Por el momento sólo el castrado ex dirigente estatal del PRI en Tlaxcala, Noé Rodríguez Roldán, sabe cuáles son las verdaderas razones por las que dejó el liderazgo y su militancia de 40 años en el ex partidazo, pero créame que nadie lo va a extrañar ni lamentará su salida porque sencillamente no representa nada y su decisión ya se esperaba desde hace meses.

 

 

Seguramente su lorenismo y su falta de voluntad para hacer del PRI en Tlaxcala una auténtica oposición al gobierno morenista, fueron los factores que llevaron a la dirigencia nacional encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas y al influyente grupo político del ex gobernador Mariano González Zarur a pedirle su renuncia, pues no iban a tolerar que una ex militante del tricolor controlara y manejara, desde el Palacio de Gobierno, el partido que la formó e impulsó su carrera política.

 

El viernes pasado le comentaba que la disputa por el moribundo PRI en Tlaxcala había pasado de lo soterrado a lo público cuando la aguerrida coordinadora de los diputados del tricolor, Blanca Águila Lima, arremetió contra el traicionero ex gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez y sus intrascendentes hermanos Eberth Mena Rodríguez, jefe de la dirección del Centro Veterinario Antirrábico de la Sesa y Fabricio Mena Rodríguez, legislador plurinominal priista que más bien parece el diputado número nueve de la bancada de Morena.

 

El marianismo representado por Blanca Águila se motivó y a lo mejor aprovechó el momento para exigir la cabeza de Noé Rodríguez, un priista convenenciero que siempre buscaba sacar provecho de las circunstancias.

 

En la sucesión del 2010 Rodríguez Roldán decidió volverse un fiel subordinado de Mariano González, para después buscar en el 2016 la candidatura del PRI a la gubernatura que perdió ante el desconocido e impopular Marco Mena que, a cambio de obtener su respaldo, lo convirtió en secretario en su administración para luego cederle la dirigente del ex partidazo, posición que ocupó descarada y arbitrariamente para buscar nuevamente la nominación del tricolor y tratar de competir por el gobierno de Tlaxcala, pero fracasó porque la elegida fue la entonces popular alcaldesa de la capital, Anabell Ávalos Zempoalteca.

 

Fue tanta la frustración de Noé Rodríguez que de inmediato se puso a las órdenes de la candidata de Morena a la gubernatura, Lorena Cuéllar Cisneros, con quien empezó a negociar su probable llegada a ese partido, lo cual no se concretó porque el priista pedía una diputación plurinominal y varias posiciones más que honestamente resultaban un exceso.

 

Hay evidencias de sus visitas furtivas a altas horas de la noche a la casa de Lorena Cuéllar localizada en el fraccionamiento Santa Elena en el municipio de Panotla, de ahí que el hoy “político independiente” miente cuando asegura que no traicionó al PRI y a sus candidatos en los pasados comicios, aunque al menos si es honesto en reconocer que desde hace meses venía pensando en renunciar a la dirigencia y a su militancia priista de 40 años.

 

No se descarta que el ex priista encuentre un lugar en el reacomodo del gobierno de Lorena Cuéllar ahora que se acercan cambios y ajustes en su equipo de trabajo, aunque también hay quienes descartan esa posibilidad porque están convencidos que Rodríguez Roldán es un cadáver político que desde hace años dejó de aportar algo.

 

La renuncia de Noé Rodríguez a la dirigencia y a su militancia es un asunto sin importancia. Ahora habrá que ver que grupo es el que se hace del control del Comité Directivo Estatal del PRI para empezar a tener respuestas sobre cuáles fueron los verdaderos motivos que llevaron al político de Calpulalpan a dejar al ex partidazo.

 

Morena pierde el control del Congreso

 

Algo está fallando al interior del Congreso del Estado que conforme pasan los días pareciera que Morena está perdiendo el control y el respaldo de sus aliados, pues ayer no se tuvo la capacidad para frenar la comparecencia del secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, quien deberá acudir ante los legisladores para responder diversas inquietudes.

 

El promotor de la comparecencia, el diputado del PT, Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, no encontró ninguna dificultad para concretar su propósito y su causa logró sumar 14 votos, aunque una vez aprobada empezó a correr la versión de que hubo legisladores “aliados” que se indisciplinaron y avalaron ese acto, lo cual poco a poco quedó desmentido porque se comprobó que el responsable de operar ese asunto mintió porque en realidad busca desgastar a su rival Sergio González.

 

El liderazgo de Morena en el Congreso del Estado está pendiendo de hilos muy delgados y de un momento a otro se podría perder el escaso control que aún existe, lo cual resulta preocupante porque la gobernabilidad del Poder Legislativo podría estar en riesgo. Al tiempo.

 

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