo, sino que las oficinas fueron abandonadas y los vehículos oficiales fueron ocupados para trasladar a los empleados que asistieron a una propiedad del priista Eliseo Ramos Padilla, jefe de departamento en la Dirección Jurídica, la cual se localiza por un camino ubicado por debajo del puente del Molinito con dirección a El Trébol y muy cerca del río.
La decoración con los colores de Morena fue para despistar, porque en realidad se trató de un festejo al viejo estilo del PRI, pues la cooperación fue obligatoria, se presionó a los trabajadores para que asistieran, hubo excesos y todo para celebrar un año más de vida de Eréndira Cova que se dejó consentir por su secretario particular y actual pareja sentimental, el médico veterinario José Manuel Hernández Sánchez, quien no podía ocultar su amor por la influyente funcionaria de la Cuarta Transformación.
Otra pieza clave para organizar el megapachangón fue el director de Modernización de la Administración Pública y Participación Social que responde al nombre de Efrén Briones Juárez.
Tan bueno estuvo el fiestón que la ex diputada priista se echó un palomazo y uno que otro brindis.
La pachanga se terminó porque Cova Brindis dijo que debía acudir a una reunión con la gobernadora Lorena Cuéllar, no sin antes presumir que le encantó la fiesta y que era una de tantas que le habían organizado porque ella celebró su cumpleaños en Mérida, Yucatán, donde acudió a un evento oficial acompañada de Claudia Paredes, jefa del Departamento de Auditoría de la Secretaría de la Función Pública.
Con esos colaboradores para qué quiere enemigos la gobernadora. O no.
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